Libido, a la carga
Calentura
peruana
P.P.
Duraza.
Tener veintipico, vivir en Lima y aspirar a ser estrella de
rock no es tarea sencilla. La vida duraza, que poco
se parece a la vida loca, la definen Salim Vera (voz y guitarra
rítmica) y Antonio Jáuregui (bajo), la mitad de
Libido, el grupo peruano que pretende diseminar su pop rock
por Latinoamérica y no hundirse en el anonimato al que
los condena el pequeño mercado limeño. Es cierto:
los días de conquista continental para una banda de rock
parecen demasiado lejanos, pero acá están ellos,
engullendo maníes con cerveza en el lobby del hotel Amerian,
asegurando que la música es universal, y que no ven por
qué no podría Libido sonar en todas las radios.
Después de su primera y módica producción
independiente, el cuarteto firmó contrato con Sony, viajó
a Buenos Aires y se puso a las órdenes de Tweety González
para grabar Hembra en los estudios Panda. Las canciones de Libido
exhuman cierto rock ochentoso (alusiones musicales a la edad
de oro del pop rock latinoamericano, letras de vuelo rapaz,
historias de amor dolido), y no tienen nada que ver con las
aproximaciones folklóricas que caracterizan al rock latino
dominante en la Era Santaolalla. Desde siempre nos ha
gustado el rock puro, cuentan. No negamos la música
folklórica: en el disco utilizamos un cajón criollo,
que es un instrumento netamente peruano, pero no para la fusión.
Lo que hacemos es agarrar un cajón, un cencerro, un charango,
y hacerlos sonar rockeros.
En su segundo viaje a Buenos Aires tocaron en el Hard Rock Café,
subieron al escenario del Campo de Polo, posaron para la foto
con Noel Gallagher después de la conferencia de prensa
que el compositor de Oasis dio en el Sheraton (un astuto truco
curricular) y hasta se cruzaron con Axl Rose en la insólita
noche de sábado en El Divino. Nuestro gran sueño
es vivir de la música, reconocen, que en
el Perú es más una posibilidad que un hecho. Nosotros
estamos queriendo demostrar que sí podemos hacerlo, porque
es un movimiento que recién está creciendo. Hembra
ya es disco de oro en nuestro país (con cinco mil copias
vendidas), y ahora esperamos poder hacer música no sólo
para el Perú, sino también para todos.
Los Libido dicen que la piratería es uno de los principales
estorbos en el desarrollo del mercado peruano. Un disco
que en la tienda cuesta 18, 20 dólares, puedes conseguirlo
pirata a menos de tres, detallan. La pregunta es: ¿cuánta
gente podría comprar discos a 20 dólares en Perú?
Es un país de mucha pobreza, y la decisión
ante esa diferencia de precio es sencilla, reponen. No
es fácil. Hay mucha gente apasionada del arte, pero que
tiene que dejar de hacerlo para ganarse la vida de otra manera.
Nosotros vivimos esa realidad, pero estamos trabajando a futuro:
tenemos la esperanza ciega de poder vivir de la música.
La
gran bestia bowl
R.C.
El
muchacho de la foto se llama Ray Lewis y usa la camiseta 52
de los Baltimore Ravens, equipo que este domingo se medirá
contra los New York Giants en el Superbowl (la final del torneo
de fútbol americano). Si vas a ver el partido, te recomendamos
que le prestes atención a Lewis, que a pesar de su 1,85
metros y sus 111 kilos, se mueve como una gacela en la defensiva
de su equipo y siempre protagoniza las jugadas más explosivas.
Por algo fue elegido el mejor defensor de la temporada... Ah,
otro motivo para engancharse a la transmisión (desde
las 20, por Fox Sports y el canal 20 de Cablevisión):
en el entretiempo habrá un show de Aerosmith, seguramente
rimbombante como acostumbran los norteamericanos. El único
detalle es que la banda que compartirá escenario con
los mellizos tóxicos es... NSync. ¡Ugh!
¡EXCLUSIVO!¡Unico
medio: Axl de compras en el Patio Bullshit! Discos de Marcela
Morelo, chimichurri y la colección de Crónica 1993.
El
Divino en Buenos Aires
Primero
se dijo que vendría a ver a su viejo héroe Neil
Young, después de la actuación en Río
de Janeiro, pero apareció dos días más
tarde el sábado y se alojó en el
Sheraton. Una sorda histeria mediática (sorda en relación
a sus turbulentos días de forajido Menem
dixit durante el esplendor de Guns NRoses) rodeó
la visita del californiano, pero el martes concedió
una entrevista telefónica al programa Day Tripper de
Rock & Pop y despejó las últimas dudas sobre
su presencia. Se supo que el sábado fue a bailar a
El Divino (?!), que estaba ansioso por comer carne argentina
(lo llevaron a cenar a Puerto Madero, donde deglutió
un asado de tira jugoso), que caminó por San Telmo
y Recoleta, que fue de compras al aristocrático Patio
Bullrich, y que se despidió de la ciudad (el martes
a la noche voló a Santiago de Chile) con un menú
de sushi y vino blanco. Un verdadero city-tour gringo. En
la entrevista con Juan Di Natale, prometió venir a
tocar en noviembre, cuando Chinese Democracy, su esperado-demorado
nuevo disco, ya esté en las disquerías y parlantes
de tu barrio. Eso será crucen los dedos
a mediados de este año.