La dirigencia de Banfield anunció ayer oficialmente que el club “dio por finalizadas” las negociaciones que llevaba adelante para adquirir el pase del delantero uruguayo Santiago Silva, goleador del último torneo Apertura ganado por la entidad del sur del Gran Buenos Aires. La Comisión Directiva explicó que las negociaciones se terminaron porque “las pretensiones económicas contractuales del jugador y las exigencias pecuniarias de su representante (Pablo Betancourt) tornaron inviable institucionalmente su contratación”. De esta manera finalizó una historia que tuvo muchas idas y vueltas y en la que sus protagonistas dieron distintas versiones de los hechos. Banfield, según sus dirigentes, quiso comprar el 50 por ciento del pase del jugador (el que le pertenece a Vélez) por 1.250.000 dólares y hacerle una mejora al contrato del goleador, pero se negaba a un resarcimiento a Central Español de Uruguay, el club del cual surgió Silva. Además, el jugador y su representante habrían pedido un sueldo anual de 450 mil dólares, algo que según el presidente de Banfield, Carlos Portell, les era imposible de pagar.