Dom 19.10.2008

DEPORTES  › LA RED QUE LE FUE CERRANDO LOS CAMINOS AL DT ALFIO BASILE

Coco no tiene quien le escriba

Su mala relación con la prensa, la conspiración tejida en la AFA y hasta la ambición de la denominada generación del ’86, todos los que trabajaron para horadar los cimientos de la continuidad del DT.

› Por Gustavo Veiga

Alfio Basile está convencido de que le arrancaron su renuncia los periodistas críticos y el jugador más mimado por Julio Grondona: Lionel Messi. Construyó una ficción para explicarse su zozobra futbolística e, irritable como estaba, avisó que se acababa su segundo ciclo en la Selección. Ahora, detrás de él, quedan demasiadas preguntas para respuestas incompletas, una historia de conspiraciones y traiciones, pero sobre todo emerge la denominada generación del ’86. ¡Vaya paradoja! Aquella que reunió Carlos Bilardo en el Mundial de México, hoy transformado en el enemigo público número uno del presidente de la AFA y censor ante el micrófono del proceso que acaba de terminar.

Sergio Batista será el sucesor inmediato, pero sólo por un partido, que se jugará el 19 de noviembre ante Escocia. La designación definitiva del técnico campeón olímpico significaría habilitarle la cancha a Diego Maradona para integrar un binomio. Habría que ver si Grondona está dispuesto a darle el gusto, pese a que se mostró compinche con él durante los Juegos de Beijing. Si no fuera así, el puesto sería para Miguel Angel Russo, un profesional con mayor experiencia, una carrera ascendente y que también tiene feeling con el ídolo. Claro que las especulaciones incluyen a un par de candidatos más: Diego Simeone y Carlos Bianchi.

Basile renunció musitando toda su bronca hacia un sector del periodismo que lo cuestionaba. Su enojo no era reciente; tenía poco más de un año. En octubre del 2007, la había emprendido contra el periodista Román Iucht, de TyC Sports, después de un partido en Venezuela por las Eliminatorias (2 a 0). “Vos sos contra mío”, le recriminó. También increpó al mes siguiente a Claudio Mauri, de La Nación. La paranoia llegó a tal punto que Rubén Panadero Díaz, su alter ego, apareció sin motivo en las conferencias de prensa siguientes, para observar con detenimiento qué periodistas hacían preguntas filosas. Por supuesto, en el círculo áulico del Coco se experimentaba la sensación opuesta: “La prensa nos mata”, era la expresión más corriente hasta antes del portazo del jueves.

El técnico renunciante dejó entrever varias razones más para tomar la decisión que tomó, que ahora se vuelven irrelevantes. A no ser que, tamizadas, sirvieran como enseñanzas para el futuro o para que su reemplazante pueda saber con qué realidad se topará.

En esta crisis poco se habló del papel que cumplieron los dirigentes, con Grondona a la cabeza. Basile habría percibido que tenía un par de enemigos íntimos alrededor: Raúl Madero, el director médico del seleccionado, un viejo amigo de Bilardo, y Daniel Pellegrino, coordinador y ex secretario privado de Grondona, que oficiaba de filtro con su proverbial corrección. Este último, vaya a saber por qué razones ajenas a quienes no comparten largas concentraciones, estrechó amistad con Gabriel Heinze, uno de los experimentados que estaban enfrentados con el preparador físico Carlos Dibos desde el viaje a Bielorrusia en agosto pasado. O lo que es parecido, con el propio Basile.

“Cuando el Coco planteaba algo, lo mandaban a hablar con el coordinador”, confió uno de sus íntimos. O se las tenía que ver con un grupo de dirigentes integrado por Luis Segura, Enrique Merelas y Noray Nakis, de la comisión de selecciones, cuyo principal mérito para estar ahí es su docilidad con Grondona. Así como a Basile no lo pudieron convencer los periodistas Cherquis Bialo y Andrés Ventura de que cambiara la frecuencia de sus contactos con la prensa, tampoco logró disuadirlo de que renunciara a la Selección su círculo más cercano y mucho menos Segura, el presidente de Argentinos Juniors, enviado para convencerlo.

Si bien el ex técnico se mostraba intolerante a las críticas periodísticas, bienintencionadas o no, las habladurías sobre la brecha generacional que lo separaba de los locos bajitos Messi y Agüero mueven a risa. ¿Acaso Basile debería saber jugar al Play Station que les gusta a ellos? Es difícil de imaginar que veteranos como Ramón Cabrero o Luis Aragonés se prendan en ese jueguito. Y salieron campeones con Lanús acá y la selección de España en la Eurocopa, dirigiendo futbolistas muy jóvenes. Desde 1924 hasta hoy, los cuarenta entrenadores que condujeron al seleccionado nacional cumplieron un promedio de dos años y poco más en su puesto. Basile en su segundo ciclo ratificó esa estadística que sólo superaron un puñado: Guillermo Stábile y todos los que dirigieron a la Argentina desde que Grondona llegó a la AFA en abril de 1979, con la excepción de José Pekerman, que estuvo entre 2004 y 2006 al frente de la mayor. Basile quedó quinto entre los que dirigieron más partidos a la celeste y blanca en su historia. Pero necesitó dos períodos de trabajo: el primero lo terminó en el Mundial del ’94, doping de Maradona mediante. Y del segundo eligió salirse él.

Batista confía en que podría quedarse hasta el Mundial 2010 y recibió un espaldarazo que seguramente Grondona tomará en cuenta. “Me parece muy buena opción, lo conozco mucho a él y a su cuerpo técnico”, afirmó Messi desde Barcelona. El pibe estrella es la debilidad del presidente de la AFA, que ve más allá de los 30 años de Riquelme, que serán 32 en el Mundial de Sudáfrica, si la Selección se clasifica.

Maradona entraría en esta variante apoyada por Messi, como técnico alterno, ayudante, fogonero de la mística que supo infundir cuando jugaba o simplemente por estar ahí, cuando se lo requiera. El optimismo que irradia Diego en la variante Batista se modera con el otro candidato, Miguel Angel Russo, aunque él igual se hace un lugar solito. “Llegó el momento para que los que les dimos una alegría a todos en el ’86 tengamos nuestra chance”, señaló.

Cuestiones azarosas ponen más en evidencia que esta crisis, desatada por la renuncia de Basile, parece una crisis mayor si se toma en cuenta que 2008 terminará con dos entrenadores argentinos como los mejores de las Eliminatorias: Gerardo Martino y Marcelo Bielsa, con Paraguay casi clasificado y Chile por ahora adentro del Mundial, no dirigen a la Selección nacional. Ellos ya ratificaron con su trabajo que están en condiciones de llevar a las suyas al Mundial de Sudáfrica. Acá retrocedimos diez casilleros y se empezó a buscar quién se hará cargo de semejante tarea. Una elección crucial, un momento de decisión donde no queda margen para equivocarse.

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