Dom 08.12.2002

DEPORTES  › RUBEN INSUA, ENTRENADOR SANTO

“San Lorenzo va a jugar el partido más importante del año contra Nacional”

El miércoles, el equipo de Boedo puede conquistar su segundo título internacional. Para el técnico, será el objetivo que le falta alcanzar.

Por Gustavo Veiga

Rubén Insua es un producto de esa combinación exitosa que ha dominado el fútbol en los últimos años. La que consiste en apelar al hijo dilecto, al ex jugador que en el pasado fue ídolo, para dirigir un equipo con aspiraciones. Poco importa si el elegido cosechó previamente resultados sin demasiada relevancia o si carece por completo de experiencia. Este tipo de uniones arrojó dividendos indiscutibles: Carlos Bianchi en Vélez y Ramón Díaz en River son dos ejemplos de los más notorios. En San Lorenzo, el Gallego no las tuvo todas consigo desde que desembarcó a mediados de 2002. Ni con la hinchada, ni con sus propios futbolistas la relación era buena. Esa oposición integrada, capaz de terminar con los días de cualquier entrenador en la Argentina, no pudo con Insua. El salió a dar pelea –como gusta decir– y ahí está, a un paso de levantar la segunda Copa internacional para la institución de Boedo en menos de un año, después que la última Copa Mercosur quedara en las vitrinas del club el 19 de enero. Precisamente, la Mercosur es el antecedente de esta Copa Sudamericana que San Lorenzo puede ganar el miércoles, ante Nacional de Medellín, en el Nuevo Gasómetro.
–Cuando mirás hacia atrás y comprobás todo lo que debiste pasar para arribar a este presente gratificante, ¿qué reflexión hacés?
–Este es un momento en el que uno tiene que construir, mirar hacia delante, procurar que el equipo siga progresando. Hay circunstancias en que se debe dar un poco de pelea y otras en las que disfrutar. Este es un momento para conseguir el objetivo y después sí disfrutar.
–¿Cuál es el balance deportivo que estás en condiciones de realizar, más allá de que falte jugar todavía la segunda final por la Copa Sudamericana?
–Este es el partido más importante, ni más ni menos. Si ganamos, habremos hecho las cosas bien.
–Hablaste sobre los instantes en que es necesario dar pelea, ¿te referías otra vez a la corporación de los directores técnicos, a aquellos colegas a quienes acusaste de hacerte una cama cuando el equipo no funcionaba?
–No, aunque obviamente ser técnico hoy en la Argentina es complicado por múltiples factores. Pero yo creo tener algún tipo de ventajas por el hecho de conocer muy bien a este club. Sé cuál es el gusto de la gente de San Lorenzo en el plano futbolístico. Y sabía que, con el correr del tiempo, tendría que armar un equipo que diera respuestas dentro de la cancha comportándose de determinada manera. A la gente de acá le gusta el fútbol bien jugado, que su equipo muestre vocación ofensiva, que sus jugadores tengan carácter. Y en varios momentos de los seis meses que llevo como entrenador este plantel ha generado buen fútbol y posee hombres con personalidad para afrontar circunstancias complicadas.
–Hablaste del futuro, ¿qué horizonte vislumbrás después de la final del próximo miércoles?
–Yo creo que este equipo tiene posibilidades de crecimiento bastante amplias. Porque conservó la base de siete u ocho jugadores que ya estaba en el club. Entre ellos, tres de mucha experiencia como Acosta, Michelini y Paredes. Algunos, con años en Primera siendo jóvenes, como Romagnoli, Saja y Morel Rodríguez. Y el resto, compuesto por muchos valores juveniles que cuando tengan más partidos y vayan madurando, me hacen pensar que en el próximo campeonato vamos a dar pelea.
–En Independiente acaban de ganar el Apertura y ya anunciaron que quieren colocar al club a la altura de los éxitos deportivos de Boca y River, ¿debería esperarse otro tanto de San Lorenzo o ese objetivo es irrealizable, por ahora?
–Primero quiero decir que Independiente ganó el título de manera muy merecida. Tuvo momentos de altísimo nivel y fue campeón jugando el fútbol tradicional que lo caracteriza, el que le gusta a su gente. Y yo pienso que en el próximo torneo, junto a Boca, River e Independiente, que son loscandidatos porque fortalecieron sus equipos y gastaron mucho dinero, San Lorenzo va a estar con ellos peleando el título.
–¿Se acabó la hegemonía de Boca y de River?
–Hay que modificarla tratando de ir por caminos diferentes. San Lorenzo no tuvo la posibilidad de invertir tanto dinero en refuerzos. Incorporó a seis jugadores sin gastar nada y les dimos lugar a diez, doce juveniles de las divisiones menores. Eso lleva más tiempo para llegar al final del camino. Pero el dinero no te garantiza el éxito tampoco. Sí da mayores chances de ganar. El que lo tiene puede actuar de una manera y el que no, como nosotros, debe transitar por otro lado para llegar al mismo objetivo.
–¿O sea que no es prioritario conseguir refuerzos para la próxima temporada?
–No. Ya hablé con los dirigentes que lo más saludable sería mantener a este plantel hasta el mes de junio. Y en cuanto a las incorporaciones, seguramente San Lorenzo no va a utilizar los dos lugares disponibles para reforzarse. Como máximo, podríamos sumar un solo jugador. Aunque no es algo que me quite el sueño. Estoy muy conforme con este grupo.
–En tu profesión, ¿es más importante el éxito o el prestigio?
–Una cosa trae aparejada a la otra. Si uno juega bien, tiene posibilidades de ganar y si juega bien y gana, eso da prestigio futbolístico. Aunque todo es relativo. En el fútbol y, sobre todo en los clubes grandes, la gente quiere ganar. Hoy, al hincha de fútbol le interesa primero eso y después cómo juega su equipo.
–¿Cómo convivís con la sensación de que los directores técnicos están metidos permanentemente en una picadora de carne?
–A mí me gusta el fútbol. Me gustaba cuando jugaba, también ahora que soy técnico. Y cada uno tiene su forma de pensar, de trabajar y de elegir un camino...
–Hace un tiempo, Alfredo Di Stéfano contó que siendo entrenador disfrutó más el fútbol que en su etapa de jugador. ¿Estás de acuerdo con esa visión?
–Para mí es igual. Cuando yo jugaba, disfrutaba. Después, cuando vi que no podía continuar como futbolista, me pregunté cuál era la forma de estar más cerca y comprobé que como técnico. Y hoy la paso bien siendo entrenador, observando lo que hacen los jugadores que yo dirijo... Así me entusiasmo. Con otro grado de responsabilidad, porque el rol del conductor es mucho más abarcativo.
–¿Cuándo te das cuenta que un futbolista interpretó la idea que quisiste transmitirle?
–No hay tiempos exactos en el fútbol. Pero hoy puedo decir que San Lorenzo juega como a mí me gusta.
–¿Sólo una catástrofe le puede sacar a San Lorenzo el título en la Copa Sudamericana?
–Vamos a llegar a ese partido en plenitud de condiciones e intentaremos ganarlo. Hasta el momento conseguimos el ciento por ciento de los puntos que nos tocaron disputar como locales en el torneo. Esperamos que en la segunda final se confirme esa tendencia y que juguemos en el nivel que vino demostrando el equipo hasta ahora. Nosotros dimos un paso muy importante en Colombia, pero tenemos que cerrar la eliminatoria con el título. Desde que llegué al club, los objetivos que nos fijamos eran tres: primero tener un equipo competitivo, después ganarle el clásico a Huracán y, si era posible, conseguir un título. Nos falta esto último. Por eso, contra Nacional de Medellín vamos a jugar el partido más importante del año.

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