VIDA,
LA DE MICHAEL STIPE: UNO DE LOS GRANDES ARTISTAS QUE EL ROCK PUEDE EXHIBIR
EN SUS ULTIMOS VEINTE AÑOS DE HISTORIA
Sensatez y
sentimientos
A
propósito de la inminente aparición de un nuevo disco de
R.E.M., pero fundamentalmente porque sí, el No dedica esta producción
a retratar la figura de un músico tan misterioso como decisivo
para la cultura joven de estos tiempos. Leyendas,
obsesiones, miedos y canciones de un hombre que sigue, por suerte, existiendo.
Y viviendo.
POR
MARIANA ENRIQUEZ
R.E.M. tocó por primera vez en una iglesia abandonada de Athens,
Georgia, una ciudad tan sureña que podría haber sido la
de Lo que el viento se llevó. Llovía, y el agua se filtraba
por el techo agrietado de la iglesia, empapando a Bill Berry, Peter Buck,
Mike Mills y al extraño cantante, John Michael Stipe, un chico
de 20 años que llevaba el pelo largo para que los mechones le taparan
la cara, llena de granos. Michael acababa de abandonar la universidad,
donde estudiaba arte, para armar una banda de garage. Cuando tenía
15 años, en 1976, escuchó por primera vez Horses, el seminal
disco debut de Patti Smith, y eso le cambió la vida. Cuando
terminé de escucharlo, quedé tan conmocionado que vomité,
diría años después. Ese disco lo hizo decidir a dedicarse
exclusivamente a la música, dejando en segundo plano su otra pasión,
la fotografía. Lo que Michael Stipe no podía adivinar, cuando
se empapaba en la iglesia abandonada mientras cantaba una versión
brutal y desafinada de Honky Tonk Women, era que dentro de
20 años Patti Smith sería su amiga y la protagonista de
su primer libro de fotografías.
La historia
de Stipe es el sueño de todo músico sensible: ser famoso
y rico sin haber tenido que vender el alma al diablo en el camino, ni
comprometer la integridad artística de su banda. Costó once
años de trabajo convertir a R.E.M. en uno de los grupos más
influyentes y famosos del mundo, y a Michael Stipe en una suerte de figura
cultural íntegra, sólo comparable, del otro lado del Atlántico,
a Bono. En 1987, con Document consiguieron su primer éxito, a caballo
de la hermosa canción The One I Love. Pero no fue hasta
1991, cuando se editó el multiplatino Out of Time que R.E.M. ingresó
en el panteón de los clásicos con dos canciones, Shiny
Happy People y, por supuesto, Losing My Religion.
Fue ese
mismo año en el que Michael Stipe dejó de dar entrevistas.
Su figura representaba un dilema que preocupa a la mayoría de los
músicos, y que a veces nunca se resuelve: cómo mantener
la privacidad siendo una figura tan pública, cómo equilibrar
y mantener la conciencia tranquila cuando se viene de raíces independientes
y súbitamente hay que cumplir con las necesidades corporativas.
Cómo, en fin, mantener la credibilidad indie cantando en la banda
con el mejor contrato discográfico de la historia. Cosa que, hasta
el momento, el muchacho resolvió bastante bien. A pesar de su inmensa
fama, su vida sigue siendo un misterio. Poco se sabe de sus orígenes,
por ejemplo. Nació en 1960, su padre es militar, cuando era chico
vivió en Texas, Alemania e Illinois, según su papá
cambiaba de destino; tiene dos hermanas y una relación armoniosa
con toda la familia. La carrera de su padre siempre le pareció
rara, dijo él, pero jamás salió de su
boca una crítica al ejército o alguna sugerencia de fricciones
con su progenitor. Su vida amorosa está rodeada del mismo misterio.
Sus letras, insiste, son todo menos autobiográficas.
Y son
las letras lo que más atormentan a los fans. Desde el primer Ep
Chronic Town y el primer álbum, Murmur (1982), esas intrincadas
palabras y frases, que a veces apenas se entienden, fueron la obsesión
de los jóvenes universitarios (todavía el público
cautivo de R.E.M.) que intentaban vanamente descifrarlas. A él
jamás le preocupó la claridad. Muchas de las letras
no tienen sentido alguno, muchas de las palabras ni siquiera son palabras,
pero lo que busco es que haya una especie de sensibilidad que trascienda
eso. Hay muchas canciones que me influenciaron, de las que recuerdo la
letra, aunque no las escuche hace 20 años, y no tengo noción
de qué se tratan. Patti Smith, o el primer álbum de Television...
Quiero decir, ¿de qué mierda se trata Marquee Moon?
O bandas más nuevas, como Stereolab o Gang of Four... No se entiende
nada, pero son bandas excelentes. Lo que importa es lo que sentís
cuando escuchás las canciones, lo que significan para vos.
Así, el único álbum de R.E.M. que viene con las letras
en el sobre interno es Up, de 1999. Por supuesto, hay canciones que sí
son claras. O no exactamente. Escribo canciones buscando cierta
universalidad. Específicas, pero sin clichés, y lo suficientemente
vagas como para que cualquiera las pueda aplicar a su situación
particular, que puedan identificarse y apropiárselas como suyas.
Este fue el caso de, por ejemplo, Everybody Hurts, un himno
antisuicidio del que quizá fue el álbum más trágico
(y más inspirado) de R.E.M., Automatic For the People (1992): Cuando
el día es largo y la noche es sólo tuya/ cuando estás
seguro de que ya no soportás más esta vida/ aguantá/
no te dejes ir/ todos lloran, y todos sufren, a veces./ A veces todo está
mal, pero ahora es el momento de cantar/ cuando tu día es una noche
solitaria, soportalo/ si sentís que tenés que abandonar/
si ya tuviste suficiente de esta vida/ aguantá./ Todo el mundo
sufre, buscá a tus amigos, no estás solo). O Losing
My Religion: La vida es más grande que vos/ y vos no
sos como yo/ las distancias a las que iré/ la distancia en tus
ojos./ Oh no, dije demasiado/ preparé el terreno./ Ese soy yo en
el rincón/ ese soy yo bajo las luces/ perdiendo mi religión/
tratando de estar a tu lado./ Y no sé si puedo hacerlo./ Oh no,
dije demasiado/ o dije demasiado poco.
Esta
letra, que podía tratarse de casi cualquier cosa, es la letra que
más gente reclamó como propia. Y de todos los que la reclamaron,
los que más fuertemente se sintieron identificados fueron los homosexuales.
Posiblemente se trate del video más homoerótico que alguna
vez haya pasado MTV (imágenes de San Sebastián y una escenografía
que recordaba a la estética florida de los fotógrafos gays
franceses Pierre y Gilles, y un Michael Stipe que bailaba imitando, según
él mismo confesó, a Sinead OConnor), y fue interpretado
como una confesión pública de la homosexualidad del cantante.
Pero no era el caso. O por lo menos eso dijo Stipe años después,
cuando para la edición de Monster (1994) volvió a enfrentarse
a los periodistas. Claro que a esta altura las circunstancias eran otras.
El tenía que hablar. Su silencio estaba siendo interpretado en
el mejor de los casos como pacatería, y en el peor como simple
cobardía. Ya no todo el mundo estaba dispuesto a comprender sus
deseos de privacidad y encapsulamiento. El reclamo no era sólo
acerca del blanqueamiento de su vida sexual. Kurt Cobain acababa de suicidarse.
Los sufrimientos de millonarios como Eddie Vedder ya no eran creíbles
y peor, daban risa. Si Stipe no quería convertirse en otra estrella
de rock que se lamenta de su fama (y a la que sólo quedaba decirle
que, si sufría tanto, se dedicara a otra cosa), tenía que
salir de su mutismo. No sólo Cobain, de quien era muy amigo, se
había matado. También había muerto otro de sus amigos,
el talentoso actor joven River Phoenix. Stipe, aparentemente, no quería
abaratar la memoria de sus amigos hablando de su dolor. Pero también
entendió que un artista puede compartir: Patti Smith no exorcizó
su dolor cuando editó Gone Again, un álbum dedicado a su
marido Fred Sonic Smith, a su hermano Todd y a su amigo Robert
Mapplethorpe, que habían muerto en el espacio de dos años.
Tampoco lo hizo Lou Reed cuando tras la muerte de un amigo íntimo
publicó Magic & Loss. Ni el propio Cobain cuando derramó
su tristeza en el lacerante In Utero. Stipe salió del caparazón
entonces, y no sólo en entrevistas.
Dos canciones
de Monster eran reveladoras de aquella sensación que lo invadía.
En King of Comedy cantaba Hacer plata/ cargado de controversia./
Soy hetero, soy gay soy bi. Y en I dont sleep I dream
se preguntaba: ¿Chupo bien la pija?/ ¿Soy bueno en
la cama?. Me pusieron entre la espada y la pared explicó
en su momento, cosa que está bien. Se hizo evidente que había
ciertos grupos de personas que pensaban que era un cobarde porque no hablaba
de mi sexualidad, que no me hacía cargo, y todo llegó a
un punto en el que sentí que debía decir algo, que tenía
que defenderme... Pero no estando a la defensiva sino diciendo: Miren,
no es así. En primer lugar, no es asunto de ustedes, pero ya que
me presionan,esto es lo que pasa, esto es lo que soy. No me siento
parte de la comunidad gay. Mucha gente cree que soy 100% gay, pero no
es el caso. Tampoco soy 100% heterosexual. Tampoco adhiero ni me gusta
el término bisexual. Creo que es barato, que es limitante. Creo
que definir la sexualidad es poner una serie de rígidas reglas
masculinas a algo que veo como muy femenino y fluido. Sigo sintiendo que
no es asunto de nadie. No me siento obligado por ser una persona pública
a discutir cada aspecto de mi vida privada. Pero, si se lo tengo que explicar
a un chico de primaria, digamos que me acuesto con hombres y mujeres.
Una vez
aclarado ese secreto a voces, llegó el momento de aclarar otro
rumor menos agradable, y prejuicioso. Como Stipe siempre fue muy delgado,
y como siempre militó activamente en las campañas de educación
e investigación del sida, un rumor persistente en los medios fue
que era HIV positivo. Lo negó, pero no sin tener la lucidez de
aclarar que si no lo hice antes es porque temía que negarlo
iba dar la idea de que estaba poniéndome aparte, diciendo que era
mejor que quienes lo sufren. Que iba a estigmatizar más a la gente
con sida.
Monster
también contenía Let Me In, una canción
para Kurt Cobain. Cuando los periodistas le preguntaron al rubio cuál
era la banda de rock corporativo que admiraba, el líder
de Nirvana dijo, sin dudarlo: R.E.M.. Que admiraba cómo
habían podido meterse en el medio comercial permaneciendo
fieles a su musa y sin dejarse llevar por los vaivenes de la moda
y la comercialidad. Stipe se acercó a Cobain entonces, y se hicieron
amigos. Planeaban un álbum juntos. Courtney Love, fan de R.E.M.,
fue quien los presentó, con la esperanza de que el ejemplo de Stipe
ayudara a su marido a comprender que era posible mantenerse puro y fiel
a sus principios en el mundo corporativo, a que dejara de temerle al fantasma
de la banda que se vendió. Después de todo, también
Sonic Youth y Blur lo habían hecho. Stipe y Cobain intercambiaron
cartas y llamadas telefónicas (y, según Courtney, también
habrían pasado una noche juntos, cosa que Stipe niega y atribuye
a la mitología rockera, esa noche estábamos con el
bebé y la niñera, un escenario poco conveniente para una
escapada sexual). La última vez que hablaron, Kurt tuvo que
cortarle porque se le estaba quemando una pizza en el horno. Se suicidó
un mes después. Stipe no se siente culpable, ni cree que podría
haberlo salvado, pero lamenta no haber ayudado más. Y Courtney
Love sostiene que, de no haber sido por su amistad con Michael Stipe,
ella no hubiera tardado en seguir a su marido. La canción para
Cobain dice: Hey, dejame entrar. Sé pensar en cómo
tratar de detenerte, dejame entrar. Pero tengo alquitrán en mis
pies y no puedo ver./ Y todos los pájaros me miran desde arriba
y se ríen de mí. Mucho después, Stipe confesó
que entendió a Kurt porque si Murmur hubiera vendido cinco
millones de copias, no estaría vivo para contarlo. La gira
de Monster estuvo plagada de tragedias, la más importante fue cuando
el baterista Bill Berry se desplomó sobre el escenario, en Suiza,
víctima de una aneurisma cerebral. Berry se recuperó, y
en 1996 estuvo presente cuando R.E.M. firmó con Warner uno de los
mejores contratos que alguna vez le fueron concedidos a una banda: 80
millones de dólares por cinco discos.
La fama
y fortuna no detuvieron las inquietudes artísticas y sociales de
Stipe. Desde entonces se lo ve cada vez más participando en eventos
ecológicos (es vegetariano), apoya a Rock The Vote, la agrupación
que intenta concientizar a los jóvenes norteamericanos para participar
de las elecciones, tocó en los Tibetan Freedom Concerts, y también
empezó a producir películas. En 1998 terminó con
su amigo Todd Haynes Velvet Goldmine, cuya banda de sonido incluyó
nombres como Radiohead, Placebo, Bernard Butler, Roxy Music y Spacehog
(poco después produciría un disco de ellos). Y el año
pasado logró su éxito de crítica más fuerte
con Being John Malkovich, el inteligente delirio de Spike Jonze. También
editó suprimer libro de fotografía, Two Times Intro (publicado
en su momento por el No), con imágenes de su amiga Patti Smith
durante la gira con Bob Dylan. En público está mucho más
relajado y ya no oculta sus excentricidades: a los 40 años se muestra
maquillado, las uñas pintadas, cuenta que lleva un cepillo de dientes
a todas partes porque como todo el día y se me queda comida
entre los dientes y es un asco, y es uno de los pocos músicos
norteamericanos en haber hecho migas con sus colegas ingleses (invitó
a Suede a tocar con R.E.M., produjo a Spacehog, dice que Brian Molko tiene
lindos ojos, admira a Radiohead). Es también un sex symbol,
el poster de las damas y los chicos sensibles, con su cabeza rapada (esta
vez porque se le cae el pelo: en 1986 se afeitó hasta las cejas
porque estaba deprimido), los ojos azules y su sensualidad sobre el escenario,
que tanto tardó en expresar. Todo esto mientras R.E.M. perdió
un integrante (Bill Berry decidió abandonar la banda) y a pesar
de sus cada vez más evidentes ganas de dejar de tocar en vivo.
Siempre nos catalogan como los abuelos de la escena indie,
dice Stipe, y lo cierto es que no me siento tan lejos de bandas
como Radiohead, por ejemplo. Realmente salimos del punk rock. Todavía
me da vergüenza andar en limusinas. Pero hoy no tengo ganas de llorar
por mi fama, ni de convertirme en un cínico. Ya no quiero escribir
letras que revelen autocompasión. Ya dejé atrás todo
eso. Si hay algo que le hizo mal a la escena es esta división entre
bandas que se vendieron y bandas que se mantienen fieles a sus raíces
independientes. No importa dónde estés. Al final del día,
las canciones son buenas o malas. Nosotros siempre fuimos capaces de darnos
cuenta de que no podés dejar que el negocio de la música
se te suba a la cabeza. Te arruina. No importa si sos R.E.M. o una banda
independiente de Carolina del Sur. Lo único que importa es que
tu trabajo sea bueno. Y eso es lo que siempre busqué.
Noticias
El
nuevo disco de R.E.M. se editará en marzo del 2001. En este
momento, el ahora trío está grabando en Dublín
con su estudio portátil: tienen más de veinte canciones
que grabaron en Vancouver y en su propio estudio de Athens, Georgia,
durante este año. Lo de Dublín es casi un punto final.
Bertis Downs, el manager de la banda, dijo que los chicos
están trabajando mucho, y están en la última
fase. Las canciones son buenísimas y todo el mundo está
de buen humor. Podría definir a los nuevos temas como bien
melódicos y atmosféricos, pero para resumir se trata
de un disco de R.E.M. en el sentido más clásico.
Por otro lado, está confirmada su participación en
el próximo Rock in Rio, en Río de Janeiro, Brasil:
el festival va del 12 al 21 de enero y están confirmados
Foo Fighters, Red Hot Chilli Peppers, Iron Maiden y hasta Britney
Spears. ¿Alguno vendrá a Bs. As.?
|
El
primer trabajador
Productor.
Michael Stipe está en cine desde hace más de diez
años, pero fueron sus últimas cuatro películas
como coproductor y productor ejecutivo las que le dieron prestigio.
Así, en 1998 fue el productor ejecutivo de Velvet Goldmine,
de Todd Haynes. Y en 1999 coprodujo tres films: American Movie,
un documental de Chris Smith acerca de un cineasta independiente
que busca financiarse su propio film de horror; The Limey, de Steven
Soderbergh y con Terence Stamp, Joe Dallesandro y Peter Fonda, y
la increíble Being John Malkovich, de Spike Jonze.
Fotógrafo.
Maneja la cámara desde que tiene 15 años y es una
pasión que siempre acompañó a la música.
Es más: en su adolescencia dudó a la hora de elegir
a cuál de sus dos pasiones dedicarse. En 1998 publicó
Two Times Intro, un libro de fotos dedicado a imágenes de
Patti Smith. Su nuevo proyecto fotográfico, para el que está
preparando un libro, se llama For the Empty. Quiere abrir y cerrar
el libro con su propio autorretrato fotográfico, desnudo,
como un modo de neutralizar todo el contenido del libro y
quitarle el voyeurismo simplista. Pero después me puse a
pensar: ¿quién va a querer ver fotos de un cuarentón
desnudo?.
Escritor.
Haiku Year es un libro publicado en 1997, y que consiste en recopilar
la extraña asignatura que se impusieron él y cinco
de sus amigos: escribir un haiku (poema típico japonés
de tres líneas y diecisiete sílabas) todas las mañanas,
durante un año. No todos cumplieron con la propuesta (Stipe
ciertamente no lo hizo), pero se acercaron bastante. Los cinco amigos
que también contribuyen son Grant Lee Philips (de Grant Lee
Buffalo), Douglas Martin (poeta de Georgia), Tom Gilroy (director
de cine), Jim McKay (también cineasta) y Rick Roth (presidente
de la rama nordeste de Amnesty International en EE.UU.). ]
Activismo.
El propio Stipe se da cuenta del escepticismo que provoca la militancia
de las estrellas, y llama a las causas activismo de las celebridades
(con desprecio). Creo que ayudé a crear esta suerte
de compromiso social de los famosos en los 80. Me di cuenta
del poder que se puede tener. Pero cada vez estoy más cuidadoso
y reluctante en ser empujado al pedestal de la política.
Entro y salgo. Mi actividad política crece, no obstante,
y también crece mi cinismo en cuanto al activismo político
de gente en mi posición.
|
Los
aliados
Patti
Smith. Durante la gira de Monster se podía escuchar Horses
el tremendo disco debut de Patti Smith, antes de que
comenzaran los shows. Patti Smith se enteró entonces del
fanatismo de Michael, y accedió a acompañarlo sobre
el escenario varias veces, cantando Let Me In y también
Dancing Barefoot. Ese mismo año, Stipe la acompañó
en su gira con Bob Dylan, y la fotografió para Two Times:
Intro. Ya en el siguiente álbum de R.E.M., New Adventures
in Hi Fi, la amistad quedó sellada cuando Patti participó
en E-Bow the Letter, y también en el video.
Kurt
Cobain / Courtney Love. Stipe conoció a Courtney cuando
vio a Hole en Athens, durante la gira de Pretty in the Inside. Ella
siempre había sido fan de R.E.M., y además creía
que para convertirse en una estrella, tenía que hacerse amiga
de Stipe. En el momento de mayor éxito de Nirvana, Courtney
presentó a Kurt y Michael. Su idea era que se hicieran amigos:
Kurt también era fan de R.E.M. El la adora. La convenció
de entrar al mundo del cine, y la estimuló para que cambiara
su look y su actitud. Es un ciclón, dice Michael
de su amiga. Cada vez que leo una de sus entrevistas me pongo
eufórico. Es mucho más inteligente que yo, es la mejor
conversadora que conozco, es hermosa.
Morrissey.
Le mandó varias postales, invitándolo a encontrarse
con él en hoteles londinenses. Aunque no se ven mucho (Morrissey
no es bueno contestando cartas, dice Michael), suelen hablarse
por teléfono y según Stipe, es un tipo bárbaro.
Hubo rumores de que tenían un romance, pero Michael asegura
que fueron exagerados.
River
Phoenix. Michael lo conoció, se hicieron amigos, y Phoenix
posó en blue jeans para Michael, que después donó
las fotos a una campaña de fondos para la investigación
del sida. El fue mi inspiración para meterme en el
mundo del cine: me mostró que esa industria tenía
un lado humano que yo desconocía. Su muerte fue un error
estúpido. La amistad de Stipe con la familia Phoenix
continúa. Rain Phoenix, actriz y cantante, es la responsable
de los coros en Bang and Blame (de Monster) y grabó
con él un tema para Happiness, de Todd Solodonz.
|
|