Carlos Bilardo no tiene plafond en la Selección. Su relación con Diego Maradona era difícil y continúa complicada. El ex técnico campeón del mundo, ex candidato a presidente de la Nación, ex columnista televisivo y radial y ex funcionario deportivo bonaerense trabaja cada vez más aislado en el predio de la AFA en Ezeiza. La aureola de jefe de grupo que lo llevó a ganar el Mundial del 86 con los mismos hombres que hoy está distanciado se evaporó. Sergio Batista, José Luis Brown y Julio Olarticoechea, entre otros, le estarían haciendo un vacío en el día a día.

Bilardo, cuando llegó a esta nueva estructura que sucedió a Alfio Basile, lo hizo con el poder que le delegó Julio Grondona. Es el hombre del presidente en el seleccionado. Una especie de Gran Hermano grondoniano que poco a poco se fue ganando el recelo de sus ex dirigidos. “La incomunicación se nota, es más, también es extensiva a Humbertito Grondona, el hijo de Julio”, confió una fuente de la AFA.

“Si pregunta, hablo”, había confesado Bilardo a principios de abril, cuando se resquebrajó la relación con Maradona. Desde entonces, el vacío con Bilardo se profundizó. El clima de trabajo no es el mejor. Es más, en el predio de la AFA ciertas obsesiones del secretario general de selecciones nacionales son cuestionadas. La última consistió en mandar a un grupo de trabajadores que le hacen el mantenimiento a las canchas de Ezeiza para que observaran cómo había quedado el césped del estadio de River tras el recital del grupo de rock Los Piojos. Los citó a las tres de la mañana para ver cómo podían acondicionar el estado del campo de juego, deteriorado por la numerosa concurrencia y la lluvia. A ninguno de los convocados les hizo gracia la idea.

El vacío a Bilardo sería semejante al que recibe Grondona (h) porque fue él quien lo convenció a su padre, el presidente de la AFA, de que debía designar a aquel como colaborador de Diego en la selección. Lo que señala un diagnóstico confirmado: la composición de la estructura que trabaja con las selecciones nacionales nació con fórceps y continúa igual. Envuelta en un marco de intrigas donde Maradona y Bilardo ya no conservan la misma relación del pasado.

“Me demostré a mí mismo que puedo comandar un grupo. Y sé que a Bilardo lo pusieron por si yo fallaba. Primero Julio y Humberto Grondona me hablaron de ser técnico y después me preguntaron si podía estar Bilardo. No me arrepiento, pero hay un acuerdo que era con Ruggeri, lo querían firmar pero dijimos que íbamos a creer en la palabra. Lo que a mí me prometieron era eso. Si entraba Humbertito Grondona, entraba Ruggeri, y Bilardo no peleó tanto por Ruggeri como por Humbertito Grondona”. Hace unos meses, con esas palabras al programa de TyC Sports Gol de Medianoche, Diego le pasaba factura a Bilardo sobre la situación no resuelta del ex defensor de la selección. El mismo personaje que levantó revuelo cuando el mes pasado visitó el predio de Ezeiza, se mostró en diálogo ameno con Maradona y sus colaboradores y le provocó un disgusto al presidente de la AFA que frenó su contratación.

Aquella confesión renueva las dudas de hoy. De que algo no anda bien en la cúpula de la selección. Y a eso se agrega la versión de que el presidente de la AFA está muy inquieto por ello. Con la clasificación para Sudáfrica 2010 sin asegurar, un mínimo traspié podría generar problemas en la conducción. El 6- con Bolivia ya fue una señal. Los resultados que se obtengan de aquí en adelante determinarán si las diferencias internas se agravan o quedan diluidas por las victorias que garanticen un lugar en el próximo Mundial.