Luego de la escandalosa derrota ante Chacarita y de la polémica con el goleador Martín Palermo, el entrenador de Boca, Abel Alves, recibió ayer en la práctica el respaldo de los principales dirigentes del club. Tras la reunión, Alves ordenó un entrenamiento a puertas cerradas, pensando en el partido del próximo domingo ante Central, para el cual el DT tendría planeado realizar varios cambios en el equipo que viene de ser goleado por los de San Martín.

El vicepresidente del club, José Beraldi, y el titular del departamento de fútbol profesional, Marcelo London, se acercaron ayer a Casa Amarilla para transmitirle a Alves el apoyo de la cúpula dirigencial y del propio presidente del club, Jorge Amor Ameal. Beraldi y London cumplen un papel importante dentro de la estructura boquense, ya que luego de la renuncia de Carlos Bianchi quedaron a cargo del departamento que vincula a la dirigencia con el cuerpo técnico y el plantel profesional.

El apoyo de la dirigencia al entrenador, cuya intención es mantenerse en el cargo al menos hasta junio, es un intento de descomprimir las tensiones que se produjeron entre Alves y el goleador histórico del equipo, luego de que el primero lo sacara del partido ante Chacarita, a los 70 minutos, cuando Boca perdía por 2-1, para permitir el ingreso de Lucas Viatri.

La euforia del triunfo ante River duró en Alves lo que un suspiro. En medio de duras críticas por la estrepitosa caída frente a Chacarita y ante un obvio conflicto interno con el plantel, Alves se mostró ayer algo abatido. Y luego de la reunión con los dirigentes, el DT ordenó una práctica a puertas cerradas, que fue un ensayo de fútbol con los habituales suplentes ante un combinado de jugadores de las inferiores.

Por su parte, los habituales titulares efectuaron trabajos regenerativos y ejercicios livianos en el gimnasio. Entre las novedades, ayer se sumó al resto de sus compañeros el paraguayo Claudio Morel Rodríguez, ya recuperado del cuadro de gastroenterocolitis que lo dejó afuera del partido del jueves frente a River y del domingo ante Chacarita. Además, Juan Román Riquelme trabajó en forma diferenciada, al igual que el defensor colombiano Bryan Bonilla, quien sufrió una contractura muscular en el superclásico y debió dejar la cancha.

Para formar el equipo que recibirá a Central, Alves esperará la resolución del Tribunal de Disciplina de la AFA para saber si podrá contar con el defensor Ezequiel Muñoz, quien fue expulsado erróneamente el domingo frente a Chacarita por el árbitro Saúl Laverni. El error sucedió en la jugada en la que Laverni cobró un penal para el equipo de San Martín y amonestó a Muñoz cuando debió hacerlo a Julio Barroso, quien había cometido la infracción sobre Diego Morales.

Si bien Laverni admitió luego el error, y según trascendió el juez cambió en su planilla el nombre del infractor “por sustitución de identidad”, resta esperar la decisión final del Tribunal.

En tanto se resuelve el tema, Alves tendría planeado realizar varios cambios en el equipo: volverán el chileno Gary Medel, expulsado en el superclásico, y el mendocino Jesús Méndez, que cumplió una fecha de suspensión. Así, Boca podría formar con: García; Muñoz o Bonilla, Luiz Alberto, Morel Rodríguez, Monzón; Medel, Méndez, Giménez; Riquelme; Gaitán, Palermo.