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› NALBANDIAN Y ARNOLD GANARON UN PARTIDO MARATONICO E INCREIBLE
Maravillosa victoria del doble en Moscú
David Nalbandian –en una actuación absolutamente consagratoria– y Lucas Arnold batieron a Safin-Kafelnikov por 6-4, 6-4, 5-7, 3-6 y 19-17 (sic) tras más de seis horas de juego. El match quedó ahora 2-1 para los locales y se define con los singles de hoy: a partir de las seis de la mañana (TyC Sports) juegan Safin-Gaudio y Kafelnikov-Chela.
La ilusión está intacta. Con la increíble victoria que consiguieron David Nalbandian y Lucas Arnold sobre los rusos Marat Safin y Yevgeny Kafelnikov, el equipo argentino todavía mantiene la esperanza de acceder a la final de la Copa Davis luego de 21 años. El triunfo de Nalbandian y Arnold se consumó tras una verdadera batalla de casi seis horas y media de juego, un set decisivo de más de tres, y luego de levantar dos match points sobre el saque de Safin. El 6-4, 6-4, 5-7, 3-6, 19-17 final marca un record de games disputados en esta competencia y es el premio al esfuerzo de los dos jugadores argentinos, que nunca se dieron por vencidos pese a que los rusos parecían con mayores posibilidades en el final del juego. Hoy se definirá el finalista cuando se midan Gastón Gaudio y Safin a partir de las 6, y a continuación se enfrenten Juan Ignacio Chela y Kafelnikov (televisa TyC Sports). A pesar de que Rusia lidera la serie 21, las chances argentinas crecieron, ya que sus dos singlistas llegarán descansados, mientras que los rusos arrastrarán el cansancio del maratónico juego de ayer.
Ni se notó que Nalbandian y Arnold no habían jugado nunca juntos ni que el cordobés no disputaba un partido de doble de importancia desde su etapa de junior. La pareja argentina, amparada en la devolución de Nalbandian, sorprendió en el arranque, dominando a los talentosos tenistas locales. Un quiebre sobre el saque de Safin en el primer game del partido permitió llevarse el primer set, y a partir de ello ganar confianza para el resto del juego. Incluso el dominio argentino se prolongó durante el segundo set, cuando Nalbandian tomó el peso del partido, pese a que supuestamente Arnold debía asumir esa responsabilidad. No importó que los roles se invirtieran. La dupla argentina se mostraba sólida y conseguía aguantar el control del juego.
El paulatino crecimiento de Safin modificó el panorama. El ruso afinó su servicio y ya no pasó sobresaltos para mantenerlo. Por el contrario, a los visitantes les costaba cada vez más sostener el propio. Por eso no fue sorpresa que los dos sets siguientes se fueran a manos de los europeos, que lucían más enteros para la definición. Sin embargo, allí ocurrió lo inesperado. Como si las más de tres horas de los cuatro primeros parciales no hubiesen existido, el set decisivo tenía reservado lo mejor.
La solvencia en el servicio fue la principal virtud que mostraron los cuatro jugadores en ese arranque del quinto. Sin quiebres a favor, los sucesivos empates le dieron dramatismo al juego. Si bien los rusos contaron con algunas ocasiones y ganaron sus saques con mayor facilidad, la paridad no se quebró hasta el 16 iguales, tras dos horas y media de ese minipartido. Con el servicio de Nalbandian, la presión de los rusos surtió efecto y lograron el quiebre que parecía significar el partido. Estaba todo en contra. 17-16 abajo, el saque de Safin, dos bolas de partido, la desazón por la chance desperdiciada y la euforia del público que ya saboreaba el triunfo eran demasiadas contras.
Claro que en ese momento surgió toda la jerarquía de Nalbandian. Dos devoluciones de revés, invertidas, sorprendieron a Safin y le dieron aire a los pibes argentinos. El número tres del mundo, que desde el primer game del partido no perdía su saque, no encontró respuestas para ese momento y terminó regalando la ventaja que parecía decisiva. Agrandados por la situación superada, los visitantes no tuvieron problemas para colocarse 18-17 y buscar la hazaña sobre el saque de Kafelnikov.
Allí nuevamente apareció la devolución del cordobés. No le importó que era su debut en la Davis, que no es un doblista clásico y que enfrente había dos jugadores que fueron número uno del mundo. Nalbandian mostró un gran carácter para asumir la responsabilidad y no se equivocó. Así se logró un triunfo increíble, que alimentó el sueño de llegar a la final de la Copa Davis por segunda vez en la historia.
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