DEPORTES
› SAN LORENZO, CAMPEON DE LA MERCOSUR EN LOS PENALES
La gloria se hizo esperar...
En un partido emotivo en el que tuvo que remontar el marcador y los penales, San Lorenzo batió bien a Flamengo. Hizo el primer gol Leandro Machado y empató Estévez. En los penales, definió Capria.
› Por Adrián De Benedictis
Hubo que esperar muchos años para que San Lorenzo pudiese celebrar, finalmente, un triunfo en un torneo internacional. Y esta Mercosur le costó por lo que vale: no sólo el triunfo deportivo sino también la posibilidad del desahogo anímico y económico que significa la conquista. Y ganó en buena ley. Desde atrás: perdía y empató; después perdía en los penales y remontó para ganar. Todo el mérito entonces para el equipo de Pellegrini, gloria al Ciclón.
Porque ante un disminuido Flamengo –muchos juveniles, varias ausencias significativas– puso todo. Que no fue, en términos futboleros, mucho. Pero San Lorenzo no se guardó nada. Quiso siempre, atacó desde el comienzo y, alentado por una parcialidad siempre al filo del desborde, acorraló en largos pasajes del partido a su rival, que había sacado ventaja inicial y la conservó hasta la mitad del segundo tiempo. Y después, ese último tramo del partido hasta la finalización, fue el que más quiso. Y en los penales –con un Saja estupendo– pudo alcanzar lo que se merecía en el último y demorado penal de Diego Capria.
Desde el comienzo, San Lorenzo salió dispuesto a adelantarse y empujar al Flamengo hacia su arco. Romagnoli era el eje del equipo y Acosta, instalado en el centro del ataque, parecía el más peligroso. Por el lado de Flamengo, la idea parecía esperar un poco y depender de la manija del serbio Petkovic para habilitar a Roma y Leandro Machado. Y así, después de una advertencia de Roma, los brasileños la movieron de una lateral al otro hasta que Rocha, dentro del área, la volvió a cambiar con la punta del botín a la izquierda y ahí llegó libre Leandro Machado en el segundo palo, solo, para convertir de cabeza.
A partir de ese momento, San Lorenzo fue con todo al ataque, casi monopolizó el control de la pelota y predominó en el terreno pero no pudo llegar más allá del borde del área. Precisamente, la mejor provino de un foul a Acosta al recibir de espaldas en ese sector y el tiro libre de Serrizuela dio en la base del poste izquierdo del buen arquero Julio César. De ahí hasta el final del período, sin claridad, el equipo de Pellegrini fue más y Romagnoli y Estévez inquietaron a Julio César.
En el segundo mejoró el Ciclón con Pusineri en lugar de Franco y desbordó muchas veces por derecha mientras Flamengo no conseguía armar un contraataque: no pateó al arco prácticamente en toda la etapa. Hasta que tras gran jugada de Erviti por izquierda, llegando al fondo, el chiquito puso el centro paralelo y Julio César se equivocó por única vez: dio rebote y Estévez la mandó adentro. Empate. Lo tuvo enseguida Serrizuela en jugada colectiva pero de ahí en más a San Lorenzo le faltaron ideas y piernas para desnivelar. Así llegaron los penales y la definición.
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