Mar 19.12.2006

CONTRATAPA

La jura ética

› Por Adrián Paenza

Cada vez que en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA egresa algún alumno, debe jurar frente a sus pares y el decano. En general, los juramentos se hacen por Dios y por la Patria; por Dios, la Patria y los Santos Evangelios; por el Honor o por la Patria solamente. Son cuatro fórmulas y cada graduado elige libremente a cuál prefiere adherir.

Sin embargo, desde el año 1988, en esa misma facultad, un grupo de estudiantes, coordinados por Guillermo A. Lemarchand y apoyados por las autoridades de esa casa de altos estudios y por el centro de estudiantes, organizaron el Simposio Internacional sobre “Los Científicos, la Paz y el Desarme”.

En plena vigencia de la Guerra Fría, se debatió el papel social que deben desempeñar los científicos y su responsabilidad como generadores de conocimientos que, eventualmente, podrían poner en peligro a la humanidad.

Como resultado de ese congreso se elaboró una fórmula de juramento de graduación –similar al juramento hipocrático de los médicos– mediante la cual los egresados de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales se comprometen a usar sus conocimientos a favor de la paz.

Este juramento se realiza en forma optativa y complementa alguno de los anteriores, pero afortunadamente lo elige casi el 90 por ciento de los graduados. Su texto quedó redactado de la siguiente manera:

“Teniendo conciencia de que la ciencia y en particular sus resultados pueden ocasionar perjuicios a la sociedad y al ser humano cuando se encuentran ausentes los controles éticos, ¿juráis que la investigación científica y tecnológica que desarrollaréis será para beneficio de la humanidad y a favor de la paz, que os comprometéis firmemente a que vuestra capacidad como científicos nunca servirá a fines que lesionen la dignidad humana guiándoos por vuestras convicciones y creencias personales, asentadas en auténtico conocimiento de las situaciones que os rodean y de las posibles consecuencias de los resultados que puedan derivarse de vuestra labor, no anteponiendo la remuneración o el prestigio, ni subordinándolos a los intereses de empleadores o dirigentes políticos? Si así no lo hiciereis, vuestra conciencia os lo demande”.

Creo que el texto es autoexplicativo. Pero más allá de una jura simbólica, es una toma de posición frente a la vida. Como la celebro, la quería compartir aquí con una parte de la sociedad que no tiene acceso a esta información y ponerla a consideración de aquellas universidades que no tengan una fórmula de juramento como la que antecede.

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