CULTURA
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Opiniones autorizadas
- Vicente Battista: “La literatura de Pedro era esencialmente argentina, incluso durante su exilio en México, cuando con Rulfo y Cortázar, fundó la revista literaria Cambio. Otro elemento importante es la vastedad de los géneros que frecuentó, porque no se achicaba frente a ninguno. Novelas como Hacer la América, Buenos Aires, la novela y un texto más intimista como Un amor imprudente, entre cerca de los 40 libros que llevaba publicados, quedarán en el futuro como el patrimonio de un escritor que no está reconocido por la Academia. Hay un texto teatral suyo, que se representó en los 70, Juan Moreira, supershow, con Enrique Pinti, una parodia sobre lo gauchesco, que me quedó grabado para siempre. Pero también era un placer estar en una reunión con él, oírlo narrar historias durante minutos, incluso horas, en las que nos envolvía con su manera de interpretar los personajes de esos relatos”.
- Isidoro Blaisten: “Pierdo a un amigo muy querido. Pedrito era un ser humano distinto, una personalidad compleja. Un porteño de los de antes, que valoraba el valor de la palabra empeñada. Era un notable narrador oral, con una memoria prodigiosa; hubiera sido un excelente actor. Recuerdo que una vez fotocopió un cuento mío y lo presentó a una persona, para ayudarme a conseguir trabajo. Aunque era un porteño enchapado a la antigua, no era un chanta. Tenía la convicción, como excelente lector que era, de que no había que abrumar a los lectores. Su literatura aparece emparentada, por un estilo de narración muy directo, con la línea tradicional de un Fray Mocho. Su preocupación fue siempre ser un escritor popular; no era proclive a los circunloquios elitistas o intelectuales.
- Carlos Gorostiza: “Aunque no éramos amigos, porque la velocidad en esta ciudad interrumpe, lamentablemente, la frecuencia de los encuentros, tengo un recuerdo entrañable de su presencia en la literatura argentina. Era un trabajador constante, que desplegaba en la mayoría de sus obras de teatro y novelas la presencia de un porteño ineludible. Su literatura era combativa a pesar de que no era una literatura de militancia política”.
- Abelardo Castillo: “Pedro está profundamente vinculado con mi juventud. En la revista que él dirigía, Gaceta literaria, gané un premio con El otro Judas, mi primera obra de teatro, cuando tenía 24 años. Pedro forma parte de mi familia espiritual. Aunque siempre hemos discutido públicamente por cuestiones ideológicas propias de nuestra etapa de juventud, nuestra amistad estaba por encima de todas las discusiones. Además, él escribió una de las primeras críticas sobre mi libro Las otras puertas. Por todo esto, por el amigo que se fue, digo que Pedro, al igual que Humberto Costantini, Armando Tejada Gómez y Mario Dellelis, forman parte de mi panteón personal. Para mí, Pedro era, sin ánimo de exagerar, una especie de hermano literario.
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