Los funcionarios funcionales K (FFK) Luis D’Elía y Edgardo Depetris, días atrás y casi al unísono, aventuraron –lo que no es demasiado infrecuente (lo de aventurar) por estos tiempos desde ciertos estamentos del poder– que las críticas a Diego Armando Maradona por parte de cierta prensa tenían relación directa con la buena predisposición del seleccionador nacional con el Gobierno, en especial por el convenio entre la AFA y el Estado para la televisación de los partidos del torneo Apertura. Todos esto mientras la tilinguería llevó a hacer olvidar lo mal que jugó el seleccionado nacional para ocuparse casi excluyentemente de la por ambos lados escatológica conferencia de prensa posterior al partido que se jugó en Montevideo.

Pero los absurdos y las contradicciones siguieron. Parece que a Maradona se le borró el disco rígido que prometió activar desde su “computadora” –así lo anunció señalándose la cabeza, como si allí tuviera todo registrado–, una vez terminadas las Eliminatorias. Todo el supuesto batifondo se limitó a desafectar a Miguel Angel Lemme del cuerpo técnico.

En tanto, apareció la lista de quienes estarán en el plantel para el amistoso contra España, en la que no figura ningún jugador de los que actúan en nuestro país, probablemente explicable por la cantidad de partidos seguidos que se están jugando por el campeonato local.

De todos modos, parece disparatado que se le haya encomendado a Carlos Bilardo la elección del lugar de concentración para el Mundial de Sudáfrica. Teniendo en cuenta que este señor no tiene todos los patitos en fila, o, por lo menos, no se entiende ni la mitad de lo que pretende explicar, quizás el lugar elegido sea en Groenlandia o en Sri Lanka.