CULTURA
“La verdadera obra es que estemos todos acá”
La excusa es Chilaut, definida como “la primera muestra de artes plásticas en un albergue transitorio”. Los dibujos de Mariano Lucano irán de hotel en hotel, en el marco de una campaña publicitaria.
› Por Pablo Plotkin
El artista está en la habitación de hotel, pisando la alfombra con una copa de champán entre los dedos. Se detiene junto a Habitué con sed, el dibujo de una chica sentada sobre el hombro de un bebedor. Las burbujas del hidromasaje le arrancan una mueca de goce. “Ahh... Por favor, poné eso. Poné que de fondo se escuchaba el hidromasaje.” Mariano Lucano –tal el nombre del artista– le da la mano al dueño del hotel, un veterano trajeado y silencioso que lo felicita lacónicamente por la muestra. Del otro lado de las ventanas polarizadas, los autos aceleran sobre la General Paz. “Es un lugar muy tranquilo. Y discreto”, se jacta el propietario. “Veintitrés habitaciones, sushi todo el día, mantenimiento permanente...”. El tipo se aleja con una reverencia. Lucano sortea el primer desnivel del cuarto y comenta con una risotada muda: “¡Es el Disneylandia del fucking!”.
En el Hotel General Paz, situado en el borde entre Villa Lynch y Devoto, se expone Chilaut, “la primera muestra de artes plásticas en un albergue transitorio”. Esta decena de dibujos eróticos de Lucano, que será itinerante y mutante en los próximos días (mañana se mudará, modificada, al Hotel ETC, Monroe 847, y el martes 30 irá al Hotel El Bosque, Castañeda 1848), es el pretexto para articular una performance estética y a la vez una inteligente operación de marketing. La marca de preservativos Prime lo organizó todo, a propósito del lanzamiento de un nuevo producto. “Fue azaroso”, dice Mariano, diseñador gráfico de 35 años. “Conocía casualmente a un ejecutivo de Prime al que le gustaban mis dibujos. En un momento surgió la idea de hacer algo juntos. Cuando me preguntó dónde quería exponer, le dije ‘¡en un telo!’.”
Lucano trabajó como diseñador e ilustrador en La Maga, La García y ahora codirige el semanario Barcelona. En la inauguración, gente del periodismo gráfico se cruzaba con dibujantes, ejecutivos, promotoras que repartían cajas de forros y mozos que servían bebida y canapés. Un saxofonista apostado contra una columna del garaje soplaba acordes melosos. Al fondo, en una suntuosa habitación de dos pisos cuyo turno se paga 300 pesos, Lucano brindaba con los ejecutivos del látex. Hechos en tinta, los dibujos de Chilaut plantean situaciones de trasfondo de discoteca, de baño público y de pasarela, pero operan más en el plano de la sensualidad que de la pornografía. “Hay mucha imaginería de boliche”, dice el autor. “Me gusta mirar. ¿A quién no? Si me digo dibujante, mirar es mi profesión.”
El gerente de Prime, un pelado de bigotes, se plantó con un micrófono de pie frente al público que se esparcía entre los sillones, la alfombra y el primer piso, donde está la cama. Hablaba de las bondades de este nuevo gel íntimo con aloe vera y caléndula, que provee una lubricación “sedosa y aún más placentera, si cabe”. El tipo se hizo el gracioso con respecto a la etapa de testeo del producto, y luego le cedió el micrófono a Lucano, que dio en la tecla: “Los dibujos son apenas una excusa. La verdadera obra es que estemos todos acá”. Ex alumno de Eduardo Ferro, Fernando Bedoya y Carlos Nine, Mariano dice que “sólo” hace dibujos, ese “género menor”. “Aunque esto es una performance, también.”
Y la performance es tanto estética como social. “Este es un sitio con un alto porcentaje de uso clandestino”, observa. “Así que la idea de abrirlo a un encuentro social, sacarlo de contexto, restarle esa cosa amenazadora, está bueno. La gente entra, conversa, bebe algo.” Además, tiene que ver con “desacralizar” el espacio del evento.
Al principio, Lucano temía que la muestra se limitara a los pasillos del hotel. El hecho de que incidan en el contexto de intimidad representa un valor agregado. Luego de la inauguración, los diez dibujos quedaron expuestos en las piezas. “Es maravilloso”, dice el dibujante. “Si bien en los noventa, con el sida, las empresas de forros activaron un cambio de marketing, está bueno que se metan en lo cotidiano, como una vernissage.” Sonriéndoles a las burbujas fosforescentes del hidromasaje, el artista da un respingo, como si acabara de recordar algo: “Voy a ver si llegó mi mamá. ¡Quiero saludar a mi vieja en un telo!”.