El conflicto de Ariel Ortega no parece tener una solución sencilla. Tras la ausencia del jugador en la concentración y en el partido ante Lanús, el entrenador de River, Leonardo Astrada, no lo dejó participar de la práctica que llevó a cabo en el plantel. Y según trascendió, el técnico le pidió a Ortega que se sometiera a un tratamiento para curarse de su adicción al alcohol para volver a ser tenido en cuenta.

Luego de la derrota ante Lanús, los jugadores que no habían tomado parte del encuentro debían presentarse ayer por la mañana en el Monumental para iniciar la rutina de trabajo. Como si nada hubiese pasado el fin de semana, Ortega llegó al estadio y pidió su ropa de entrenamiento. Sin embargo, el técnico lo detuvo, no lo dejó participar de la práctica y lo llevó al vestuario, donde mantuvieron una charla de casi dos horas.

De la reunión también participaron Hernán Díaz y Javier Sodero, integrantes del cuerpo técnico, mientras que Ernesto Corti estuvo a cargo de los trabajos de campo que desarrollaron los futbolistas. Además, a la charla también se sumó Matías Almeyda, referente del equipo y amigo personal de Ortega. Con esa confianza, el volante también le aportó su visión del conflicto. “Esperemos que Ariel pueda hacer la vida que se merece. Lo vimos un poco triste por la situación que está viviendo. Los que lo queremos de verdad vamos a ayudarlo en todo lo que se pueda”, aseguró Almeyda. “Es el último ídolo de River y la gente se pone feliz de verlo jugar, pero hay que pensar en lo humano. Lo que él decida va a estar bien.”

De acuerdo con lo que se supo, los participantes de la reunión le manifestaron su apoyo al jujeño, aunque le pidieron que mantuviera una línea de conducta para no generar problemas en el vestuario. Y sobre todo, le sugirieron que retomara un tratamiento para superar su adicción al alcohol y evitar los bajones anímicos. Si bien Ortega había manifestado durante el fin de semana que el retiro era una posibilidad concreta, su intención de ayer de entrenarse marca que su idea es continuar jugando. Por eso, se pudo ver a un Ortega fastidiado por la decisión del cuerpo técnico de no dejarlo practicar. “No voy a hablar”, dijo Ortega camino al estacionamiento, molesto con la situación. “No me dejaron entrenar, no quiero hablar. Quizá más tarde”, deslizó ante la insistencia de los periodistas.

Astrada, secundado por Hernán Díaz, salió del vestuario media hora después que Ortega, y subió a las oficinas del primer piso, donde estuvo cinco minutos, pero no trascendieron los motivos ni el contenido del diálogo que habría mantenido con un dirigente. “Lo que tenía que decir ya lo dije ayer. Ortega, lo vieron ustedes, vino hoy”, aseguró el entrenador, que no pudo evitar su cara de fastidio. Está claro que la relación entre ambos sufrió un fuerte cortocircuito el pasado viernes, cuando el jujeño llegó a la concentración a las 23.30, como el resto de sus compañeros, aunque decidido a volver a su casa porque no quería jugar ante Lanús. Habrá que ver cómo sigue la historia, que hoy tendrá un nuevo capítulo cuando el plantel de River se entrene en Ezeiza.