› Por Adrián Paenza
Luego de muchos años de ser docente, de estar en la facultad, de conversar con alumnos y profesores... o sea, luego de muchos años de dudar y convencerme de que cada día tengo menos cosas seguras, me parece que nada que pueda proponer para pensar tiene el carácter de final, de cosa juzgada.
Por eso es que se me ocurre poner una cantidad de pautas para ser consideradas como bases para poner en una clase (de matemática en principio, pero son fácilmente adaptables a otras situaciones similares) en el momento de empezar un curso. Y como yo las he adoptado desde hace tiempo, quiero compartirlas.
Estas son las reglas del juego:
–Es nuestra responsabilidad (la de los docentes) transmitir ideas en forma clara y gradual. Lo que necesitamos de ustedes es que estudien y piensen.
–Ustedes nos importan. Estamos acá específicamente para ayudarlos a aprender.
–Pregunten. No todos tenemos los mismos tiempos para entender. Ni siquiera somos iguales a nosotros mismos todos los días.
–La tarea del docente consiste –prioritariamente– en generar preguntas. Es insatisfactorio su desempeño si sólo colabora para mostrar respuestas.
–No nos interesan las competencias estériles: nadie es mejor persona porque entienda algo, ni porque haya entendido más rápido. Valoramos el esfuerzo que cada uno pone para comprender.
–(Esta vale sólo para el ámbito universitario.) En esta materia no hay trabas burocráticas. En principio, toda pregunta que empiece con:
“Como yo no rendí todavía Matemática 2 en el CBC....”, o
“Como yo todavía no aprobé Historia de la Ciencia...”, o
“Como yo todavía no hice el secundario...” , o
“Como yo todavía no me inscribí...”, etc.,
y que concluya: “¿Puedo cursar esta materia?”... tiene por respuesta:
“¡¡¡SI!!!”
–Pongamos entusiasmo.
–La teoría está al servicio de la práctica. Este curso consiste en que uno aprenda a pensar cómo plantear y resolver cierto tipo de problemas.
–No se sometan a la autoridad académica supuesta del docente. Si no entienden, pregunten, porfíen, discutan... hasta entender... (o hasta hacernos notar que los que no entendemos somos nosotros).
¿Cómo estudiar?
a) La primera recomendación es: tome la práctica y trate de resolver los ejercicios. Si se da por vencido con uno o simplemente no sabe una definición, lea la teoría y vuelva a intentar tratando de razonar por analogía. Evite estudiar primero y enfrentarse después con la práctica.
b) Trate de entender qué significa cada enunciado propuesto, ya sea de un ejercicio o un resultado teórico.
c) Trate de fabricar ejemplos usted... ¡muchos ejemplos!... Es una buena manera de verificar que se ha comprendido un tema.
d) Dedique una buena dosis de tiempo a pensar... Ayuda... y es muy saludable.
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