Dee
Dee, el ramone más ramone de todos los ramones, dice de Los Ramones:
Instalado
en Los Angeles, en donde participa de “reuniones de borrachos” que tocan
blues y esas cosas, el viejo pirata punk actualiza de noticias a sus fans
argentinos. Sigue viento en popa su romance con la chica de City Bell,
tiene nuevos planes y se muestra escéptico sobre la “rereunión” de sus
ex compañeros. Se siente como un alemán gruñón, asegura
TEXTOS:
MARIANA ENRIQUEZ
Dee
Dee Ramone está viviendo en Hollywood, con Bárbara Zampini,
su esposa argentina. Y está muy contento, dice. Tiene un disco
nuevo, Greatest and Latest, que en realidad se trata de un compilado de
covers 100% Ramones, algunos cantados por Bárbara (bajista de su
banda) y unas pocas canciones nuevas. En diciembre va a estar por acá,
haciendo shows en Mar del Plata y Buenos Aires. Pero es mejor dejar que
el propio Dee Dee cuente qué estuvo haciendo desde que decidió
dejar la Argentina y hasta su apacible vida de hoy, en las colinas de
Los Angeles.
Sidewalk Surfing, una de las canciones
del nuevo disco, está firmada por vos y Bárbara...
Sí, estoy tratando de enseñarle a componer canciones,
para que ella pueda salir adelante, tomar la posta, y también para
que pueda desprenderse de la familia Ramone algún día. Porque
no sé que va a pasar en el futuro. Quiero que ella pueda arreglárselas
sola, darle elementos. Hace 6 años que estamos juntos y siempre
tocamos. La primera vez que tocamos juntos fue en La Plata.
Y después siguieron tocando...
Sí, el año pasado hicimos 150 shows por todo el mundo,
con una larga gira por Europa. Estoy tratando de mantener una buena calidad.
También estuve tocando con Marky en un par de shows, pero eso no
va a funcionar, es una cagada. Quiero mantenerme lejos de los Ramones,
no los aguanto más y ya no me gustan como personas. Sólo
me gusta la música. Se van a juntar de nuevo para una película,
pero no lo veo muy bien. Ojalá salga, yo también escribí
una canción para esa película. Pero creo que arruinaron
todo.
¿Y cuáles son tus proyectos ahora?
Quiero hacer una película. Hay gente interesada en hacer
una película de mi libro, del primero, y no creo que eso sea una
buena idea; quieren hacer Poison Heart, yo quiero hacer Chelsea Whore
Hotel, mi novela, será más interesante. Para mí es
mejor para una película. El primero es muy acerca de mi vida y
no quiero ser famoso. Tengo canciones nuevas, pero no quise ponerlas en
el álbum. Greatest and Latest es un disco como para demostrar lo
que estoy tocando en mis shows en vivo. Estoy empezando de vuelta mi carrera,
y me gustaría tener más material original, pero la gente
sólo quiere escuchar a los Ramones. Eso no me hace infeliz, me
gusta tocar esas canciones, que también son mis canciones. Pero
me gustaría hacer un disco nuevo y poder grabarlo en Alemania.
Me gusta mucho Alemania, pero me enoja porque no puedo vivir más
ahí. No puedo conseguir mi visa, traté de mudarme con Bárbara
a Alemania hace 4 o 5 años y tuve que irme a Amsterdam: la única
manera de entrar a Alemania era si tenía una banda, me daban una
visa de artista, pero en ese momento no estaba tocando...
Y tampoco podía ir a Estados Unidos porque Bárbara era demasiado
joven. Tenía que tener un permiso de los padres, pero ellos no
lo firmaron porque estaban enojados... No sé cómo arreglamos
todo ese rollo legal finalmente, fue una lucha. Extraño Alemania,
y me va muy bien allá. También me gusta ir a Dinamarca y
a Noruega. Solía odiar esos países, porque no les gustaba
el rock, les gustaban cosas muy europeas, muy bailables. Me pidieron que
fuera a tocar y yo tenía miedo de que a nadie le interesara ir
a verme allí. Pero fui, y me sorprendí de todas las grandes
bandas que hay en Escandinavia. Me fue muy bien, llenamos todas las noches.
Cambió todo: les gusta el rock. Están los Hellacopters,
que son impresionantes, estilo Stooges. Muy punk, impresionante.
¿Te
gustan las nuevas bandas norteamericanas?
No me parecen espantosas, pero tampoco me interesan. Me gusta cómo
se viste Kid Rock, y me gusta que alguien de Detroit se haya escapado
de esa ciudad, como hizo Iggy Pop. Odio Detroit. Viví ahí,
es una ciudad de mierda, peligrosa. Yo me vestía como Kid Rock
cuando hacía rap, con el sombrero y todo, pero me harté
del rap hace mucho. Acabo de escuchar el nuevo de Green Day. Son inteligentes,
pero no me gustan. Si fuera joven, me gustaría Green Day. Me gusta
mucho Illya Kuryaki, esa banda en la que uno de los integrantes tiene
un padre que es músico famoso en la Argentina: ellos hacen rap.
Me parecen muy interesantes de verdad, aunque no tengo idea de cómo
se pronuncia el nombre. Y creo que las bandas suecas son las mejores:
nunca creí que diría algo así, pero es verdad. Me
gustan muchos estilos de música, la música gitana, el tango,
aunque no me gusta el baile, para nada... Pero si tengo que tocar una
música, toco punk rock. Me gustan las cosas de Chuck Berry, música
onda Keith Richards. Pero me da miedo tocar eso para la gente, porque
es muy anticuado. Es que siempre fui fan de los Rolling Stones. Cuando
era chico los veía y me moría por ser parte de esa banda.
Pero soy Dee Dee Ramone, no un fan de la música, y tengo que ser
yo y representar a los Ramones musicalmente. Eso es lo que voy a hacer.
Y en
Los Angeles, ¿sos amigo de músicos?
Es fantástico estar acá: ves a todo el mundo en los
clubs. Voy a tocar con ellos. Los músicos se quedan tocando hasta
tarde en los bares, improvisando, los jueves a la noche. Está Gilby
Clarke, el baterista de los Stray Cats, Wayne Kramer, y hacen un jam de
blues, va Lemmy a tocar blues... Es como una reunión de borrachos;
es muy lindo Los Angeles. Apenas puedo creer que todavía quede
un lugar bueno en Estados Unidos. Yo odiaba Los Angeles. En Londres también
estoy muy cómodo con los músicos, pero me enloquecen: quieren
que me quede, son encantadores, pero, ¿qué voy a hacer allá?
¿Mudarme a Inglaterra y tomar el tren todos los días para
ensayar porque nadie me va a poner un remise? Allá es así.
Todo es difícil en Londres, es caro, los alquileres te matan y
tengo que empezar de nuevo. Y, al mismo tiempo, me encantaría ir,
por la gente, porque Londres es fantástico. De la misma manera
que me gustaría estar en la Argentina. Allá tengo a mi baterista
y amigo, Mario... Pero no puedo vivir allá. Lo intenté,
de verdad. Pero nadie me ayudó. Empecé viviendo en una choza,
sin electricidad ni agua, tenía que sacar agua de una fosa. Después
me fue mejor, conseguí un departamento... Pero ni siquiera hablo
castellano. Los padres de Bárbara le dijeron fuck you y no la ayudaron
ni me querían. Y no es cuestión de plata: yo tengo mucha
plata, no le pedía a nadie, pero era extranjero y no podía
alquilar legalmente, y tampoco tenía tanta como para estar siempre
en hoteles. Encima no podía ir con Bárbara a Estados Unidos.
Y estoy harto de vivir en la calle. Viví en la calle cuando era
chico, no quiero volver a esa vida. Tampoco era tan fácil armar
una banda allá. Pero voy a ir a tocar: es como mi hogar. Mi familia
política está ahí; aunque a veces se pongan jodidos
son mi familia y los amo. Me encanta Argentina, mi esposa es argentina,
y me encanta estar allá, aunque todo el mundo está siempre
discutiendo y corriendo. Pero después voy a volver, porque en LA
todo es más fácil. Tengo nostalgia de todas partes del mundo,
de Londres, de Alemania... Pero no me quejo. Tengo suerte. Estuve hace
poco en México y casi me muero. Me puse muy triste: quería
agarrar a todo el mundo y llevármelo para Estados Unidos o Europa.
Robé sábanas de los hoteles para dárselas a los chicos
que dormían en la calle, que tienen que trabajar toda la noche.
No me quejo, la gente vive mal. Pero es que me siento totalmente desarraigado:
no me siento norteamericano, me siento un alemán viejo y gruñón.
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