“Pese a la crisis, la cultura, en los circuitos oficiales y alternativos, no se murió. En el peor año (2002) se filmaron 46 largometrajes gracias a la Ley de Cine que tenemos”, dice Faillace. “Ahora tenemos que incluir a los que no alcanzan a pagar el boleto de colectivo. Desde mi vocación política, siento que la Secretaría de Cultura debe vincularse con las políticas sociales. Estamos impulsando un programa de orquestas juveniles con chicos de sectores postergados, de las que ya hay 7 en el país, y queremos agregar cinco orquestas más para este año. Ya tenemos encargados la compra de 120 violines y nos hacen falta muchos más instrumentos. Todo esto en un momento en que estamos peleando contra el hambre, que desde la secretaría estamos relacionando a la cultura con las políticas sociales. Un ejemplo es el programa por el cual los Jefes y Jefas de Hogar pintan murales en distintos lugares del país. Otro programa social, que estamos elaborando, es armar rincones de lectura en espacios no convencionales, en los aeropuertos, cárceles y hospitales.”