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Jueves 26 de Octubre de 2000

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Dee Dee, el ramone más ramone de todos los ramones, dice de Los Ramones:

Instalado en Los Angeles, en donde participa de “reuniones de borrachos” que tocan blues y esas cosas, el viejo pirata punk actualiza de noticias a sus fans argentinos. Sigue viento en popa su romance con la chica de City Bell, tiene nuevos planes y se muestra escéptico sobre la “rereunión” de sus ex compañeros. Se siente como un alemán gruñón, asegura

TEXTOS: MARIANA ENRIQUEZ

Dee Dee Ramone está viviendo en Hollywood, con Bárbara Zampini, su esposa argentina. Y está muy contento, dice. Tiene un disco nuevo, Greatest and Latest, que en realidad se trata de un compilado de covers 100% Ramones, algunos cantados por Bárbara (bajista de su banda) y unas pocas canciones nuevas. En diciembre va a estar por acá, haciendo shows en Mar del Plata y Buenos Aires. Pero es mejor dejar que el propio Dee Dee cuente qué estuvo haciendo desde que decidió dejar la Argentina y hasta su apacible vida de hoy, en las colinas de Los Angeles.
–”Sidewalk Surfing”, una de las canciones
del nuevo disco, está firmada por vos y Bárbara...
–Sí, estoy tratando de enseñarle a componer canciones, para que ella pueda salir adelante, tomar la posta, y también para que pueda desprenderse de la familia Ramone algún día. Porque no sé que va a pasar en el futuro. Quiero que ella pueda arreglárselas sola, darle elementos. Hace 6 años que estamos juntos y siempre tocamos. La primera vez que tocamos juntos fue en La Plata.
–Y después siguieron tocando...
–Sí, el año pasado hicimos 150 shows por todo el mundo, con una larga gira por Europa. Estoy tratando de mantener una buena calidad. También estuve tocando con Marky en un par de shows, pero eso no va a funcionar, es una cagada. Quiero mantenerme lejos de los Ramones, no los aguanto más y ya no me gustan como personas. Sólo me gusta la música. Se van a juntar de nuevo para una película, pero no lo veo muy bien. Ojalá salga, yo también escribí una canción para esa película. Pero creo que arruinaron todo.
–¿Y cuáles son tus proyectos ahora?
–Quiero hacer una película. Hay gente interesada en hacer una película de mi libro, del primero, y no creo que eso sea una buena idea; quieren hacer Poison Heart, yo quiero hacer Chelsea Whore Hotel, mi novela, será más interesante. Para mí es mejor para una película. El primero es muy acerca de mi vida y no quiero ser famoso. Tengo canciones nuevas, pero no quise ponerlas en el álbum. Greatest and Latest es un disco como para demostrar lo que estoy tocando en mis shows en vivo. Estoy empezando de vuelta mi carrera, y me gustaría tener más material original, pero la gente sólo quiere escuchar a los Ramones. Eso no me hace infeliz, me gusta tocar esas canciones, que también son mis canciones. Pero me gustaría hacer un disco nuevo y poder grabarlo en Alemania. Me gusta mucho Alemania, pero me enoja porque no puedo vivir más ahí. No puedo conseguir mi visa, traté de mudarme con Bárbara a Alemania hace 4 o 5 años y tuve que irme a Amsterdam: la única manera de entrar a Alemania era si tenía una banda, me daban una visa de “artista”, pero en ese momento no estaba tocando... Y tampoco podía ir a Estados Unidos porque Bárbara era demasiado joven. Tenía que tener un permiso de los padres, pero ellos no lo firmaron porque estaban enojados... No sé cómo arreglamos todo ese rollo legal finalmente, fue una lucha. Extraño Alemania, y me va muy bien allá. También me gusta ir a Dinamarca y a Noruega. Solía odiar esos países, porque no les gustaba el rock, les gustaban cosas muy europeas, muy bailables. Me pidieron que fuera a tocar y yo tenía miedo de que a nadie le interesara ir a verme allí. Pero fui, y me sorprendí de todas las grandes bandas que hay en Escandinavia. Me fue muy bien, llenamos todas las noches. Cambió todo: les gusta el rock. Están los Hellacopters, que son impresionantes, estilo Stooges. Muy punk, impresionante.
–¿Te gustan las nuevas bandas norteamericanas?
–No me parecen espantosas, pero tampoco me interesan. Me gusta cómo se viste Kid Rock, y me gusta que alguien de Detroit se haya escapado de esa ciudad, como hizo Iggy Pop. Odio Detroit. Viví ahí, es una ciudad de mierda, peligrosa. Yo me vestía como Kid Rock cuando hacía rap, con el sombrero y todo, pero me harté del rap hace mucho. Acabo de escuchar el nuevo de Green Day. Son inteligentes, pero no me gustan. Si fuera joven, me gustaría Green Day. Me gusta mucho Illya Kuryaki, esa banda en la que uno de los integrantes tiene un padre que es músico famoso en la Argentina: ellos hacen rap. Me parecen muy interesantes de verdad, aunque no tengo idea de cómo se pronuncia el nombre. Y creo que las bandas suecas son las mejores: nunca creí que diría algo así, pero es verdad. Me gustan muchos estilos de música, la música gitana, el tango, aunque no me gusta el baile, para nada... Pero si tengo que tocar una música, toco punk rock. Me gustan las cosas de Chuck Berry, música onda Keith Richards. Pero me da miedo tocar eso para la gente, porque es muy anticuado. Es que siempre fui fan de los Rolling Stones. Cuando era chico los veía y me moría por ser parte de esa banda. Pero soy Dee Dee Ramone, no un fan de la música, y tengo que ser yo y representar a los Ramones musicalmente. Eso es lo que voy a hacer.

–Y en Los Angeles, ¿sos amigo de músicos?
–Es fantástico estar acá: ves a todo el mundo en los clubs. Voy a tocar con ellos. Los músicos se quedan tocando hasta tarde en los bares, improvisando, los jueves a la noche. Está Gilby Clarke, el baterista de los Stray Cats, Wayne Kramer, y hacen un jam de blues, va Lemmy a tocar blues... Es como una reunión de borrachos; es muy lindo Los Angeles. Apenas puedo creer que todavía quede un lugar bueno en Estados Unidos. Yo odiaba Los Angeles. En Londres también estoy muy cómodo con los músicos, pero me enloquecen: quieren que me quede, son encantadores, pero, ¿qué voy a hacer allá? ¿Mudarme a Inglaterra y tomar el tren todos los días para ensayar porque nadie me va a poner un remise? Allá es así. Todo es difícil en Londres, es caro, los alquileres te matan y tengo que empezar de nuevo. Y, al mismo tiempo, me encantaría ir, por la gente, porque Londres es fantástico. De la misma manera que me gustaría estar en la Argentina. Allá tengo a mi baterista y amigo, Mario... Pero no puedo vivir allá. Lo intenté, de verdad. Pero nadie me ayudó. Empecé viviendo en una choza, sin electricidad ni agua, tenía que sacar agua de una fosa. Después me fue mejor, conseguí un departamento... Pero ni siquiera hablo castellano. Los padres de Bárbara le dijeron fuck you y no la ayudaron ni me querían. Y no es cuestión de plata: yo tengo mucha plata, no le pedía a nadie, pero era extranjero y no podía alquilar legalmente, y tampoco tenía tanta como para estar siempre en hoteles. Encima no podía ir con Bárbara a Estados Unidos. Y estoy harto de vivir en la calle. Viví en la calle cuando era chico, no quiero volver a esa vida. Tampoco era tan fácil armar una banda allá. Pero voy a ir a tocar: es como mi hogar. Mi familia política está ahí; aunque a veces se pongan jodidos son mi familia y los amo. Me encanta Argentina, mi esposa es argentina, y me encanta estar allá, aunque todo el mundo está siempre discutiendo y corriendo. Pero después voy a volver, porque en LA todo es más fácil. Tengo nostalgia de todas partes del mundo, de Londres, de Alemania... Pero no me quejo. Tengo suerte. Estuve hace poco en México y casi me muero. Me puse muy triste: quería agarrar a todo el mundo y llevármelo para Estados Unidos o Europa. Robé sábanas de los hoteles para dárselas a los chicos que dormían en la calle, que tienen que trabajar toda la noche. No me quejo, la gente vive mal. Pero es que me siento totalmente desarraigado: no me siento norteamericano, me siento un alemán viejo y gruñón.