DEPORTES › SE HIZO OFICIAL LA RENUNCIA DE BASILE, QUIEN NI SIQUIERA SE DESPIDIó DEL PLANTEL
Tras la salida del Coco, el presidente Ameal pretendía que Bianchi se hiciera cargo del equipo, pero el manager no quiere asumir antes de junio. Por eso, el técnico de la Reserva dirigirá mañana ante River y podría ejercer el interinato en el Clausura.
El segundo ciclo de Alfio Basile como entrenador de Boca terminó mal. Golpeado por las críticas y las presiones, el DT decidió renunciar y los dirigentes y el manager Carlos Bianchi esta vez no intentaron convencerlo para que siguiera hasta el final de su contrato, algo que sí habían hecho cuando, en septiembre de 2009, el entrenador amagó con irse por la falta de resultados. Golpeado, Basile ni siquiera pasó ayer por el vestuario para despedirse de los jugadores, algo que sí hizo el resto de su cuerpo técnico. La carrera por la sucesión no está fácil. El presidente del club, Amor Ameal, quiere que agarre Bianchi, pero el ahora manager recién aceptaría el cargo en junio. Mañana, en la revancha frente a River dirigirá el entrenador de la Reserva e interino predilecto, Abel Alves, que también aparece como la mejor opción hasta mitad del año. En la lluvia de candidatos también asoman Diego Cagna, Jorge Bermúdez y Guillermo Barros Schelotto, todos campeones con Bianchi.
La mañana de Boca fue agitada. Es que la noticia que tomó cuerpo en la noche del jueves, a propósito de la decisión de Basile de abandonar el barco en medio de la tormenta, tomó por sorpresa a jugadores y dirigentes. Los primeros en enterarse fueron Bianchi y Ameal, que se reunieron por la noche para analizar los pasos a seguir y ayer por la mañana acudieron temprano al club para informarles a los integrantes del plantel el desenlace de la situación y para darle a Alves la posta de la conducción del equipo de cara a la Copa Revancha, que se jugará mañana en Mendoza.
El que no apareció fue Basile, que mandó a su ayudante de campo, Jorge Ribolzi, y al preparador físico, Carlos Dibos, para que retiraran sus pertenencias del complejo de Casa Amarilla. Estos se cruzaron temprano con Bianchi y Ameal, quienes estuvieron reunidos en la oficina del manager, y con Juan Román Riquelme, uno de los referentes del plantel que más bancaba a Basile, incluso cuando estuvo al frente de su segundo ciclo en la Selección, y que fue el primero de los futbolistas en llegar al predio de entrenamiento.
Fue Ameal quien oficializó la renuncia de Basile. En una suerte de balance, el presidente del club sostuvo que el entrenador saliente “ya entró en la historia del club” y con respecto al rendimiento, agregó: “tuvo sus más y sus menos, el equipo tuvo muchos jugadores lesionados y no pudo encontrar el equipo de memoria”. El dirigente hizo público sus votos para que sea Bianchi quien retome las riendas del equipo, aunque adelantó que el Virrey, con quien mantiene un diálogo fluido, no está dispuesto a agarrar la manija sino hasta después del Mundial de Sudáfrica. “Hablamos con Carlos y creo que en el tiempo inmediato no quiere dirigir. Igual se lo tienen que preguntar a él. En este momento el técnico del equipo es Abel Alves”, manifestó Ameal en conferencia de prensa.
Todo indica que, de no surgir inconvenientes, Alves continuaría en el cargo a lo largo del torneo Clausura, aunque ya suenan varios nombres de candidatos al cargo. “Hay muchos dirigentes de vacaciones y vamos a esperar hasta la semana que viene para tomar una determinación”, explicó ayer Ameal. Alves, que es el entrenador de la reserva y la rueda de auxilio del club para estas cuestiones intempestivas, dirigirá mañana al primer equipo en Mendoza y ayer (ver aparte) se encargó de arengar a los futbolistas para que ganen el segundo superclásico del verano, tras la dolorosa caída del último miércoles.
Si bien Alves se presenta hoy como la mejor opción en el compás de espera que Bianchi impone para dar el sí, durante el día sonaron los nombres de varios candidatos, como Diego Cagna y Gustavo Alfaro, o el colombiano Jorge Bermúdez y el Mellizo Guillermo Barros Schelotto, el preferido por el ex presidente de Boca y actual jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri.
Pero, por distintos motivos, todos quieren que sea Bianchi el entrenador. Algunos dirigentes porque confían en el Virrey, el técnico más ganador de la historia del club, y otros porque ven que de esa forma, Bianchi dejaría el cargo de manager que tantos cuestionamientos ganó desde su implementación.
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