Otra vez aparecieron las críticas al piso del court central del estadio del Parque Roca. Como había ocurrido en las series anteriores ante Suecia y ante Gran Bretaña, los jugadores argentinos se quejaron del mal estado del polvo de ladrillo, que provoca malos piques. Ayer fue el turno de Juan Martín Del Potro y de Agustín Calleri, que en más de una ocasión durante el entrenamiento matutino mostraron su fastidio por el estado de la cancha en que se jugará la serie ante los rusos.

Del Potro expresó en algunos momentos de la práctica ante Calleri que las pelotas picaban mal, en tanto que el riocuartense se fastidió con insultos al aire ante cada error provocado por el estado de la cancha que albergará el fin de semana próximo el choque ante Rusia de las semifinales de la Copa Davis. A esos reproches del cordobés hay que agregarle una pequeña torcedura en su tobillo derecho, pero que no trajo mayores inconvenientes según sus propias palabras. “Me doblé un poquito el tobillo, pero estoy bien, no es nada. Pasa que Juan (Del Potro) juega muy bien”, intentó minimizar el incidente Calleri.

El mal estado de la cancha fue una crítica constante de los jugadores y el cuerpo técnico del equipo argentino de Copa Davis desde las series ante Gran Bretaña, de febrero pasado, y ante Suecia, disputada en abril. Para corregir ese inconveniente, es fundamental que se juegue mucho sobre la cancha, para conseguir que el polvo de ladrillo se asiente. Sin embargo, el court central del estadio Mary Terán de Weiss apenas sumó un puñado de partidos desde aquellas series. Por lo tanto, el problema sigue latente y habrá que ver cómo incide en la serie.

Mientras Del Potro y Calleri se entrenaban en la cancha principal, David Nalbandian y Guillermo Cañas se movieron en la auxiliar, bajo la mirada de sus entrenadores, Martín Jaite y Gastón Etlis, respectivamente. Para ambas duplas el trabajo fue similar. Primero arrancaron con peloteos desde el fondo de la cancha, pasaron luego a voleas en la red, golpes de smash y, por último, saques. Posteriormente a esto, jugaron tenis por espacio de 50 minutos, haciendo un par de tie breaks y una exigente práctica de partido, con la disputa de varios games a buen ritmo.

A las 12 llegó el turno de los rusos, que estuvieron con una formación incompleta. En la cancha central practicaron los singlistas Igor Andreev y Dimitri Tursunov, mientras que Nikolai Davydenko, número seis del ranking ATP y pieza clave del equipo, ni siquiera apareció por el predio de Villa Soldati.