Suele decirse que en los clásicos poco importa cómo llegan los equipos, que son partidos aparte. Sin embargo, en el clásico platense que se disputó ayer en el Estadio Unico de la capital provincial, sucedió lo lógico. Fue Estudiantes, el líder del torneo Clausura, claro dominador y mejor equipo que Gimnasia, incluso a pesar de haber jugado buena parte del encuentro en inferioridad numérica, y se llevó un triunfo clave por 2–1, que le permite conservar la primera posición en la tabla.

Salvo los primeros minutos, en los que ambos conjuntos se dedicaron a estudiarse, fue el equipo de Roberto Sensini el que mostró un mayor protagonismo. Más claro a la hora de atacar, Estudiantes generó varias situaciones. La primera fue un derechazo de Lugüercio que pasó muy cerca del palo izquierdo de Kletnicki. La segunda, a los 22 minutos, el gol de Maggiolo que, con un cabezazo cruzado a espaldas de San Esteban, luego de un tiro libre de Benítez, abrió la cuenta.

Recién en desventaja Gimnasia trató de cambiar, de despertarse. Entonces contó con su primera llegada: un tiro de esquina ejectutado por Alonso, que Civelli conectó en el primer palo con frentazo que se estrelló en el travesaño del arco de Andújar. La respuesta de Estudiantes fue una seguidilla de situaciones: un derechazo de Moreno y Fabianesi que Kletnicki sacó al corner y otro remate del mismo jugador que se fue alto, luego de una excelente habilitación de Lugüercio; un derechazo cruzado de Alayes, luego de una linda combinación por la izquierda entre Verón y Benítez, que se fue apenas desviado.

El equipo de Guillermo Sanguinetti no daba con la pelota y se veía cada vez más forzado a cortar el juego con faltas. Y si bien se ilusionó con un cabezazo de Villar, tras un centro de Cuevas, que se fue por arriba del travesaño, recién tuvo desahogo cuando, en tiempo de descuento, Angeleri tocó la pelota con la mano en el área y el árbitro Bassi cobró penal y expulsión; la primera roja de Estudiantes en el torneo. Ejecutó Federico Domínguez, con elegancia y parsimonia, pero el remate, y la ilusión del empate, se le fueron por afuera del palo izquierdo de Andújar.

Con un hombre más, Gimnasia mejoró su juego en la segunda parte. Entonces pudo manejar la pelota y fue a buscar el empate con mayor convicción. Estudiantes parecía dispuesto a aguantar y entonces dejó que Gimnasia se le viniera encima. Cuevas inquietó con un potente zurdazo que obligó a Andújar a sacar al corner, y de ese tiro de esquina llegó la igualdad. Ejecutó Alonso, saltó a cabecear en falso Verón, y Domínguez, que se había desdibujado con el penal errado, se vistió de héroe con cabezazo certero. La incógnita era ver cómo reaccionaba Estudiantes anímicamente. La respuesta fue tremenda: Braña se ganó la segunda amarilla, por una falta sobre Piarrou, y los del conjunto de Sensini se quedaron con nueve.

No tuvo tiempo Gimnasia de trabajar el resto del encuentro para, aprovechando la ventaja numérica, controlar el juego. Estudiantes, en jugada de pelota parada, volvió a ponerse en ventaja. Fue tras un tiro libre frontal de Benítez, de muy buen partido, que Maggiolo apenas tocó con la cabeza para poner el 2-1, a los 70 minutos.

Después fue Gimnasia el que no supo o no pudo. En desventaja se descontroló y comenzó a cometer todo tipo de errores. Neira, a pocos minutos de haber ingresado por Villar, se ganó una roja directa por una patada innecesaria. Estudiantes volvió a tomar el control y, ya en tiempo de descuento, en medio de la impotencia, vio la roja Salvatierra, otro que acababa de entrar. No hubo tiempo ni para quejas, porque Bassi lo terminó.