La capital mundial del cuento fantástico está entre la Argentina y Uruguay, en particular en el Río de la Plata. Entre Borges, Cortázar y Onetti se llevan medalla de oro, plata y bronce, no sé muy bien en qué orden; luego hay una lista larguísima de nombres enormes, Bioy Casares, Silvina Ocampo, Horacio Quiroga. Y hay una de muchísimos creadores vivos, de diferentes edades, a los que hay que darles un espacio. Yo me dije que además de venerar a Borges y Cortázar hay que estimular y difundir todo lo que esta gente está creando, ya sean escritores, ensayistas, poetas o cineastas. Empiezan a surgir iniciativas como la de editorial Minotauro o Interzona. De algún modo, la Fundación se fue convirtiendo en el punto de encuentro para los creadores de un género que de a poco está saliendo a la superficie.
* Fundador de Ciudad de Arena.