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Jueves 7 de Junio de 2001

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UNA HIJA DE DESAPARECIDOS GANADORA DE UN CONCURSO EN MTV

Charo, de Chaco

”Tuvimos una estrella increíble”, dice Charo Bogarin, dudando mucho antes de decir la palabra “estrella”. Ella, cantante, integra junto al tecladista Diego Pérez el dúo de pop electrónico Laboratorio.wav, oriundo de Resistencia, Chaco, y flamante ganador del concurso Femina-rock, que organizó MTV junto a la SGAE, versión española de Sadaic. Ya sea gracias a su talento, su estrella o su buena (f)ortuna, los logros fueron meteóricos para Laboratorio.wav. La dupla empezó a ensayar hace un año, tocó apenas cinco veces en vivo, sólo realizó una grabación casera, y todo en un lugar que no es precisamente el ombligo del mundo del pop electrónico (Resistencia, provincia de Chaco). Sin embargo, ahora van a girar por España –junto a Aterciopelados, María Gabriela Epumer y Julieta Benegas– y van a grabar en Los Angeles, bajo la tutela de Gustavo Santaolalla.
Charo, que tiene 28 años, es hija de desaparecidos y periodista de un diario chaqueño, compone canciones en guitarra y su compañero Diego, de 22, se ocupa de las texturas, máquinas mediante. “Tengo un registro de voz muy agudo, y creo que eso nos hace sonar muy distinto de otros artistas argentinos. Nuestra música se basa en la interrelación arte/ máquina/ persona. Nos parecemos más a Björk o a Portishead que a Fabiana Cantilo”, define la protagonista de esta historia.
Cuando Laboratorio.wav se enteró del concurso –que exigía bandas lideradas por mujeres–, envió una versión de su tema “Alivia” con muchas dudas: “Teníamos vergüenza de la calidad de sonido del demo, era muy modesta. Y otras bandas habían usado equipos profesionales”. Pero las otras bandas (105 en total, provenientes de toda América latina, España y Estados Unidos) se quedaron con las ganas. Laboratorio.wav recibió los votos del público, ganó el certamen y ahora ve cómo les cambió el panorama.

JAVIER AGUIRRE

Laboratorio.wav se presenta mañana a las 23 en El Santuario de Arte, Gurruchaga al 1700.


Redondez

Diego, más allá de toda otra posible valoración, ha sido algo hermoso. Futbolísticamente (como, para entendernos, al hablar de otros podría decirse: pictóricamente o cinematográficamente) ha constituido la representación viviente de la belleza, de lo estético por antonomasia.
Pero además –y en ciertos aspectos– de esto, para nosotros ha sido un testimonio concreto de la anhelada conjugación de la belleza y la victoria. Y si la belleza, en realidad, para el pasado no había sido del todo escatimada, aunque sin llegar nunca al nivel expresado por Maradona, el gusto por la victoria, para nosotros, era totalmente desconocido. Y no es todo. Unir belleza y victoria podría ser algo trivial, más que absolutamente raro. El hecho más extraordinario e irrepetible –porque solamente el genio puede producir tanto, y los genios nacen uno en el mundo y por siglo– ha sido la conjugación posterior de victoria y desorden. La alegría de poder decir que no todo se construye en el gabinete, que no hay ecuación entre organización y victoria. Creo que se puede afirmar, sin temor a ser desmentidos, que su presencia en la escena futbolística ha sido “definitoria” como la de nadie. Con él, se ha sintetizado en un hombre la esencia misma del fútbol, su principio fundamental: “La pelota es redonda”.

Párrafo de un texto firmado por Guido Clemente Di San Luca, investigador de derecho administrativo de la Universidad de Nápoles, recientemente publicado en el libro Te Diegum. Maradona, genio y transgresión (Editorial Sudamericana).


El chino Gustavo

Barry Adamson y Serge Gainsbourg. Esa era la música de referencia con la que el debutante Ariel Rotter terminó de editar su ópera prima Sólo por hoy, un largometraje que fue invitado al Festival de Berlín, inauguró el reciente Festival de Cine Independiente de Buenos Aires y hoy se estrena en la cartelera porteña. Con el trabajo terminado, Rotter ni lo pudo disfrutar: había que buscar a alguien que hiciera la banda de sonido definitiva. Ante la disyuntiva, Rotter –un hincha fanático de Independiente que en un adolescente viaje a Europa pasó por Suiza y, sin conocerlo, le tocó el timbre de la casa a su ídolo Néstor Clausen– se la jugó como en las épocas de su cararrotez viajera: discó el número de teléfono de su admirado Gustavo Cerati, se presentó y le propuso que hicera la música de su largometraje. “No supo qué decir, y apenas balbuceó un ‘dejámela ver’ me fui en bicicleta hasta su casa a llevarle un video”, cuenta y luego confiesa que mientras pedaleaba de regreso a su casa pensó que jamás volvería a saber de Cerati. “Pero al día siguiente sonó el teléfono y era él”, remata Rotter, que tras poco menos de un mes de trabajo puede exhibir orgulloso en el afiche de su película el nombre del ex Soda como responsable de la música. Historia urbana sobre la vida de cinco jóvenes que comparten casa y buscan poder hacer lo que siempre quisieron mientras trabajan de otra cosa, Sólo por hoy es una película auténtica, sutil y honesta, que presenta polaroids de la vida diaria de gente anclada en su impotencia de no poder dedicarse a construir su vida aquí y ahora. Entre sus protagonistas figuran el “Campeón” Mariano Martínez y el ex Melli Damián Dreizik, mientras que en su banda de sonido aparece un Charly García de Taiwan llamado Lota Yu. Y la música incidental de Cerati, claro. Que –atención fanáticos– canta en chino apenas comienza el film. ¿Qué dice la letra del tema? “Cuando viajo no soy yo / son los latidos de mi corazón”.

MARTIN PEREZ


Esta semana se define “El Bar”

¿Quién gana?

La taberna de Moe Kusnetzoff sirve la última ronda y se termina el reality show de Cuatro Cabezas. Con la sorpresiva ausencia de Daniel Granelli en el tramo decisivo (cayó inesperadamente en semifinales, demoliendo apuestas y denuncias de “stá-todoa-rreglado”), Eduardo Nocera y Federico Blanco son los dos candidatos a embolsar, mañana a la noche, las 100 lucas prometidas. En cuanto a la fama, ya fueron varios los que supuestamente la embolsaron. Aquí, por si acabás de salir de un pocketter, un quién es quién en la final de “El Bar”.

FEDERICO

Edad: 21 años.
Slogan de campaña: “Vote transparencia” (insiste con que es un pibe simple, de barrio, que se muestra tal como es, así, posta, denserio, mirame
a los ojos, creéme).
Estado capilar: cabeza afeitada, cara afeitada.
Su otra vida: vive en Bernal y estudia Relaciones Internacionales en la Universidad
Kennedy.
Target: más de una madre lo querría de novio de su hija.
Sus ejemplos: Guido Kaczka, Emanuel Ortega y Hernán Crespo.
Historial: apadrinado por Daniel con status de “cachorro”, eligió una política –¿delarruista?– de perfil bajo para avanzar hasta la final.
Objeto personal: cara
de nene bueno.
Arma de seducción: estar
en cueros.
Enemigos: chocó con Maxi y con Eduardo, y disputó con Mónica el amor de Daniel, a quien también inesperadamente enfrentó y venció.
Amigos: Celeste, Yael y Mónica. Eligió plantel femenino. Prácticamente.
Amor: Yael. Sí: ganó bien
el dolape.

EDUARDO

Edad: 28 años.
Slogan de campaña: “La imaginación al poder” (asegura que es divertido y creativo, y que merece un programa de TV propio).
Estado capilar: pelo largo, barba candado, bigotitos mosquetero.
Su otra vida: hombre de la noche, poeta y anfitrión del extinto pub Sarajevo. A partir de “El Bar”, circulan e-mails invitando a fiestas cuyo asunto dice “Eduardo Nocera presenta”.
Target: bohemio, ojos rojos, sábado y vidurria.
Sus ejemplos: Pipo Cipolatti, Gillespi y Jorge Dorio.
Historial: fue eliminado a mitad de camino, pero un inciso reglamentario le permitió volver y ahora está en la final.
Objeto personal: nariz
de payaso.
Arma de seducción: la labia.
Enemigos: chocó con Fede y con Mónica, pero su victoria moral es con Daniel, de quien casi liga una trompada y contra quien zafó de ir al banquillo.
Amigos: Maxi y Juampi,
sus compañeros en la
alianza “La cumbre”.
Amor: Julieta, con quien además tuvo una pelea con gritos “a la” Pimpinela.