Lejos de ser la única incubadora de empresas con base tecnológica, Incubacen comparte el espectro con otras empresas e iniciativas como InnovaTekné (www.innovatekne.com) que, desde el ámbito privado, tiene como misión transformar ideas, proyectos del ámbito de la ciencia o tecnología en nuevas empresas, aportando financiamiento y ayuda en todo lo que tiene que ver con la gestión. “La ciencia básica es imprescindible, pero no debe quedarse ahí. La ciencia tiene que trascender el ámbito científico. Tiene que juntarse con el capital, transformarse en empresas y generar beneficios económicos que se desparramen por toda la sociedad”, sostiene su presidente, el ingeniero electrónico Tobías Schmukler. “Las empresas en sí son como los organismos vivos: están compuestos por personas, conocimiento, estructura, capital; nacen, crecen, se adaptan y evolucionan a partir de un producto, un prototipo.”

Aunque comenzó a operar este año, ya recibió más de 180 proyectos, entre los que se destacan proyectos centrados en el tratamiento de residuos industriales que usualmente se entierran y contaminan las napas, dispositivos cardiológicos, filtros cerámicos con microporos para filtrar la leche y bacterias como la E. coli y pilas ecológicas. Lo primero que solicitan a los científicos que se les acercan es un resumen ejecutivo y los antecedentes profesionales. Luego los proyectos son validados por un grupo de asesores científicos y se traza un plan de negocios, pues la idea en sí debe ser rentable. “No vemos mal que el científico haga ciencia básica. Lo malo es que su trabajo termine siendo utilizado por cualquier multinacional que gana un montón de dinero. Nos gustaría que sea de otra forma. Queremos que el conocimiento científico se utilice para generar empresas en la Argentina”, remarca Schmukler. “Buscamos que los científicos no se queden afuera. Hasta no hace mucho se investigaba sólo en ciencia básica y no había ningún pasaje al ámbito privado, no había ningún beneficio social. Desde entonces ha habido una evolución.”

Innovatekné pretende que los proyectos científicos “queden atrapados” en la red que vincula las empresas, las ong, bancos y el Estado. Se trata de una actividad basada en la sinergia: trabajan con la Agencia Nacional de Promoción Científico-Tecnológica, con la Secyt, con la gente de Innovar, y ya tienen convenios con Incubacen. La diferencia con la incubadora de la Fceyn se basa en una cuestión de madurez: “Mientras que Incubacen desarrolla la idea-proyecto desde -1, Innovatekné busca proyectos con cierto grado de madurez e incentivamos a través de premios económicos”. Y concluye: “Así como se piensa erróneamente que pasar al campo de la aplicación significa corromperse, pasar a lado oscuro, no se valora la importancia que tiene el emprendedor: se lo ve como un capitalista que quiere ganar dinero. Y no es así”.