Se acercan dos fechas que dan que hablar. La primera corresponde a una respetable tradición de los países nórdicos (Halloween, 30 de octubre) y la segunda nos toca en el corazón (Día de la Tradición, 10 de noviembre). Después de ver algunos locales comerciales en San Antonio de Areco –y quedar apenado–, me puse a reflexionar. Cada vez que adoptamos costumbres de otras latitudes estamos cediendo el lugar de nuestra cultura, aunque más adelante nos llenamos la boca de “argentinidad”. Cada vez que se arma una vidriera con esa temática se taladra en el subconsciente del transeúnte. Cada vez que estimulamos o dejamos que nuestros chicos se caractericen para la ocasión los estamos llevando a un camino sin retorno de confusión. Eso sí, nosotros ¡nunca tenemos la culpa! Mientras tanto seguimos sin conocer nuestros mitos, nuestras leyendas, nuestra historia, los pueblos que nos precedieron, nuestras danzas, nuestra música, usos y costumbres. No importa que la gran mayoría sea descendientes de inmigrantes; ya somos parte de esta tierra. Como padres, como ciudadanos y como sociedad tenemos una grandísima responsabilidad. Ante la indiferencia de un Estado que considera que son otras las prioridades, la responsabilidad recae en nosotros los padres y educadores, y en lo que les transmitamos a los más pequeños.

Patricio Santos Ortega

DNI 16.873.144