La FIFA organiza un fantástico negocio, la Copa del Mundo, con capital ajeno, los futbolistas, que pertenecen a los clubes. Recién en este 2010, la máxima entidad decidió pagar un “alquiler” por los jugadores, hasta un máximo de 58.500 euros, porque los clubes más importantes de Europa, originalmente agrupados en el G-14, nunca vieron con agrado esa utilización que implicaba riesgos. Una de esas instituciones, el Bayern Munich, ahora le reclama una indemnización a la Asociación de Fútbol de Holanda (KNVB) por la lesión de Arjen Robben y planteó que el volante holandés no debería haber jugado el Mundial de Sudáfrica.

“Con esa lesión no debería haber viajado a Sudáfrica. No tendría que haber jugado”, aseguró el presidente del Bayern, Karl-Heinz Rummenigge. “Nos expropiaron a Robben y luego nos lo devolvieron demolido”, se quejó. “Para noso-tros, la ausencia de Arjen es una catástrofe a pequeña escala; estamos pagando los platos rotos, esto no puede continuar”, dijo Rummenigge, muy crítico con el sistema de indemnización de la FIFA.

“Nosotros pagamos los jugadores y después las federaciones ganan dinero con ellos”, añadió el dirigente.

Rummenigge exige una compensación monetaria a la KNVB. “Sólo sería justo si los costos fueran asumidos por la federación holandesa”, dijo. “Después de todo, no es responsabilidad del Bayern que Robben esté lesionado, sino exclusivamente de la federación (holandesa) y en particular del médico de la federación.”

Robben se lesionó en el muslo izquierdo en el partido amistoso contra Hungría el 5 de junio, pocos días antes del comienzo del Mundial, y fue tratado por el médico de su selección, Gert-Jan Goudswaard. Ro-bben no jugó en la fase de grupos, pero integró el equipo hasta la final contra España. El médico del Bayern Munich, cuya ayuda fue rechazada en su momento por la KNVB, diagnosticó el martes un desgarro y pronosticó que el jugador no podrá jugar al menos por dos meses.

“Para mí estaba claro que podía ser una lesión que iba a tratar de ocultarse”, dijo Rummenigge. El médico holandés, en cambio, remarcó que “todo transcurrió correctamente” y que el Bayern estaba al tanto de lo que ocurría.

“No forzamos nada durante el Mundial –argumentó el entrenador holandés, Bert van Marwijk–. Eso se ve en que Robben terminó completamente en forma tras la final. Este desgarro no se generó con la selección de Holanda”, señaló. “Si no, no hubiera podido correr como lo hizo durante el final del tiempo suplementario contra España”, argumentó.

El Bayern no piensa en acciones legales, sino que pretende encontrar una “solución justa y amistosa” mediante conversaciones con las autoridades de la KNVB. Para proceder ante la Justicia debería dirigirse a la FIFA, “y no creo que se enfrente con una federación que alcanzó la final” del Mundial, opinó Van Marwijk.

Para la FIFA, el caso está resuelto con la compensación de 58.500 euros: el volante no estaba asegurado. Más allá de las compensaciones económicas, Rummenigge exigió una reforma de los estatutos. La FIFA recauda sumas millonarias por el Mundial, “y todos los clubes en conjunto reciben un par de millones de dólares. No es justo”, dijo, aprovechando el tema para volver a poner en el tapete la eterna discusión, nunca zanjada. De todas maneras, Rummenigge aclaró que su prioridad es un acuerdo con la FIFA, ya que una demanda de uno de los principales clubes de Europa contra la entidad sería “una bomba política en el deporte”.