El martes 20, dos días después de la elección presidencial, la Corte Suprema de Justicia cerraría los procesos por los crímenes aberrantes de la guerra sucia. Así lo informaron Clarín y La Nación. La gestión la habría iniciado el senador Eduardo Duhalde, para despejar el escollo castrense del camino de Néstor Kirchner. A cambio del servicio, el cardumen menemista en la Corte Suprema recibiría la seguridad de que el nuevo gobierno no promovería el juicio político de sus miembros.
Según Clarín, también “importantes jefes militares están llevando otra vez sus argumentos ante los jueces supremos”. La Nación añade que después de gestiones con algunos jueces, emisarios “del jefe del Ejército, teniente general Ricardo Brinzoni, le hicieron saber a Kirchner que la Corte está dispuesta a convalidar las leyes de punto final y de obediencia debida si, por su parte, el candidato les promete que no arremeterá contra el tribunal”. En privado Kirchner cree que las dos leyes son inconstitucionales y deben ser declaradas nulas. Pero como está por asumir la presidencia estaría dispuesto a no “agitar las aguas [nótese la metáfora marinera] si la Corte convalida el punto final”.
La única fuente que el diario cita es Rafael Bielsa, a quien llama “eventual ministro de Justicia de Kirchner”. Dice que “podrían ser llevados a declarar ante la Justicia más de 1800 militares de alto rango, de los cuales 300 están en actividad”. La nota concluye que “Kirchner no quiere ese escenario. Y calcula que si la Corte clausura los juicios contra los militares, no será él sino el tribunal el que asuma el costo frente a la opinión pública”.
“Nosotros ya nos fuimos, no vamos a hacer en la última hora lo que no hicimos en casi un año y medio”, dijo el ministro de Justicia Juan José Alvarez. Bielsa confirmó que él suministró aquella cifra a La Nación, se negó a revelar su fuente y dijo que “no conoce a Néstor” quien crea que pueda aceptar ese tipo de transacciones. Pese al silencio de Bielsa, hay fuentes que se delatan solas por la falsedad interesada de sus afirmaciones. Hace dos años, cuando Brinzoni dispuso que los oficiales presentaran un recurso de hábeas data ante el Centro de Estudios Legales y Sociales, menos del 1,5 por ciento tenían algún antecedente dudoso. Claro que dentro de ese porcentaje desdeñable, que se reduce cada año por razones generacionales, está el propio Brinzoni, acusado por la masacre de Margarita Belén ante la justicia federal de Resistencia, que ya declaró nulas las leyes. La solución de ese pequeño problema se producirá en forma natural el 25 de mayo, cuando Brinzoni pase a retiro.
La justicia argentina ha establecido que las privaciones ilegales de la libertad son delitos permanentes que se siguen cometiendo hasta la aparición de la víctima. Esto implica que las causas proseguirían abiertas, como ocurre en Chile a pesar de la ley de amnistía. Las propias leyes de impunidad no cubren delitos como “violación, sustracción y ocultación de menores, sustitución del estado civil y apropiación extorsiva de inmuebles”, de modo que también seguirían esas causas. En 1998 ambas leyes fueron derogadas por el Congreso, por lo cual no podrían ser invocadas en causas que se abrieran después de esa fecha. Y hace dos años la Corte Interamericana de Derechos Humanos sentenció que eran “inadmisibles las disposiciones de amnistía” para “los responsables de las violaciones graves de los derechos humanos”, por lo cual los procesos interrumpidos en Lima se reanudaron.
Es una ingenuidad pensar que Kirchner no pagará los costos del fallo en favor de Brinzoni. Semejante enjuague transmitiría el peor mensaje. Si la voluntad del electorado puede burlarse en cuanto concluye el escrutinio de los votos, lo mismo daría que hubiera ganado Menem. Las víctimas acudirían a la instancia interamericana y en un par de años obtendrían unaresolución favorable, obligatoria para el Estado nacional, por lo que el capítulo que se pretendió cerrar volvería a abrirse y en un momento con toda probabilidad más difícil para Kirchner, quien estaría pugnando por su reelección. Sólo mediante un truco es posible sentar en la misma foto a Sábato y Brinzoni.