COSTUMBRES
› Por Sandra Russo
Los abanicos agitándose en las pequeñas manos de las damas deslumbraron a Madame Bovary en su primera visita a un castillo. Cómo llevarlo, cómo moverlo, qué querer decir con un abanico era un secreto no develado para esa burguesa con aspiraciones. El abanico siempre tuvo un lenguaje propio.
SOBRE GUSTOS...
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux