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URBANISMO

Reapertura del Museo de Arquitectura en la antigua Torre de Agua
Un espacio para la memoria y los proyectos

A propuesta de la Sociedad Central de Arquitectos, el MARQ reabrirá sus puertas a mediados de mes en el antiguo edificio ubicado en la intersección de las avenidas Libertador y Callao, en Recoleta.

Por Liliana Sánchez

A mediados de mes reabrirá sus puertas el Museo de Arquitectura (MARQ), instalado en el antiguo edificio de la Torre de Agua, en la intersección de las avenidas Libertador y Callao. En esta oportunidad lo hará con una exposición fotográfica de Horacio Cóppola, que mostrará la evolución del paisaje urbano entre las décadas de 1920 y la de 1980, basada en su trabajo “Viejo Buenos Aires adiós”.
No obstante, la propuesta elaborada en la Sociedad Central de Arquitectos, responsables del proyecto MARQ, incluye hacer muestras de las obras desde su comienzo, presentando proyectos, anteproyectos, dibujos, fotos, maquetas, croquis. Los recorridos por la ciudad, guiados por un arquitecto, permitirán conocer cómo nacieron y crecieron algunas obras. También pretenden que este espacio sea utilizado por las municipalidades para que expongan allí sus propios proyectos sobre emprendimientos urbanísticos, posibilitando que el público los conozca y pueda emitir su opinión.
Se organizarán actividades no dirigidas específicamente al estudiantado, a los técnicos o a los profesionales del sector, sino para la comunidad. “Que el ciudadano empiece a comprender para qué sirve la arquitectura, cuál es nuestro rol dentro de la sociedad”, sintetiza el Arq. Julio Keselman, director del Museo de Arquitectura. Otra intención es hacer visible la probable resolución arquitectónica de problemas cotidianos, como la vivienda, la salud, los espacios públicos, la infraestructura, los espacios verdes, urbanizados o el uso del territorio.
Las visitas guiadas, que comenzarán en marzo, se programarán sobre seis áreas de la ciudad, el Centro, San Telmo, Flores, Mataderos, la Boca y zona Norte. Habrá un relevamiento previo que determinará a qué estilos arquitectónicos corresponden los edificios que se habrán de observar; van a estar presentes el neoclasicismo o el academicismo francés, así como también el barroco italiano según la zona elegida, caracterizada seguramente por alguna de las corrientes europeas que hicieron sus aportes para conformar la arquitectura porteña.
Los visitantes dispondrán de un catálogo con toda esa información y, además, el arquitecto-guía les explicará el carácter, la época, el diseño y la función de cada edificio, y las diferencias entre un estilo y otro. Estas recorridas también se organizarán en La Plata y Córdoba.
El inmueble donde funciona el MARQ es la Torre de Agua, propiedad del Enabief (Ente Nacional de Administración de Bienes Ferroviarios), y cedido en concesión a la Sociedad Central de Arquitectos (SCA), por 10 años (con opción a una prórroga por diez años más), y la condición es que sea utilizado con fines culturales. El edificio, que perteneció al ex Ferrocarril Central Argentino, fue construido a principios del siglo pasado, tiene 400 m2 y en la parte superior un enorme tanque de agua con el cual se abastecía a las locomotoras a vapor.
Su construcción se basa en una importante estructura metálica revestida con una pared de ladrillos a la vista, similar a la utilizada en los doques del Puerto. Tiene un subsuelo y adentro, donde antes era un edificio hueco, se hicieron tres entrepisos idénticos para usarlos durante las exposiciones. Fue declarado lugar histórico nacional en 1997 y lo circunda un espacio verde abierto de 1600 m2 que se prevé integrar al complejo del MARQ.

Anteproyectos en danza
Para intervenir en el predio que rodea a la Torre de Agua se va a llamar a un concurso nacional de anteproyectos. Las bases se están definiendo y tendrán que precisar qué uso se le otorgará al espacio, cuántas salas habrá, con qué dimensiones, así como también pautas para resolver el temade la iluminación, la circulación y el depósito donde se emplazará el archivo histórico de las fotos, proyectos, dibujos y maquetas.
“Seguramente va a ser de nivel suelo para abajo (bajo nivel), porque queremos mantener ese espacio verde abierto alrededor, y que se integre al complejo a través de actividades al aire libre, que pueden ser exposiciones, conciertos de tango, de jazz, obras de teatro, recitales”, explicita Keselman.
La propuesta de rescatar el predio y el edificio para desarrollar actividades culturales coincide con la temática que define la zona, ya que el MARQ viene a sumarse geográficamente al Museo Nacional de Bellas Artes, el Palais de Glace, el Centro Cultural Recoleta y el Museo de Arte Decorativo.
En cuanto a las fuentes de financiamiento necesarias para sostener este emprendimiento, se contempla la posibilidad de conseguir sponsors entre las propias cámaras de la construcción y las industrias relacionadas con este rubro. Aunque los integrantes de la SCA no descartan los aportes que oportunamente podrían hacer las municipalidades, ya que este espacio funcionará como una vidriera para los anteproyectos y propuestas comunales.
La aspiración es que el MARQ no sólo sea un canal difusor de la historia y cultura urbanas, sino también un foro de participación e intercambio ciudadanos, de manera que los proyectos públicos que allí se expongan se ejecuten con un mayor nivel de consenso.
Las muestras previstas para el resto del año están relacionadas con el Mercado del Abasto (en Buenos Aires), las ciudades de Córdoba, Rosario y La Plata, y un ciclo de cine arquitectura.