Ahí
vienen los chilangos
R.C.
En algún
lugar del Distrito Federal mexicano, cuatro tipos están
componiendo y grabando canciones para su tercer álbum.
Sí, Molotov se apoderó de un viejo estudio que
el sello Universal había convertido en sala de reuniones
y allí ya tienen listas veinte canciones, con la idea
de publicar el sucesor de Apocalipshit en marzo del 2002. Por
supuesto, todavía el grupo no tiene idea de qué
nombre llevará: Cuando esté todo grabado
lo decidiremos, con una buena botella de whisky en las manos,
dice Paco, uno de los dos bajistas del grupo. Separados ya definitivamente
de la órbita de Gustavo Santaolalla (firmaron un nuevo
contrato con Universal), es muy posible que Mario Caldato Jr.
entre otros trabajos anteriores, productor de los Beastie
Boys vuelva a trabajar con ellos, al menos en algunos
temas del nuevo álbum. Acabamos de hacer temas
para dos películas. Para el de Atlético San Pancho
trabajamos con Mario; en el de Moulin Rouge colaboramos con
los Dub Pistols, una banda inglesa.
¿Ya se puede vislumbrar qué dirección
tendrá el nuevo material?
Es un poco más rocker que lo anterior. Sigue siendo
el mismo estilo de canto y rap, sólo que un poco más
crudo. Las letras son más localistas, como las del primer
disco.
¿Por qué volvieron al localismo?
El primer disco era de chistes locales que se hicieron
grandes. Pero para el segundo sólo tuvimos cuatro meses
para componer, ensayar y grabar el álbum, porque llevábamos
como cinco años de gira. Entonces no teníamos
la misma esencia de estar viviendo aquí. Ahora estamos
en eso, plantando otra vez los pies en México. Y agarrando
nuestro viejo estilo chilango.
Niko
Villano, jurado de lucha por televisión
¡Titán!
J.A.
Luego
de las vacilaciones rockeras de El Megáfono,
el otro gran desembarco del rock and roll en la TV de aire en
lo que va del año fue la aparición de Niko Villano
como jurado de Titanes en el ring 2001. Al parecer,
la llegada de Niko a la legendaria saga criolla de catch fue
posible gracias a que Paulina Karadagian, hija de Martín,
es fanática de Villanos y tiene sus discos tanto en su
casa como en el auto. Yo siempre fui fan, bien freak,
de los Titanes revela Niko al No, por su lado, hasta
tengo discos autografiados por William Boo y el Mercenario Joe.
La conexión fue instantánea: al poco tiempo, Niko
comenzó a participar del ciclo, y hasta cultivó
cierta respetuosa amistad con el elenco, que incluyó
hasta espontáneas clases de catch gracias a las que el
músico aprendió algunas tomas y caídas.
En un momento flasheé con ser un titán,
pero el deporte y el rock no van de la mano, cuenta el
autor de hits como No disparen y Sale caro.
Acorde
a los cánones del drama y del relato, el personaje de
Niko jurado cobró desarrollo: empezó sólo
calentando su silla y protestando airadamente fallos arbitrales,
pero terminó gestando una polémica rock vs. cumbia
(cuando también fueron jurados los integrantes de Volcán)
y hasta permaneciendo inconsciente durante todo un bloque luego
de que lo ahorcara el Faraón uno de los titanes
modelo 2001, en lo que fue un episodio desgraciado y nunca
aclarado por la policía ni por las autoridades del canal
América. Estar en Titanes fue cumplir un sueño
de la infancia, dice Niko. Y con Villanos lo revivo
siempre, porque siempre empezamos nuestros shows tocando la
Marcha de Apertura de Titanes. La que dice Titaaanes
en el riiiiiiing... hoy se vuelven a enfrentaaaaaar....
Metegol
argentino, deporte chabón y potencia mundial
No
vale molinete
J.A.
El deporte
argentino sigue quebrando barreras en los pasos a nivel de la
gloria mundial. Esta vez le tocó a una de las disciplinas
más características del juego de esquina, tan
emparentado con el rock chabón como la cerveza o los
perros callejeros: el metegol. Sí, amigos, el metegol
criollo es potencia y su organización crece día
a día. De hecho, la flamante Asociación Argentina
de Fútbol de Mesa (AAFM) acaba de celebrar el primer
campeonato nacional de metegol, para diversas categorías.
El reglamento del certamen incluye verdaderas perlas como la
prohibición efectiva y por escrito del molinete (...cuando
los jugadores giran más de 360 grados...) o del
serrucho (...cuando una de las barras golpee ambos costados
de la mesa...) y la sanción al participante que
distraiga a su rival con picardías; además
de novedades como la existencia de tiempos muertos como
en el básquetbol e institucionalizaciones de prácticas
comunes como jugar al mejor de siete pelotitas. Tema importante:
si la pelota entra y sale del arco es gol, no seamos tramposos.
El torneo local llega luego de importantes títulos internacionales
logrados en los últimos años: el campeón
mundial Sub17 en 1999 fue Facundo Colazo, y el ganador
del Hall of Fame 2000 fue Federico Panzitta, ambos argentinos.
Detalle: tanto los mundiales como los torneos Hall of Fame se
disputan siempre en Estados Unidos, verdadera superpotencia
de la disciplina, con jugadores profesionales y todo (¿lo
llamarán mete-soccer?). El próximo desafío,
en agosto, es Dallas 2001. El entusiasmo luego del primer campeonato
local crece, y ahora los dirigentes de metegol van por más:
en la AAFM aseguraron al No que el objetivo es conseguirle al
metegol el status de deporte olímpico. Ya hubo contactos
con las altas esferas metegolísticas de Bolivia, Chile
y otros países, y el argumento es el siguiente: Si
el pingpong, o tenis de mesa, ya es deporte olímpico,
¿por qué no incluir el metegol, o fútbol
de mesa?.