Durante toda su vida, Miguel de Cervantes Saavedra se mostró orgulloso de haber luchado en la batalla de Lepanto –por la que le quedó su mano izquierda anquilosada, pero no amputada, como se dijo–. Los cinco años de cautiverio en Argel fueron una durísima prueba para el escritor; intentó fugarse en cuatro ocasiones y en todas fue apresado. Después de que pagaron 500 escudos, fue liberado en septiembre de 1580. Cervantes se vio imposibilitado de juntar los impuestos de Granada que había depositado en un banco que después quebró, y volvió a prisión. El Quijote fue engendrado, solía decir su autor, en una cárcel. En 1604 Cervantes obtuvo el privilegio real para publicar el libro. La primera parte, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha, se editó en 1605; la segunda parte, publicada con el título El ingenioso caballero don Quijote de la Mancha en 1615, fue escrita poco después de la aparición del Quijote apócrifo de Avellaneda en 1614. Cervantes murió el 22 de abril de 1616.