La exclusión de Nicolas Anelka de Francia por haber insultado al seleccionador, Raymond Domenech, supone la enésima salida de tono del atacante y acaba por desquiciar a una Francia que, salvo un milagro, abandonará el Mundial por la puerta de atrás y dejando una imagen patética.

“Vete a tomar por el culo, sucio hijo de puta”, le dijo Anelka a Domenech en el entretiempo del encuentro contra México, según reveló el diario L’Equipe. El altercado tuvo lugar después de que Domenech amenazara con cambiarlo si no modificaba su actitud en el campo. Tras el insulto, el técnico lo dejó en el banco de suplentes y lo sustituyó con Pierre-Alain Gignac.

La revelación de esa discusión entre el jugador y el técnico acabó por colmar el vaso de una selección que ha vivido una tormentosa etapa en Sudáfrica, acosada por las polémicas extradeportivas y que ha dejado una mala imagen en el terreno de juego. La portada de L’Equipe, que a toda página publicó los insultos de Anelka a Domenech, convulsionó a la concentración francesa de Knysna y provocó una reacción en cadena. Primero fue un directivo de la Federación Francesa de Fútbol (FFF) quien pidió la cabeza del jugador. Luego el presidente, Jean-Pierre Escalettes, le exigió excusas públicas y, ante su negativa, se vio obligado a expulsarlo. Lejos de cerrarse el caso, la salida del jugador ahonda la brecha que existe en el equipo, totalmente sublevado contra el desacreditado Domenech. Así lo demuestra la actitud del capitán, Patrice Evra, que en lugar de condenar los insultos de Anelka, cargó contra el “traidor” que los informó a la prensa. “El problema no es Anelka, es el traidor que está entre nosotros. Es a ese traidor al que hay que eliminar del grupo. Es alguien que quiere hacer mal a la selección”, señaló el defensor del Manchester United.

Posteriormente, Escalettes afirmó que el cuerpo técnico había confirmado los insultos a Domenech, mientras que el jugador los desmintió. “Quiero decir que las palabras que salieron en la prensa no son mías. En efecto, hubo una discusión ruidosa con el seleccionador, pero se desarrolló en el secreto del vestuario, entre el seleccionador y yo, ante mis compañeros y el cuerpo técnico. Nunca debió salir del vestuario”, afirmó el jugador a una página web francesa.

Anelka, que ya por la tarde hizo las valijas para abandonar el lujoso hotel que sirve de concentración a Francia, aseguró que sacar a la luz esa discusión hace mal al equipo. El delantero agregó que respeta a la selección y que no tiene problemas con ninguno de sus compañeros, en alusión clara a Yohann Gourcuff, con quien, según la prensa francesa, mantiene una disputa interna. Incluso, los más veteranos del grupo exigieron a Domenech que reintegrara a Thierry Henry al equipo titular, ante el bajo rendimiento de compañeros como Sidney Govou y Gourcuff. Todo en medio de una falta de apoyo total hacia el entrenador de parte de la FFF, que ya antes del Mundial tenía decidido reemplazar a Domenech por el ex capitán galo Laurent Blanc.

Semejante cabaret se puede cerrar pronto, ya que Francia casi necesita un milagro para evitar la eliminación: golear a Sudáfrica y esperar que haya un ganador en Uruguay-México. Pero igual, está claro que el Moulin Rouge ya abrió una sucursal en Sudáfrica.