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Jordan, a llorar a Chicago
Michael Jordan (foto) regresó a la ciudad donde era un ídolo y, aunque no jugó su mejor partido, ayudó a que los Wizards le ganaran 77-69 a Chicago Bulls en un flojísimo partido de la NBA. Sin embargo, la emoción por el retorno de Jordan consiguió opacar el juego, que dejó varias records negativos para la historia de la liga. Jordan, que lloró antes y después del encuentro, convirtió siete de los 21 intentos de campo y terminó con 16 puntos, 12 rebotes, cuatro asistencias y además consiguió dos robos de balón. Claro que la desconcentración por la vuelta al United Center lo llevó a cometer nueve pérdidas, la peor marca en su carrera profesional.
“Simplemente no tuve la concentración necesaria para controlar el balón. Tal vez mi mente estaba en otras cosas que no eran precisamente el balón”, dijo Jordan, que vivió la mayor emoción en el momento de pisar la cancha. Cuando salió al campo vestido con una camiseta distinta a la de los Bulls, los aficionados de Chicago no tuvieron en cuenta su infidelidad y lo recibieron de pie con una ovación que duró más de tres minutos.