Slipknot,
la nueva maravilla del metal terrorífico
Ay,
ay, ay,
¡qué miedo!
Cada
temporada aparece una de estas bandas escapadas como de un guión
de Wes Craven, proclamando casi, casi, el fin del mundo. Desde la América
profunda, he aquí la última aparición. Son nueve
y no tienen nombre. De verdad: se hacen llamar Nº 1 y así
sucesivamente, cada uno de ellos identificable por una máscara
distintiva que no se sacan ni a palos. Permitannos presentarlos...
TEXTO:
MARIANA ENRIQUEZ
Con sólo
verlos, los obligatorios interrogantes vienen a la cabeza: ¿Por
qué, oh, por qué, otra banda de máscaras y monstruitos?
¿No era suficiente con Insane Clown Pose, GWAR, Marilyn Manson,
White Zombie, y allá en el principio de los tiempos, Kiss? ¿No
se trata ya de un chiste viejo? ¿No es verdad que ya no asustan
a nadie y que dejó de ser divertido? Ultimamente, da la impresión
de que para vender millones en Estados Unidos basta calzarse una media
de dama en la cabeza, vomitar sopa de arvejas y espolvorear carne picada
sobre el escenario, clamando algún legado satánico/ clase
B/ espacial/cualquier cosa. A los misteriosos integrantes de Slipknot,
la última aparición del rock duro norteamericano,
no parece importarles.
O mejor, como explica Nº 7 (o el hombre de la máscara de hockey,
o Mick Thompson, o el guitarrista): Yo entiendo que la gente va
a ver las fotos y no tomarnos en serio por la imagen, pensando que la
necesitamos porque no tenemos nada que decir con la música. Pero
no es el caso. Escuchen el cd. Ok. El cd de Slipknot, que lleva
el nombre de la banda, y que acaba de editar Roadrunner, tiene a ciertos
críticos enloquecidos. Los llaman la esperanza del nuevo
metal, la banda que va a inyectarle vida al agonizante heavy
metal. Una mezcla de drum&bass, death metal, hardcore, aullidos
y un Dj que fue descripto por un periodista británico como el
Dj más duro del mundo, comparable a, dos puntos, nadie. Pero
antes, algunas precisiones.
Slipknot tiene nada menos que 9 integrantes. Son reconocibles por: 1)
las máscaras: de gas, de teatro kabuki, de chancho, de nariz larga,
de algo que sólo puede ser descripto como una suerte de demonio,
de ¿guerrero espacial?, de payaso, de jugador de hóckey
y de cuero a la loco de la motosierra (pero con dreadlocks verdes); 2)
los números, de 0 al 8 respectivamente; 3) los nombres: Sid Wilson,
Joey Jordison, Paul Gray, Chris Fenn, James Root, Craig Jones, Shawn Crahan,
Mick Thompson y Corey Taylor, siempre respectivamente y 4) los instrumentos
(siempre respectivamente: DJ, baterista, bajista, percusionista, guitarrista,
sampler, percusionista, guitarrista y vocalista).
La leyenda
indica que Slipknot ensayaba en un oscuro sótano que apestaba a
pis de gato, porque las alfombras que consiguieron para acustizar la sala
habían pertenecido en tiempos más venturosos a una veterinaria
(sí, claro). Sostienen además que quieren dominar el mundo,
y convertir a Slipknot en un modo de vida (bostezo). Usaban
las máscaras (que son apretadas y casi sadomasoquistas), hasta
para ensayar (zzzz...). Debutaron en 1996, pero fue una visita de un cazador
de talentos del sello Roadrunner a ese infame sótano lo que los
llevó a un contrato. Poco después, el modesto sitio de internet
que el Payaso había diseñado pasó de 200 clicks por
mes a 35 mil por día. Pero hay un dato que es indispensable para
por lo menos comprender de qué se está hablando. Los Slipknot
son de... Des Moines, Iowa. Es decir, de lo más profundo de la
América profunda. Esa tierra que vio nacer a John Wayne, que fue
la plataforma de despegue de Ronald Reagan, ese lugar donde la mayoría
de la población es blanca y tiene más de 75 años,
la zona que tiene el record de asesinos seriales, crímenes de odio
(básicamente, asesinatos de gays a golpes, como el crimen de Mathew
Sheppard hace dos años), donde los adolescentes se asesinan en
las escuelas secundarias (ver las masacres de Arkansas y Colorado). Territorio
republicano, corazón del cinturón bíblico, donde
en muchos pueblos directamente no se vende alcohol y donde no hay mucho
que hacer, salvo vagar en auto. O mirar televisión. O formar una
banda y gritar que, sencillamente, odian haber nacido en ese lugar. O
como número 2 lo explica: todo el mundo es tan conservador
y puritano acá que tienen terror de sacar lo malo de
adentro, porque cuando algo pasa en una ciudad tan pequeña como
Des Moines -.y ésta es la puta capital de Iowa.- se contagia como
una enfermedad. Esta banda nunca hubiera sido como es si,digamos, nos
hubiéramos juntado en Los Angeles o Nueva York. Todos odiamos este
lugar. Al mismo tiempo es una tremenda inspiración, porque cada
vez que una banda que nos gustaba tocaba en este pueblo de mierda, la
consumíamos, la internalizábamos, la amábamos. Des
Moines nos hizo apreciar el arte de una manera retorcida. Claro, pronto
vamos a tener que mudarnos. La nieve, por ejemplo, está empezando
a enloquecerme. Me enoja tanto que me lastimo. Uno de estos días
me voy a lastimar tanto que no voy a poder recuperarme.
Lo dice en serio. Los fans de Slipknot son famosos porque, bueno, porque
se pegan en la cara. Todo el tiempo. La banda los llama sus gusanos,
porque se alimentan de nosotros. Todos los músicos
viven lastimados. El Payaso se abrió la cabeza durante el Ozzfest
de 1999, y le dieron 39 puntos. También se dislocó varias
vértebras y un hombro (cuando se tiró sobre la batería,
en otro show). Número 8 cuenta que a veces tengo tanta adrenalina
después del show que me saco la máscara y vomito sin parar.
Número 7 sostiene que antes nada le dolía (podías
pegarme con un bate de baseball, y me cagaba de risa), pero ahora
algo se me hizo mierda en la espalda y el dolor me tiene de rodillas.
Número 0 está convencido de que va a terminar en una silla
de ruedas. Todas las letras se tratan de mandar a la mierda a alguien
(o a la ex novia de Número 8, el letrista). Ejemplos: el sampler
del tema Surfacing declama A la mierda con todo, a la
mierda con este mundo, no pertenecemos, no existís, me importa
un carajo, no te atrevas a juzgarme. Y así.
Pero, ¿por qué están tan enojados unos adultos de
clase media, blancos, y muchos de ellos (como el Payaso), felizmente casados
con hijos? Según Número 8, todos tenemos rollos con
los que lidiar. Todos tenemos mierda. Esta es nuestra manera productiva
de sacarlo afuera. Es esto, o meterse en un McDonalds a matar gente.
Lo que lleva de nuevo a los disfraces. Número 8 odia que se los
llame disfraces. Son uniformes. Cuando estamos sobre el escenario
somos individuos, pero sobre todo somos un monstruo que quiere destruirlo
todo. Todo, para Slipknot, es el status quo. El
código de barras que llevamos en nuestros uniformes es un fuck
you a la maquinaria de la industria de la música, a la forma en
que el arte y el estilo de vida es manufacturado, empaquetado y forzado
en Estados Unidos. No queremos ser parte de eso. No vamos a seguir la
fórmula que el sello o la industria nos propone, toda esta gente
que no entiende nada. Nos proponemos dominar el mundo. Y creo que en esta
década la gente nos va a entender. Porque se va a poner todo muy
loco, más enfermo, más violento. Y nosotros vamos a ser
más duros, más pesados, más rápidos. Justo
lo que la gente necesita.
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