Orden y criterio para intentar jugar al fútbol, eso fue lo que mostró este River versión 2009, pergeñado por Néstor Raúl Gorosito. No hubo mucho más que eso y es cierto que tampoco había demasiadas expectativas. No sólo por el patético segundo semestre de la banda roja en el 2008 sino por la efímera semana de trabajo del nuevo entrenador y el escaso relieve técnico de los jugadores que presentó en su primera formación titular. Pero se llevó de premio un empate y no está mal como punto de partida. Porque jugó un complemento superior al de su rival y dejó una mejor imagen en el final.Se notó el esfuerzo de los futbolistas riverplatenses por intentar dar vuelta la página. Hubo suplentes, en especial del medio hacia arriba, jugadores que, en general, no serán los titulares cuando llegue el momento de pelear los puntos, se notó un interés especial por dar vuelta el resultado en el segundo tiempo. Aunque a nadie, ni al hincha más recalcitrante, le cabía esperar otra cosa. Los torneos de verano siguen siendo eso, reuniones multitudinarias poco propensas a entregar espectáculos futbolísticos de jerarquía. “A nosotros nos interesa tanto la forma como el resultado”, subrayó Gorosito antes de empezar el partido y a ese respecto la actitud fue destacable. Independiente hizo valer, de alguna forma, una condición de juego aunque fuera mínimamente más a punto, y prevaleció en el primer tiempo, aunque sólo pudo sacar ventaja de ello en el cierre de esa primera mitad, cuando Gandín volvió locos con los quiebres de cintura a Gerlo y Cabral, su derechazo dio en el travesaño y salió disparado hacia la izquierda. Allí la tomó Fredes, como venía, ganándole la espalda a Villagra y clavando un sablazo que hizo inútil la resistencia de Vega.

Gorosito mandó, uno tras otro, a Rosales, Mauro Díaz y el debutante Gustavo “Tortuga” Fernández, en el segundo tiempo, todos atacantes con la idea del empate, Y el último aprovechó un doble error de Navarro y Viola para clavarlo de zurda. No estuvo tan mal para empezar.