DEPORTES › FERRARI ES MUNDIAL
› Por Pablo Vignone
La sorpresiva salida del francés Jean Todt de la presidencia de Ferrari esconde su gran objetivo para el futuro: transformarse en el próximo presidente de la Federación Internacional del Automóvil (FIA). Las elecciones para el cargo se realizarán en octubre de 2009 y Todt podría evitar que el abogado británico Max Mosley, que ejerce la función desde 1991, cumpla su quinto período consecutivo al comando de la entidad.
Aunque algunas versiones intentan vincular el alejamiento de Todt con el pésimo arranque de Ferrari en el Mundial de Fórmula 1, lo cierto es que el francés ya había dejado el comando del equipo a fines del 2007, cuando lo sucedió Stefano Domenicali. También se atribuyó el desplazamiento a su oposición a contratar a Fernando Alonso para 2009, una movida alentada por el actual presidente de Ferrari, Luca Di Montezemolo, y que parece consumada. No es casual que, un día después de anunciarse su salida, comenzaran a circular versiones sobre el reemplazo del brasileño Felipe Massa, ya un veterano en el equipo Ferrari, por Sebastian Vettel. El manager de Massa es Nicolas Todt, el hijo de Jean.
Alguna vez nominado como “el Napoleón del automovilismo”, Todt podría extender las influencias de la casa italiana en la FIA si se presenta a las elecciones y logra derrotar a Mosley. El francés, consumado político, conoce como pocos los pasillos de la entidad, ya que actualmente es parte del Consejo Mundial del Deporte Motor –una suerte de Senado deportivo de la FIA– como representante de los constructores de Fórmula 1.
Sin duda que Todt cuenta ya con el apoyo de dos figuras de importancia dentro del Consejo Mundial. Uno es el presidente delegado, ubicado justo debajo del sillón presidencial que ocupa Mosley, Marco Piccinini, que fuera banquero de Enzo Ferrari y durante 11 años director deportivo del equipo italiano en F-1 (el mismo cargo que Todt desempeñó entre 1993 y el año pasado), es todavía integrante del directorio de Ferrari.
El otro es el presidente de la Comisión Internacional de Karting, el italiano Luigi Macaluso, que como dueño de una prestigiosa compañía fabricante de relojes fabricó durante casi una década unos exclusivos relojes marca “Ferrari”, hasta 2004. Macaluso fue el autor de la carta que el año pasado reabrió el caso de espionaje entre McLaren y Ferrari, después de que la FIA, en principio, decidiera no penar a la escuadra inglesa. Esa acción volvió a lanzar el proceso, que acabó con la descalificación de McLaren del Mundial de Constructores y la multa de 100 millones de dólares.
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