Boca y la rutina barrial

Delgado mostró ayer que su momento especial no distingue adversarios, ya que en la práctica de fútbol que realizó Boca ayer marcó los tres goles con los que los titulares vencieron a los suplentes. La práctica, que en un principio fue a puertas cerradas para los socios y la prensa como se había estipulado, por un pedido especial de los jugadores fue abierta para los medios cuando transcurrían 10 minutos del primer partido y los titulares ya le ganaban a un conjunto de suplentes por 2 a 0. Ese minipartido se prolongó durante 25 minutos. Posteriormente, los titulares superaron a otro combinado de suplentes por 1 a 0 –”tres dedos” fulminantes de Delgado a un ángulo tras jugada de Clemente Rodríguez– en un encuentro de sólo 20 minutos.
Además de la presencia de Mauricio Macri, la novedad del entrenamiento estuvo en el aspecto táctico, ya que en un principio Tabárez armó el equipo con cuatro jugadores en la defensa, cambiando transitoriamente el esquema táctico habitual con tres en el fondo. El domingo, seguramente repetirá este último sistema que viene utilizando desde la derrota ante Racing por 4 a 3. Los titulares formaron con Abbondanzieri; Burdisso, Schiavi, Crosa; Donnet, Cascini, Battaglia, Clemente Rodríguez; Guillermo Barros Schelotto, Tevez, Delgado. Los suplentes del primer encuentro alinearon a Caballero; Calvo, Dinas, Carballo, Imboden; Cristovao, Pinto, Giménez; Ezequiel González, Galván; Bracamonte. El otro equipo sparring lo integraron Dulcich; Méndez, César González, Forchetti, Molina; Ibarra, Chena, Omar Pérez, Fabbro; Estévez, Sosa.
El conjunto suplente se plantó en forma similar a cómo lo hace Independiente y así se vio que, cuando atacaba el rival, defendía con cuatro en el fondo, y cuando avanzaba, los laterales también se proyectaban en ataque. En los titulares, Matías Donnet y Clemente Rodríguez fueron laterales-volantes.
Hoy el plantel volverá a entrenar en Casa Amarilla a partir de las 10, al mediodía los jugadores compartirán un asado y después quedarán concentrados en un hotel de Puerto Madero. Boca no se esconde, muestra buen ánimo y trata de que la racha de cinco partidos se prolongue hasta el domingo. ¿Será demasiado?


Independiente, hermético

Independiente practicó y se fue. Ayer, en el último entrenamiento en casa, los titulares golearon 5-1 a la sexta división y en ese ensayo volvió a quedar en claro que Juan Manuel Eluchans reemplazará a Mariano Pernía ante Boca. Y que Montenegro estará.
Pese a que la práctica de fútbol realizada en el estadio de Avellaneda fue nuevamente a puertas cerradas, se supo que Daniel Montenegro continúa evolucionando favorablemente del esguince que tiene en su tobillo izquierdo, al punto que sobre el final del encuentro jugó un cuarto de hora para el conjunto principal. Al principio, el lugar de Rolfi había sido ocupado por Leonel Ríos, por quien luego ingresó Cristian Gómez. Al final entró Montenegro, que se había entrenado en forma diferenciada desde el martes. Todo indica entonces que jugará el domingo, infiltrado.
La formación roja para recibir a Boca tendría dos cambios en relación con el equipo que el último domingo perdió 2-1 con Banfield y le permitió a los de Tabárez ponerse a tres puntos: Hernán Franco, tras cumplir su fecha de suspensión, por Matías Villavicencio, y Eluchans por Pernía, cuyo rendimiento ante no conformó al técnico. En consecuencia, los once que el domingo buscarán la victoria que los consagre campeones del Apertura serán: Leonardo Díaz; Serrizuela, Hernán Franco, Milito, Eluchans; Pusineri, Castagno Suárez, Guiñazú; Insua, Daniel Montenegro; Silvera.
Tras el entrenamiento, tanto el plantel como el cuerpo técnico de Independiente fueron en micro hasta el hotel Sheraton Pilar, donde quedaron concentrados. Hoy, por la mañana, la práctica se hará en el Country Mapuche y a puertas cerradas para la prensa. El Country Mapuche es el lugar en el que se entrenaba el equipo de River Plate que se consagró campeón del torneo Apertura 1994 a las órdenes de Gallego, quien al parecer está lejos de ser una excepción en un ambiente sumamente cabulero como el del fútbol.
En síntesis: el puntero no quiere ver a nadie –sobre todo al periodismo– y se recluye hasta el momento de la verdad.