Desde Mar del Plata

Mar del Plata arrancará su temporada deportiva esta noche. A la espera de los torneos de fútbol de verano y a pocos días del lanzamiento de la temporada estival, la ciudad recibirá desde hoy en el Polideportivo Islas Malvinas al Torneo Super 8, el certamen que reúne a los ocho mejores equipos de la primera fase de la Liga Nacional de Básquetbol. Para la jornada inicial están previstos los encuentros entre Quimsa y Sionista a partir de las 19.30 y luego llegará el turno del clásico local entre Peñarol, el organizador del torneo, y Quilmes (televisa TyC Max desde las 22). Mañana será el tiempo de Atenas-Obras y Libertad-Boca, los otros cuatro participantes. Los ganadores de los cuatro enfrentamientos se medirán en las semifinales del sábado, en tanto que el domingo se definirá el campeonato.

“Están los ocho mejores. Es un lujo este torneo”, aseguró Carlos Romano, entrenador de Quimsa, ganador de la Copa Argentina y de la Sudamericana, y uno de los favoritos para repetir aquí, en un certamen que entregará 50 mil pesos al ganador y la clasificación para la próxima edición del campeonato continental. “Es un orgullo ser parte de este acontecimiento. Tengo más expectativas por el torneo, que hasta por lo que pueda dar mi equipo”, aseguró Sergio Hernández, el técnico de Peñarol, el actual puntero de la Liga Nacional. Las palabras del también entrenador de la Selección Argentina demuestran la importancia que le dan los protagonistas al certamen.

La jornada de hoy pinta atractiva, por la presencia de Quimsa, uno de los principales candidatos al título, y por el condimento del clásico marplatense. Los santiagueños, comandados por el pivot Román González, ganaron los dos torneos que ya disputaron y lograron la clasificación para la ronda final de la Liga de las Américas, venciendo a Atenas en Córdoba. Pero no deberán confiarse de Sionista, un equipo en franco crecimiento. “Venimos a dar el golpe”, le dijo a Página/12 Sebastián Svetliza, el DT de los entrerrianos.

En el segundo turno se verán las caras los rivales de la ciudad, con una realidad muy disímil. Mientras Peñarol llega como puntero y con el antecedente de haber ganado los cinco clásicos en lo que va de la temporada, Quilmes arriba muy golpeado, penúltimo en la Liga y con la incógnita del debut del estadounidense Robert McKiver. “No es McGiver, que nos vendría bien”, bromeó ayer Esteban De la Fuente, el entrenador de Quilmes. El favoritismo es amplio para los organizadores del torneo, pero De la Fuente lo toma como un aliciente, imaginando en una remontada. “No es un buen momento, pero el equipo sabe que tiene mucho para ganar. Hay que focalizarse en eso”, analizó el ex alero de la Selección Argentina. En cambio, Hernández acepta el rol de banca. “Si lo tomás como una presión y pensás en negativo, sos un tibio. Y un competidor, siempre piensa en ganar”, afirmó el técnico de Peñarol, que ganó este certamen en 2007.