CULTURA
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La ficha
Griselda Gambaro es una de las dramaturgas y narradoras más lúcidas e incisivas de la Argentina. Nació en Buenos Aires en 1928 y ya perdió la cuenta de la cantidad de títulos –entre novelas, cuentos, ensayos y teatro– que ha publicado y que fueron traducidos a varios idiomas. Desde su primera pieza teatral, Las paredes (1963), estrenada en 1966 con puesta en escena y dirección de José María Paolantonio, Gambaro ha construido una obra que muestra un mundo sin salida: vínculos familiares quebrados, la erosión constante del tejido social y personajes que son al mismo tiempo víctimas y victimarios. Su gran tema es el poder. El desatino y Los siameses (ambas de 1965), El campo (1967), Solo un aspecto (1971), Dar la vuelta (1972), Información para extranjeros (1973), Puesta en claro (1974), Sucede lo que pasa (1975), La malasangre (1981), Antígona Furiosa (1986) y las más cercanas en el tiempo como Falta de modestia (1997) y Mi querida (2001) confirman que en teatro la palabra escrita para ser dicha se comporta de otra manera. La directora Laura Yusem fue quien más ha llevado las piezas de Gambaro a escena en los ’80 y en los ’90, pero antes también lo hicieron Alberto Ure, Roberto Villanueva, Carlos Augusto Fernándes y Jorge Petraglia, entre otros. Entre sus novelas se destacan Ganarse la muerte (1976), Después del día de fiesta (1994) y El mar que nos trajo.
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