ARIEL
MINIAL HABLA DE SU DOBLE VIDA MUSICAL, Y DICE DE PEZ...
Hay
personas que parecen disfrutar el ir contra la corriente. Ariel Minimal,
líder de Pez, y, a la vez, guitarrista de Los Fabulosos Cadillacs,
es una de esas extrañas personalidades que se saben excéntricas.
Y que se sienten orgu-llosas de su situación: 7 años haciendo
música en zigzag, nadando en contra de todas y cada una de las
corrientes.
POR
SANTIAGO RIAL UNGARO
Ante la duda, consultar a su discografía: cada uno de los cuatro
discos de Pez Cabeza (1994), Quemado (1996), Pez (1998) y el recientemente
editado Fragilinvencible (2000) exhibe, a su manera, una patológica
inquietud estilística, apoyada y cohesionada siempre por la potencia
brutal que caracteriza a todo buen power trío. Nosotros tocamos,
simplifica encerrado en su departamento de Boedo. En realidad somos
medio berretas. A mí me incomoda que digan que toco muy bien la
guitarra: muy bien toca Luis Salinas. Lo que tenemos como grupo es que
podemos intentar hacer cualquier tipo de música, pero no manejamos
el lenguaje académico musical. Lo que sí manejamos es el
lenguaje del rock. Apoyados entonces en la experiencia de 15 años
entre salas de ensayo y escenarios, Pez no tiene otro discurso que el
que sale de su formato básico. Cada vez más ensamblado por
cierto, sobre todo desde que Minimal encontró a sus dos socios
actuales: Fósforo (bajo) y Franco Salvador (batería).
Este anfibio tricéfalo conjuga actitud punk e influencias hardcore
con un atrevimiento musical, que, a falta de una palabra mejor, bien puede
denominarse progresivo. Pero, y a pesar de contar con algunos
requisitos como para que el grupo pueda ser adoptado por ciertas numerosas
tribus rockeras (Pez suena groso, mantiene una total indiferencia hacia
las cambiantes tendencias del mercado y tiene una estética
dura y urbana), siempre fue escurridizo. Quizás sea su carencia
total de demagogia musical, eso que suele atribuirse a todo grupo del
Rock & Gol: de hecho, la única referencia futbolera en la discografía
de Pez es 7, un tema instrumental incluido en su segundo disco.
Dedicado a René Houseman, genial (y también escurridizo)
wing derecho del Huracán de César Menotti, de 1973, que
Minimal, quemero tozudo y resignado, considera más una inspiración
que una influencia. Una influencia para mí fue Carrascosa,
que le dijo no a la Selección en el 78 por razones que, coincido
con Vicente Luy (poeta integrante de los Verbonautas), pueden haber sido
tanto políticas como morales.
Alejada de estos conflictos, la situación marginal de Pez es una
elección consciente, pero también puede ser irritante. Los
ejemplos abundan: 1. Pez es un grupo sin imagen. 2. La banda (hasta ahora),
se dedicó a sabotear y autoboicotear sus canciones, ya sea haciéndolas
demasiado dispersas (primer y segundo disco) o bien grabándolas
de forma verdaderamente punk (su tercer disco es el más cancionero,
pero es más chirriante y vertiginoso que cualquier cosa que haya
grabado Green Day). 3. La banda jamás se dignó a hacer fotos
de prensa. 4. Nadie vio nunca un video de Pez. Tal vez sea por estas razones
que el presente de Minimal se llama Fragilinvencible, juego de palabras
que define una sensación contradictoria. Por más que sea
parte de los invencibles y fabulosos Cadillacs (que aparecen solamente
a través de ensayos, viajes para tocar y partidos de Fútbol
5, pero que evidentemente no figuran en la agenda de obsesiones musicales
de Minimal), el futuro de Pez es, por definición, frágil.
Está claro que mi música, la que compongo, grabo y
toco con Pez, no sólo no me da dinero, sino que se lleva mi dinero.
En la banda todos trabajamos: yo tengo el mejor trabajo, porque toco con
los Cadillacs. Pero si me echan o el grupo desaparece yo soy consciente
de que tengo que salir a buscar trabajo. Vos por lo menos laburás
en un diario, pero si Los Cadillacs desaparecen yo tengo que ir a laburar
de cadete del diario. O tratar de activar a Pez de una vez por todas.
De última ya hace siete años que estamos tocando.
Aunque, admite Minimal, desde el principio, las intenciones del grupo
fueron claras: Cuando empezamos a armar esta historia la idea era
la de hacer un proyecto a largo plazo, una banda que tenga el concepto
de King Crimson: poder seguir tocando aunque seas viejo, pelado o gordo.
Aunque no tengamos look o estemos totalmente pasados de moda, Pez va a
seguir igual. ¿Estás loco?, re-pregunta
airadamente ante la cuestión. ¿Por qué no irse del
país? O mejor dicho, ¿para qué quedarse en este país?
En el caso de Pez, la respuesta es casi obvia: para hacer rock nacional.
Minimal, niño rockero que cantaba a los 10 años de memoria
La Marcha de la Bronca de Pedro y Pablo, y que se crió
los discos de rock nacional que le pasaban su hermano (el locutor Bebe
Sanzo) y el Rata (un maestro zen de barrio que nos pasaba
discos a todos). De esta manera, su educación sentimental
y musical se desarrolló descubriendo y redescubriendo bandas como
Almendra, Pescado Rabioso, Color Humano, El Reloj y Aeroblues, a la vez
que participaba activa y románticamente, de la escena local. Así,
Ariel Sanzo se formó como un adolescente straight edge, se reinventó
como Minimal en una banda mod, tuvo su juventud sónica con Martes
Menta en los early 90s y se encontró a mediados de esa década
tocando en una de sus bandas fundamentales de los ochenta, sobreviviendo
en los 90: Los Fabulosos Cadillacs.
Grabado y co-producido por Mariano Esaín (líder de Menos
que Cero) con una máquina prestada de 8 canales, el disco fue grabado
en los míticos estudios de TNT, en lo que es la actual sala de
ensayo de LFC también. Ahí mismo fueron grabados, ayer nomás,
Almendra 2, el único disco de Tanguito y otros clásicos
de época. Hoy mismo, en una de sus salas se puede escuchar a Moris
cantando sobre un tal Pato, que aún sigue trabajando en una carnicería...
Llegado este punto, el trío comprimido y apretado parece haber
acumulado una energía musical que, una vez mas, lo llevaría
un nuevo cambio, anuncia. Me gustaría que el próximo
disco de Pez sea mas relajado, mas psicodélico, más acuático
y espacial, fantasea. Va a ser difícil, porque siempre
fui muy terrestre, eléctrico y nervioso. Aunque, no sé...
tal vez mi visión de la psicodelia sea un poco fascista.
Atendidos
por su dueño
Estos
son sólo algunos de los discos que escuchábamos apasionadamente
mientras hacíamos los nuestros, quizás no sirvan como
referencia o guía para catalogar o explicar los discos de
Pez pero es lo que disfrutábamos nosotros en aquellos días
de:
- 1994 (Cabeza): Sabotage, de Black Sabbath y el primero
de Invisible nos legaron distorsión y hermetismo.
- 1996 (Quemado): Si hablamos de rock, en ese momento
nos pegaba Mensaje no preciso de imagen, de No Demuestra Interés,
a la vez que empezábamos a mover la oreja para todos lados.
Libertango, de Piazzolla y el disco de Vinicius con Toquinho en
La Fusa. Nos abrimos a diferente música (muchos invitados,
muchos instrumentos), pero siempre en clave de rock.
- 1998 (disco sin nombre): Una vuelta a lo básico,
un disco sin matices, rápido, veloz y corto. Degustábamos
Machine gun etiquette, de The Damned, Zuma, de Neil Young y All,
el disco de transición de los Descendents.
- 2000 (Frágilinvencible): Los discos anteriores
de Pez, nuestra propia historia. Igual siempre seguimos escuchando
música, Queens of the stone age, Bluejeans & moonbeams,
de Captain Beefheart y el de Ween en vivo son algunos de los alimentos
espirituales que nos mantienen contentos.
Minimal
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