Juan Martín Del Potro derrotó al francés Jo-Wilfried Tsonga 7-6 (7-4), 7-6 (7-5), por lo que sigue en la pelea por entrar en las semifinales del Masters de tenis de Shanghai. Del Potro, que perdió en la primera jornada ante el serbio Novak Djokovic, se jugará la vida mañana ante el ruso Nikolai Davydenko. Tsonga consiguió 15 aces, pero Del Potro ganó gracias a su servicio. A diferencia del partido con Djokovic, el saque del tandilense respondió en los puntos claves, sobre todo en ambos tiebreaks. “En el del segundo set fue clave aquel revés paralelo para lograr el 4-2 que ni yo sé cómo hice. El servicio me ayudó sobre todo en los momentos difíciles. Saqué bárbaro”, señaló Del Potro.

El argentino presentó un juego más variado, pero al francés le servía con su derecha y su servicio. Ganó el séptimo juego con cuatro aces seguidos para llegar a diez. El brazo de Tsonga recordaba al que martirizó a David Nalbandian en la reciente final de París-Bercy.

Tsonga mantenía su alto porcentaje de primeros saques y de aces. A Del Potro sólo le quedaba aguantar. Menos espectacular, pero igualmente efectivo, el argentino llevó el set al tiebreak, en el que se impuso por 7-4, precisamente con un saque ganador en su primer set point tras casi una hora de choque y pese a 12 saques directos del rival.

“Soy consciente del jugador que tengo enfrente –recordó el tandilense–. Tenía que estar concentrado cuando le tocaba sacar, sabía que no podía perder mi saque y, si tenía chance de quebrarle, mejor. Hay que tener fría la cabeza y no volverse loco. A veces es desesperante que te metan un ace en los momentos importantes.”

Del Potro inició el segundo set con la misma firmeza, con un juego más variado que el de su rival. Pero Tsonga imponía su servicio. El de Del Potro, no tan espectacular, resultaba, sin embargo, igualmente dañino para Tsonga. El francés bajó su número de aces respecto del primer set, así que se permitió en ocasiones deleitar al público –mayoritariamente a su favor– con sutilezas de muñeca en forma de drops y voleas.

Del Potro se aseguró al menos el tiebreak en un set de desarrollo parecido al primero y se mostró dispuesto a atacar el servicio del francés. Pero Tsonga no dio chance y había que ir de nuevo al desempate.

Un passing paralelo de revés a dos manos y en carrera dio a Del Potro la ventaja 4-2. “¿Por dónde pasó?”, pareció preguntarse Tsonga. Su duda se mantuvo en la cabeza y el argentino se escapó 5-2 tras una derecha contra la red.

Un smash dio a Del Potro el 6-3 y tres match-points seguidos. Los dos primeros, con saque de Tsonga, que los salvó con un ace y un servicio ganador. El tercero, ya en poder del argentino, sirvió para sellar el duelo después de una hora y 50 minutos, tras una derecha a la red del francés.

Del Potro presentó un buen porcentaje de acierto en el primer servicio, logró menos golpes ganadores (16 por 42 de su rival), pero limitó los errores no forzados (18 por 38 de su rival). Tsonga opinó que la diferencia entre los dos “no fue mucha”, porque perdió sólo en los dos tie-break: “Fallé alguna bola fácil y ya está”.

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