El relato que hace unas semanas, en esta misma página, hizo el licenciado en computación Esteban Mocskos sobre la simulación de sistemas complejos, y en particular sobre tratamiento electroquímico de tumores, muestra, una vez más, que hoy es inconcebible que un matemático aplicado no use masivamente los recursos computacionales a su disposición. La computadora se considera una herramienta, de hecho probablemente la herramienta más poderosa que los matemáticos aplicados (y muchos otros científicos) tienen a su disposición. Gracias a la computadora, se han diseñado, implementado y empleado impresionantes modelos matemáticos, han florecido nuevas ramas en todas las áreas de la matemática y de la estadística, se han obtenido resultados antes inalcanzables y se ha desarrollado una nueva ciencia, la ciencia de la computación. Por consiguiente, la computadora ha influido significativamente en avances espectaculares en matemáticas, en ciencias experimentales y en tecnología. Pero la influencia de la computadora no se siente solamente en los avances en matemáticas, en ciencias experimentales y en tecnología: en cierto sentido, la computadora ha cambiado lo que Thomas Kuhn hubiera llamado el paradigma de investigación en matemáticas.
La matemática aplicada se ha convertido, al menos parcialmente, en una ciencia experimental: los experimentos computacionales permiten a los matemáticos aplicados descubrir nuevas leyes y características del mundo real, sea en física, en meteorología, en biología, y tal vez en ciencias sociales; por supuesto esas leyes y características deben después testearse, cuando fuera posible, contra experimentos “normales”, o contra observaciones y mediciones del mundo real. En suma, la computadora es el laboratorio del matemático aplicado.
La teoría del caos es probablemente la más famosa de las nuevas teorías originadas en experimentos por computadora –y, de paso–, sirvió para crear una nueva disciplina matemática. En muchas áreas de ciencia experimental, la computadora ha sido no solamente una herramienta sino también un laboratorio, e incluso en matemática pura la computadora ha sido usada, suprema sorpresa, para probar teoremas.

* Decano de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA.