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Jueves 13 de Diciembre de 2001 |
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HARRISON... ¿A LA UBA? Catedrático Los
homenajes al ex beatle George Harrison son infinitos y recorren
caminos CERATI,
AL REVES QUE BOWIE
Yo estoy al derecho, ¿y vos? ¿No es este principesco Gustavo Cerati, tal como se presenta en la tapa de 11 episodios sinfónicos (editado esta semana), el anverso de David Bowie modelo Earthling (1997)? Gustavo de frente, David de espaldas, dos caras de una misma moneda, parecen. Un ejercicio tonto de apreciación a primera vista, sugiere el (tonto) comentario... FRATICORNICOS
AL ATAQUE
La revolución cualquierista El cualquierismo
llegó para quedarse. Autodenominados como un “Legendario
NORTEC
EN BUENOS AIRES
Tijuana sí Un periodista
chicano escribió que es la manera en que la música
norteña se devoró a la tecnología. En todo
caso, el colectivo Nortec volvió a masticar los pedazos
picantes de tambora (relectura del vals y la polka que importaron
los granjeros alemanes exiliados en México en el siglo
XIX) y los sazonó con las especias más refinadas
de la cocina electrónica anglosajona. Lejos de resultar
un indigesto plato de frijoles con ketchup, la música
de Nortec parece la consecuencia lógica de pertenecer
a la fronteriza Tijuana, salir de noche, tener algo de dinero
para acceder a un sampler y la astucia necesaria para reprogramar
el sonido que brota de las fondas más decrépitas
de la Avenida de la Revolución. “Casi todas las
grandes ciudades de México dieron nacimiento a una forma
de música original: ranchera en Guadalajara, tambora
en Mazatlán, norteña en Monterrey. No sabemos
si Nortec es la música original de Tijuana, pero, en
una cultura híbrida como la nuestra, es natural que surja
una música híbrida”, declaran estos ex universitarios
de la clase media norteña devenidos en ardientes musicalizadores
de las pistas del mundo. Con el aterrizaje en Ezeiza de Bostich
–seudónimo de Ramón Amor Amescua, el padrino
del colectivo–, Panóptica y Fussible, Buenos Aires
sabrá algo más de la ciudad de las putas, el tequila
para yanquis menores de edad y los bigotudos de sombreros inmensos
durmiendo al sol. P. P.
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misteriosos:
crisantemos en Nueva York, lágrimas en Tokio, salvas
de cañones en Liverpool y... ¡libros de Karl Marx
y Adam Smith en Buenos Aires! Es que, si prospera un proyecto
de la agrupación estudiantil independiente TNT de la
Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, el “beatle
místico” dará su nombre a una de las aulas
de la institución. El proyecto, que será presentado
esta tarde ante el Consejo Directivo de la facultad, se fundamenta
en los “valores musicales, espirituales y culturales”
de George, y en “su constante actitud de innovación
e investigación hacia la actividad artística,
sensorial e intelectual”, además de sus aportes
a causas de beneficencia, libertad de culto y de difusión
del arte del tercer mundo. Pero además de las incuestionables
razones por las que George merece el homenaje de esta respetable
casa de estudios, existe un segundo motivo, de orden político,
que el consejero directivo de TNT, Augusto Costa, explicó
al No: “La representación del Consejo es ilegítima,
porque es funcional a los intereses de unos pocos. Por ejemplo,
permite que Franja Morada permanezca en el Centro de Estudiantes
después de haber perdido las elecciones, a pesar de haber
hecho fraude. El Consejo cajonea proyectos como el llamado a
concurso para docentes, la actualización y la mejora
de planes de estudios o la eliminación de los aranceles
existentes. Esos proyectos de TNT son sistemáticamente
rechazados por 15 a 1. Así que queremos, en cierta forma,
burlarnos de sus mecanismos presentando este pedido por George.
Si lo rechazan, demuestran su falta de sensibilidad ante uno
de los artistas más comprometidos y geniales de la historia;
y si lo aprueban, va a quedar bien en evidencia qué iniciativas
apoyan y cuáles no”. La petición no sólo
propone dar nombre al aula sino también colocar una plaqueta
que cite la crítica al sistema impositivo hecha por el
ex beatle en la canción “Taxman”: “Dejame
decirte cómo va a ser: hay una para vos, diecinueve para
mí... porque yo soy el recaudador de impuestos...”.
Para dar apoyo “popular” al proyecto, TNT aspira a
contar esta tarde en la facultad con la presencia de estudiantes
independientes, curiosos, miembros de clubes de fans de Los
Beatles y hasta fieles del credo hare krishna, que profesaba
Harrison. Y Costa aprovecha para enviar un mensaje a la tribu
stone local: “Que los rolingas no desesperen. En cuanto
la casque Keith Richards, también vamos a pedir un aula
para él”. J.A. 
Combo
Cualquierista de Estilo Semiimbécil”, los Fraticórnicos
son eso y mucho más. Ellos son tres y mañana,
en la terraza de Sonoridad Amarilla, brindarán un show
que puede ser histórico e histérico. Mecko, su
fundador, es un cantante esquizofrénico (mención
aparte merece su capacidad para hacer zapping de personajes),
un letrista imaginativo y mordaz y es también el ideólogo
del proyecto. Karla Vehar, el elemento femenino, aporta su voz,
se hace cargo de la puesta y de hacer sonar los juguetes. Por
último, pero no por eso menos importante, Vlad Magox
Von Endeavour Ronex Yeah, también conocido como Mario
Bortolini, visionario del arte digital, quien, además
de encargarse de los teclados y la programación, cuenta
con el mérito de haber sido el fundador del “cualquierismo”,
culto iniciático que amenaza con lanzarse a los mass
media para cuestionar todo tipo de lógica y promover
el humor, el sentido crítico y el bienestar. Los tres,
en base a ignorar todas las convenciones de la escena musical
global, han editado una serie de CDR’s (como el antológico
Morral Marral, con covers de canciones de fogón o el
reciente La mejor música del mundo) con que se las ingeniaron,
en base a sus melodías derretidas y a arreglos impredecibles,
para inventar un universo propio, hilarante y a la vez lúcido.
Las conexiones con The Residentes son tan ineludibles como saludables.
Fraticórnicos es pop, pero más por una perversa
fascinación con la cultura pop que por un ingenua confianza
en los poderes del formato canción. Y, sin embargo, su
último simple, “Frutal Resort”, se puede bailar,
mientras se escuchan las insólitas e imbéciles
reflexiones de personajes obsesionados con la “propiedad
vacacional” y con lo difícil que es entender a Paulo
Coelho para un abogado. El futuro será cualquierista
o no será. SANTIAGO RIAL UNGARO
