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“La verdad que después de anotar mi primer gol (el segundo de Gimnasia), me arrodillé y le hice una promesa a la Virgen de Luján de si podíamos convertir el tercero, que era lo que necesitábamos para salvarnos del descenso.” Franco Niell, la figura de Gimnasia en su partido milagroso contra Rafaela, reveló parte del místico secreto. “Ahora voy a tener que cumplir esa promesa. Pero siempre le pido a la Virgen que me ayude. De hecho, cuando entro a la cancha me hago la señal de la cruz. Y esta vez me dio más de lo que esperaba”, comentó el delantero que jugaba sus últimos minutos en Gimnasia.

“Tengo una alegría inmensa. Estoy muy feliz. Es la primera vez que hago dos goles en un partido y justo fue en una circunstancia así. Y encima de cabeza, siendo que mido apenas 1,62 metro”, describió. El técnico Madelón lo había elogiado un rato antes por su “técnica de cabeceo”.

“Por eso, si quieren hacerme un monumento, como muchos dicen, no van a gastar mucha plata en cemento. Peor hubiese sido que esos goles los hubiesen hecho Diego Alonso o el Pampa Roberto Sosa”, bromeó en alusión a la altura de los delanteros.

En menos de cuatro minutos, entre los 88 y el primer minuto de descuento, Niell anotó sus dos goles de cabeza, el tercero en palomita, algo que le permitió a algunos hinchas histriónicos compararla con la famosa palomita de Aldo Pedro Poy en un Central-Newell’s en 1971.

Pese a esta alegría, Niell parece haber vivido ayer sus últimas emociones en La Plata, porque “a partir del próximo jueves” tendrá que presentarse en los entrenamientos de Argentinos, club dueño de su pase. “Voy a ver con mi representante qué es lo más conveniente para mi futuro. Tengo muchos amigos en el plantel de Gimnasia y también en el de Argentinos, así que en estos días veremos cómo se dan las cosas.”