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Jueves 25 de Enero de 2001

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Libido, a la carga

Calentura peruana

P.P.

”Duraza.” Tener veintipico, vivir en Lima y aspirar a ser estrella de rock no es tarea sencilla. La vida “duraza”, que poco se parece a la vida loca, la definen Salim Vera (voz y guitarra rítmica) y Antonio Jáuregui (bajo), la mitad de Libido, el grupo peruano que pretende diseminar su pop rock por Latinoamérica y no hundirse en el anonimato al que los condena el pequeño mercado limeño. Es cierto: los días de conquista continental para una banda de rock parecen demasiado lejanos, pero acá están ellos, engullendo maníes con cerveza en el lobby del hotel Amerian, asegurando que la música es universal, y que no ven por qué no podría Libido sonar en todas las radios.
Después de su primera y módica producción independiente, el cuarteto firmó contrato con Sony, viajó a Buenos Aires y se puso a las órdenes de Tweety González para grabar Hembra en los estudios Panda. Las canciones de Libido exhuman cierto rock ochentoso (alusiones musicales a la edad de oro del pop rock latinoamericano, letras de vuelo rapaz, historias de amor dolido), y no tienen nada que ver con las aproximaciones folklóricas que caracterizan al rock latino dominante en la Era Santaolalla. “Desde siempre nos ha gustado el rock puro”, cuentan. “No negamos la música folklórica: en el disco utilizamos un cajón criollo, que es un instrumento netamente peruano, pero no para la fusión. Lo que hacemos es agarrar un cajón, un cencerro, un charango, y hacerlos sonar rockeros.”
En su segundo viaje a Buenos Aires tocaron en el Hard Rock Café, subieron al escenario del Campo de Polo, posaron para la foto con Noel Gallagher después de la conferencia de prensa que el compositor de Oasis dio en el Sheraton (un astuto truco curricular) y hasta se cruzaron con Axl Rose en la insólita noche de sábado en El Divino. “Nuestro gran sueño es vivir de la música”, reconocen, “que en el Perú es más una posibilidad que un hecho. Nosotros estamos queriendo demostrar que sí podemos hacerlo, porque es un movimiento que recién está creciendo. Hembra ya es disco de oro en nuestro país (con cinco mil copias vendidas), y ahora esperamos poder hacer música no sólo para el Perú, sino también para todos”.
Los Libido dicen que la piratería es uno de los principales estorbos en el desarrollo del mercado peruano. “Un disco que en la tienda cuesta 18, 20 dólares, puedes conseguirlo pirata a menos de tres”, detallan. La pregunta es: ¿cuánta gente podría comprar discos a 20 dólares en Perú? “Es un país de mucha pobreza, y la decisión ante esa diferencia de precio es sencilla”, reponen. “No es fácil. Hay mucha gente apasionada del arte, pero que tiene que dejar de hacerlo para ganarse la vida de otra manera. Nosotros vivimos esa realidad, pero estamos trabajando a futuro: tenemos la esperanza ciega de poder vivir de la música.”


La gran bestia bowl

R.C.

El muchacho de la foto se llama Ray Lewis y usa la camiseta 52 de los Baltimore Ravens, equipo que este domingo se medirá contra los New York Giants en el Superbowl (la final del torneo de fútbol americano). Si vas a ver el partido, te recomendamos que le prestes atención a Lewis, que a pesar de su 1,85 metros y sus 111 kilos, se mueve como una gacela en la defensiva de su equipo y siempre protagoniza las jugadas más explosivas. Por algo fue elegido el mejor defensor de la temporada... Ah, otro motivo para engancharse a la transmisión (desde las 20, por Fox Sports y el canal 20 de Cablevisión): en el entretiempo habrá un show de Aerosmith, seguramente rimbombante como acostumbran los norteamericanos. El único detalle es que la banda que compartirá escenario con los mellizos tóxicos es... ‘NSync. ¡Ugh!


¡EXCLUSIVO!¡Unico medio: Axl de compras en el Patio Bullshit! Discos de Marcela Morelo, chimichurri y la colección de Crónica 1993.

El Divino en Buenos Aires

Primero se dijo que vendría a ver a su viejo héroe Neil Young, después de la actuación en Río de Janeiro, pero apareció dos días más tarde –el sábado– y se alojó en el Sheraton. Una sorda histeria mediática (sorda en relación a sus turbulentos días de “forajido” –Menem dixit– durante el esplendor de Guns N’Roses) rodeó la visita del californiano, pero el martes concedió una entrevista telefónica al programa Day Tripper de Rock & Pop y despejó las últimas dudas sobre su presencia. Se supo que el sábado fue a bailar a El Divino (?!), que estaba ansioso por comer carne argentina (lo llevaron a cenar a Puerto Madero, donde deglutió un asado de tira jugoso), que caminó por San Telmo y Recoleta, que fue de compras al aristocrático Patio Bullrich, y que se despidió de la ciudad (el martes a la noche voló a Santiago de Chile) con un menú de sushi y vino blanco. Un verdadero city-tour gringo. En la entrevista con Juan Di Natale, prometió venir a tocar en noviembre, cuando Chinese Democracy, su esperado-demorado nuevo disco, ya esté en las disquerías y parlantes de tu barrio. Eso será –crucen los dedos– a mediados de este año.