Un video especial de Diego

Hubo un tiempo que fue hermoso

No hacía falta que la nunca bien ponderada FIFA lo entronice como “el mejor jugador de la historia”. Ya lo sabíamos y si no, ahí está un video titulado He visto a Maradona (se consigue en Musimundo a 18 pesitos, vieja). Se trata de un documental producido en Italia con un recorrido por la carrera del 10, desde sus días en Villa Fiorito hasta uno de sus eternos retornos, pasando por los dorados años en Nápoles. Pero el mayor atractivo de un video con goles y jugadas –muchos ya vistos miles de veces– está en una increíble visita a Arabia Saudita, un paseo por Nueva York y un partido benéfico jugado en Italia, en una cancha amateur y a beneficio. Aquí se ve la sangre de campeón del más grande. En un piso imposible y con rivales y compañeros de nivel terrenal, él juega como si fuera la final del mundo. Y la gana, por supuesto, con un golazo suyo. Inolvidable la escena de ese gol, tanto como otro convertido en el interior de la Argentina desde media cancha. El tipo saca del medio, la levanta, le pega y ¡es gol! Si creías haberlo visto todo, dale una oportunidad a este video que apareció hace poco y que, así como apareció, puede desaparecer. Apurate.

Los pibes son inocentes

M.P.

Joe Strummer y The Long Beach Dub All Star (ex Sublime) haciendo una versión del inmortal “The Harder They Come”, de Jimmy Cliff; Eddie Vedder con Supersuckers haciendo lo propio para el tema “Poor Girl”, de X; Tom Waits interpretando “Rains on me”, un tema que originalmente co-compuso con Chuck E. Weiss para el álbum solista de éste; Kelley Deal (ex The Breeders) versionando el tema “Fucking Hostile”, de Pantera, y Nashville Pussy haciendo una incendiaria versión del clásico “Highway to Hell”. Estos son algunos de los temas –otros intérpretes son Steve Earle, L7, Rocket From The Crypt, Killing Joke y Mark Lanegan– del que está llamado a ser el álbum a beneficio más importante del año, titulado Free the West Memphis 3. Es decir: liberen a los 3 de West Memphis. West Memphis es un perdido pueblito de Arkansas, y los 3 en cuestión son tres pibes acusados y condenados –dos a cadena perpetua, y uno esperando sentencia de muerte- por un triple crimen infantil del que no hay otra prueba de que lo hayan cometido que su pelo largo, sus ropas negras y su fanatismo por cierto rock. Tal como fue contado por el documental Paradise Lost –uno de cuyos directores, Joe Berliner, es el responsable de The Blair Witch Project 2, ver doble central–, los acusados son los freaks del pueblo, a quienes la policía local tenía como sospechosos de cualquier crimen de la zona. Fueron responsabilizados del brutal asesinato de tres niños en 1993, a pesar de la falta de pruebas materiales en su contra. Esto ha generado un movimiento a favor de la revisión de sus condenas (chequear el site www.wm3.org), y a esta altura ya habrá quienes recuerden que Trey Parker y Matt Stone –los autores de South Park– pidieron la libertad de los 3 de West Memphis al recibir su MTV Movie Award. Pero no es ningún chiste. En este momento, en Arkansas, un joven está esperando el día de su inyección letal por el crimen de ser un freak rockero de pueblo. “Estos chicos no tuvieron un juicio justo”, declaró Tom Waits. “Fueron acusados por usar ropa negra y tener el pelo largo. No hay nada peor para nuestro sistema de justicia criminal que ser pobre o diferente.” Como escribe el activista Burk Sauls en las notas interiores del álbum: “Este disco tiene el potencial de cambiar tu vida. Sus letras pueden destruirte para siempre. Así es como podría suceder: si las copiás en un papel y estás en posesión del mismo, podrías ser considerado un asesino según algunos agentes de la ley. El simple acto de copiar letras de canciones o poesía puede ser interpretado como una prueba de que sos culpable de sacrificar chicos en un culto diabólico. ¿Te suena algo exagerado? No lo es. Así sucedió”. Ya lo saben. Ni se les ocurra cantar moviendo la cabeza esa frase de “Highway to Hell” que dice: “Hey Satán, poné mis canciones / estoy tocando en una banda de rock”.

Estación primavera con el Sr. Gillespi

Expedición Robinson

Todo el mundo hablando de estos hombres y mujeres que estuvieron dos meses en una isla desierta, sorteando todo tipo de obstáculos, pasando hambre, frío, calor, con la idea de formar una nueva sociedad con nuevos valores, lejos de la envidia, la codicia, todos compitiendo para demostrar y demostrarse ellos mismos que pueden... que pueden ganar 100 mil dólares en dos meses.
Estos personajes que pronto serán estrellas de nuestra querida TV llegaron a nuestro corazón, al punto de ser alentados, insultados y de sufrir con ellos a la hora de la votación: “Que se vaya Consuelo, que se vaya Rodrigo, que se vaya Weich, que venga Maby”, gritábamos en nuestras casas delante del televisor. Y también de preguntarnos: ¿por qué llegó tan fuerte el mensaje de estos héroes nacionales? ¿Influyó en nuestras vidas cotidianas? ¿Todos tenemos un Robinson dentro? Y además: ¿por qué en lugar de Julián no lo hizo Mauro Viale y se quedó allá?

Síntomas de que “Expedición Robinson”
influyó en nuestra vida cotidiana:
1 Tu perro ahora se llama Viernes.
2 Te vas un fin de semana a una isla en el Tigre, solo con una lata de atún. Eso sí: a tu chica/o le dejaste llevar su cepillo de dientes.
3 “Amoooooor, vendí los muebles de roble, hice todo nuevo en caña y lona.”
4 Te echan del restaurante por comer todo con la mano y sentarte en el piso.
5 En el barrio todos saben que sos un “Robinson”... Tu hedor a zorrino es inigualable.
6 A la mañana, te “lavás” los dientes con buches de arena y agua, en el arenero de la plaza.
7 En el trabajo organizás un “consejo” para ver quién “se va primero” a almorzar.
8 Te afeitás la barba con un cuchillo y obligás a tu mujer a depilarse con un fósforo.
9 En la cartera llevás el maquillaje, un espejito, la Victory Nox (con 55 utilidades) y el antídoto para veneno de serpientes.
10 Ya no hacés el amor por miedo a que te estén mirando 3 millones de personas en vivo y en directo.

Bueno amigos, quiero informarles que estoy organizando mi propia expedición: “Expedición Gillespi”, dos días en Fuerte Apache, sorteando todo tipo de obstáculos. ¿El premio? Un autoestéreo recién cosechado. Manden sus datos al diario.