En
pretemporada, Bono habla de sus ¿convicciones? religiosas
No puedo vivir como cristiano
A
dos semanas del comienzo de una nueva gira mundial (Elevation
Tour), el líder de U2 se pone bien serio y analiza su rol
de negociador de reducción de deudas externas de países
pobres. Sin olvidar sus arranques de ironía, Bono se declara
afín con George W. Bush y otros políticos incorrectos,
le busca un sentido al catolicismo y amenaza a los EE.UU. con
un juicio divino. Enterate.
|
He
evitado hablar sobre mi fe durante veinte años, pero pensé
que estaba bien abrirme un poco, le dijo Bono a Anthony DeCurtis,
cronista estrella de la revista Rolling Stone, EE.UU., que ha estado
en contacto con U2 desde 1984. La razón de un nuevo encuentro
estrella-periodista estrella fue una entrevista publicada por Beliefnet
(www.beliefnet.com), una cibercomunidad independiente de tono panreligioso,
destinada a ayudar a las personas a encontrarse con sus propias
necesidades espirituales y religiosas. ¿Por qué
Bono tardó tanto en abrir la boca sobre sus creencias? El mismo
lo explica: El problema es que cuando hago esta clase de cosas,
en los diarios sensacionalistas aparecen títulos como Bono
pontifica sobre la Santísima Trinidad. Y entonces, ¡largaron!
Pero, al mismo tiempo, no los dejo amordazarme. Estos son los pensamientos
sin forma certera de una estudiante de estos temas, no los de un maestro.
A ver...
Aunque la coalición Jubileo 2000 tuvo grandes logros, falló
en conseguir su objetivo de máxima, que era la condonación
total de la deuda externa de los países del Tercer Mundo. La
coalición se ha desbandado, pero el trabajo sigue adelante. ¿Cuál
es la iniciativa actual y cuál es tu rol en ella?
Para nosotros, éste podría ser más el año
del milenio que el anterior. Hay una posibilidad de que nos centremos
en la crisis del sida/hiv, particularmente en Africa. Esa es la sacudida
al sistema que podría permitir una condonación de deuda
más profunda. Tuve dos reuniones con Tony Blair durante las últimas
semanas y él comprende que está en el poder en un momento
de gran importancia. Esto se parece a la peste bubónica, a Hiroshima
o al Holocausto. Creo que él, junto con George W. Bush, va a
trabajar con las naciones industrializadas y los líderes africanos
para intentar darle una solución real a este problema. Y la condonación
de la deuda será parte del paquete.
¿Tenés el mismo nivel de afinidad con la administración
Bush que con Clinton?
Sí. De hecho, si mirás la tapa del New York Times
cuando el tema de la cancelación de deuda pasó por el
Congreso, el título era: El Papa, U2 y George W. prevalecen.
Para mí era un triunvirato muy gracioso. Trabajamos muy duro
para lograr una autoría tanto de republicanos como de demócratas
en ese paquete, y tengo confianza en que los líderes republicanos
seguirán el mismo camino. En el segundo debate, Bush mencionó
la cancelación de deuda como una de las ideas que lo excitaban.
Debido a que la condonación de la deuda se convirtió
en un tema religioso, tuviste la oportunidad de encontrarte con varios
políticos con los que probablemente estás de acuerdo en
poco o nada. ¿Cómo fue eso?
En ocasiones, realmente tuve que tragarme mis prejuicios. Como
tenía cierta sospecha sobre la Iglesia Cristiana tradicionalista,
tendía a considerarlos a todos iguales. Fue un error, porque
hay gente honrada trabajando en todo el arco iris de creencias sistematizadas.
Tuvimos una reunión en la Casa Blanca a la que el presidente
Clinton invitó a Pat Robertson, quien, creo, se había
referido al Clinton como un demonio y no había visitado
la Casa Blanca en ocho años. Lo vi en ese salón con Adrew
Young, quien dijo, con voz temblorosa, que esto era lo más importante
que había sucedido para él desde las marchas por los derechos
civiles en los años 60. Clinton dijo: Este es un grupo
bien extraño. Pero si ustedes están de acuerdo en reunirse
unas cuantas veces más, realmente podrían cambiar al mundo.
Por otra parte, están empezando a gustarme más y más
las personas que tienen convicciones impopulares. ¿En qué
punto una creencia impopular interfiere con tus propios derechos humanos?
Por ejemplo, la circuncisión femenina forzada. La Iglesia Católica
se opone a la anticoncepción. La lista sigue. Dios tiene algunos
hijos extraños y me cuesta estar en su compañía
la mayor parte del tiempo.
Cuando me encontré con el Papa, llevé un libro de poesía
de Seamus Heaney, al que él le había hecho una inscripción
especial para el SumoPontífice. Era una cita del libro de catecismo
de Heaney, de 1974. Decía: ¿Quién es mi prójimo?
Toda la humanidad. Con todas las fallas y perversiones de los
últimos 2000 años y con lo que cada exponente de
esta fe ha intentado esquivar esta idea, éste es, sin dudas,
el dogma del cristianismo: que todos somos iguales a los ojos de Dios.
Así que, como cristiano, no podés darle la espalda a Africa.
Todo Estados Unidos será juzgado por Dios si ignora a 23 millones
de personas sufriendo por el hiv, la lepra de nuestro tiempo. No podés
darle la espalda a esto, y llamarte cristiano y quedarte tranquilo.
La distancia no decide quién es tu prójimo y quién
no. La Iglesia deberá convertirse en la conciencia del libre
mercado y dejar de ser su apóloga si quiere tener
algún sentido en este mundo.
Durante el Zooropa Tour, a menudo llamabas por teléfono
desde el escenario a figuras prominentes. En Londres, estabas vestido
como el personaje diabólico que inventaste, MacPhisto, y, mientras
tratabas de llamar al arzobispo de Canterbury, MacPhisto aseguró
que los líderes religiosos eran algunos de sus amigos más
íntimos.
Es verdad. A menudo me pregunto si la religión es el enemigo
de Dios. Es como si la religión fuera lo que sucede cuando el
Espíritu Santo se aleja. El espíritu divino se mueve a
través de nosotros y del mundo a una marcha que nunca podrá
ser restringida por un paradigma religioso. En alguna parte de las Escrituras
dice que el Espíritu Santo se mueve como el viento: nadie sabe
de dónde viene ni hacia dónde va. El Espíritu Santo
es descripto en las Sagradas Escrituras como mucho más anárquico
que lo que cualquier religión establecida lo reconoce.
A pesar de eso, U2 ha sido visto a menudo como un grupo de rock
cristiano.
En todo caso, la música es el lenguaje del espíritu.
Su primera función es alabar la creación: alabar la belleza
de la mujer que está a tu lado, o de la mujer que te gustaría
que esté a tu lado. Es una energía efusiva natural que
no deberías poner a trabajar. Cuando esa gente se levanta en
los Grammys y dice le agradezco a Dios, siempre me imagino
a Dios diciendo Oh, no lo hagas, por favor no me agradezcas por
esa canción. Por favor, ¡es una canción horrible,
una basura!
La idea más poderosa que ha entrado al mundo en el últimos
miles de años la idea de la Gracia es la razón
por la cual me gustaría ser cristiano. De todos modos, tal como
le dije a The Edge un día, a veces me siento más un fan
que parte de la banda. No puedo vivir como cristiano. Pero la razón
por la cual me gustaría es la idea de la Gracia. Es realmente
poderosa.
También se ha hablado de vos en términos similares
a los de las luchas espirituales de rockeros como Little Richard, Jerry
Lee Lewis y Marvin Gaye.
Nunca me atormenté del modo en que lo hicieron esos pioneros
del rock, que estaban entre el gospel y el blues. Siempre vi a uno como
parte del otro. Me gusta la rabia del blues, creo que estar enojado
con Dios es, por lo menos, un diálogo. Como Robert Johnson en
Hell Hound on My Trial, el blues está lleno de eso.
Y llega hasta Marylin Manson. Estos son grandes interrogantes: si existe
un Dios, es serio; si no existe un Dios, es incluso más serio.
¿O es al revés? No sé, pero éstas son las
cosas que, como artista, van a cruzar por tu mente, tanto como una Oda
para mi nuevo Jaguar (risas). Voy a agarrarme bien fuerte a mi
derecho a ser un tarado. Tienen que permitirme eso.