Dom 03.11.2002

CONTRATAPA

Voces

› Por Juan Gelman

Mientras se escriben estas líneas, asciende a 7549 el número de firmas procedentes de 61 países de los cinco continentes que al pie de una carta al presidente del Uruguay, Dr. Jorge Batlle, le demandan la devolución de los restos de María Claudia García Irureta Goyena de Gelman, “desaparecidos” en algún lugar de Montevideo (véase www.juangelman.org). Es notorio que fue secuestrada con su esposo Marcelo Ariel en Buenos Aires el 24 de agosto de 1976. Ambos fueron llevados a Orletti. A principios de octubre de ese año Marcelo Ariel fue asesinado en la Argentina y María Claudia, embarazada de ocho meses y medio, fue trasladada por militares uruguayos a un CCD de Montevideo. Los firmantes recuerdan al primer magistrado que “esta acción clandestina fue un secuestro de vientre llevado a cabo con el solo objeto de asesinar en Uruguay a una ciudadana argentina para quitarle el bebé”. En efecto.
Más de mil firmas vienen acompañadas de comentarios que en general piden “justicia”, “conocer la verdad”, “castigo a los culpables”, “no olvidar”, “que aparezcan los desaparecidos”, “terminar con la impunidad”. Algunos se dirigen al Dr. Batlle, otros me desean suerte en esta búsqueda y me dicen “fuerza”, “no baje los brazos”, “aguante, Juan”. No puedo describir la emoción que esto me causa: se trata de gente que no conozco y que muy probablemente jamás conoceré. Pero sobre todo me conmueve el repudio generalizado y sin distinciones a los crímenes que perpetraron nuestros militares. Solían declararlos “pundonorosos”, ¿verdad? Entresaco algunas de las muchas voces que se dejan oír en la página web.
–“Señor Presidente: todo lo que usted haga hoy para esclarecer (o no) esta ignominia servirá para recordarlo con cariño o con tristeza. Tiene usted la palabra.” Juan Ramón Saravia Orella, Honduras.
–“El mundo entero espera y exige una respuesta.” Reverenda Judith Van Osdol, directora de la Pastoral de las Mujeres, Consejo Latinoamericano de Iglesias, Buenos Aires/Nueva York.
–“Como madre adoptiva no puedo imaginar lo terrible que sería para mi hijo saber que su origen fue producto de la brutalidad innecesaria.” Dolores Ortega, México.
–“Este hecho debe esclarecerse.” Carlos Oscar Drubi, Argentina.
–“Solidaridad plena e irrestricta.” Susana Urruchúa, España.
–“Las travestis luchamos contra todo tipo de opresión y torturadores.” Lohana Berkinos, Argentina.
–“Ciò ch è accaduto è orribile. Le auguro che la sua battaglia possa raggiungere el risultato que Lei desidera.” Augusto Marepicuo, Italia.
–“En la unión está la fuerza, oremos a Dios Todopoderoso.” Myrta Myrta Figueroa, Puerto Rico.
–“No se trata de resucitar muertos. Se trata de curarnos como personas, como sociedades.” Pablo Mansilla Salinas, México.
–“Por favor, sea humano y piense con el corazón!!!” Alicia Solá, Argentina.
–“Peace is not the absence of conflict, but the presence of justice. Martin Luther King.” Richard Gillespie, Inglaterra.
–“Como uruguaya le ruego señor Presidente que nos honre con una decisión como ésta y no nos haga pasar más vergüenza en asuntos como éste.” Mariel Cisneros, Uruguay.
–“Me adhiero a esta petición ya que traté durante muchos años a María Eugenia Casinelli, madre de María Claudia, y que falleció sin saber nada de su hija y sin saber que su nieta fue encontrada.” Rosario Serra, España.
–“Es la hora de la verdad. Basta de hipocresías.” Sergio Briff, Israel.
–“Por una flor en la tumba de María Claudia.” Patricia Pérez, Italia.
–“Nadie está ‘desaparecido’, o se está vivo o se está muerto y si se está muerto, uno tiene derecho a que su gente sepa dónde llorarle.” Celia Zafra Cebrián, España.
–“Rescatar ese cuerpo es un derecho para la familia y para el pueblo argentino.” María del Carmen Vitullo, Argentina.
–“Señor Presidente: hágalo por Juan Gelman, pero hágalo también por su propia dignidad.” Alcira Soto, España.
–“Es tan culpable el que mató como quien oculta al asesino.” María Inés Errandonea, Venezuela.
–“María Claudia fue mi compañera de estudios secundarios. De ella recuerdo su sonrisa permanente, su compañerismo y su preocupación por los malos momentos que alguna otra compañera pudiera estar atravesando. Por este recuerdo le ruego dar curso a este pedido compartido por tantas personas que la hemos querido de verdad.” Marcela González, Argentina.
–“Agradecimientos por dejarme participar.” Heidi Mac Lennan Rubio, Francia.
–“Força, companheiro Gelman. Uma causa como esta debe ser sempre apoiada. Que muitas mil vozes se levantem junto a tùa reclamando justiça para os que nunca olvidaremos, vítimas inocentes de quem pensava que ter o poder era estar impune e poder ser torçionário”. António Loja Neves, Portugal.
–“Hay que poner fin a este sufrir de todos los habitantes del mundo.” Peregrina Carvajal, México.
–“Los ojos del mundo siguen puestos en usted.” Daina Green, Canadá.
–“Es increíble, señor Presidente, que tengamos que recurrir a la presión internacional para solucionar casos de tan evidente maldad. ¿A Ud. no le parece increíble?” Julio Gávez, Chile.
–“Estimado Señor: ya que usted mostró la virtud del pudor cuando sus declaraciones lamentables sobre los argentinos trascendieron, yo, como ciudadano honesto y abocado al trabajo, y no ladrón, como livianamente dijo usted pese a sus lágrimas posteriores, lo invito a que me devuelva también la dignidad que otros ladrones de gentes me arrebataron de poder asistir a la tumba de alguien que me pertenece en la historia como connacional.” Gustavo Abrevaya, Argentina.
Sí. María Claudia se la quitaron a todos. Todos somos todos.

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