DEPORTES › HURACAN PERDIA Y NO JUGABA BIEN, PERO EN DOS MINUTOS LO DIO VUELTA Y GANO 2-1
Gracias a los tantos seguidos de los debutantes Mariano Martínez y Montiglio, el equipo de Parque Patricios se impuso a Argentinos, que ganaba por un gol de Vargas. El campeón sintió las numerosas bajas que tiene en el plantel.
Con una remontada en una ráfaga de dos minutos, Huracán le ganó al último campeón del fútbol local, Argentinos, por 2-1, en el estadio Diego Armando Maradona, y le cortó una racha de 14 partidos sin derrotas al equipo de La Paternal. El delantero Gonzalo Vargas abrió la cuenta para el conjunto que dirige Pedro Troglio, mientras que Mariano Martínez y César Montiglio dieron vuelta la historia a favor del equipo de Héctor Rivoira. El delantero Gabriel Pérez, quien había ingresado en el segundo tiempo, se fue expulsado por exceso verbal.
En su primer partido, Argentinos mostró que la versión de aquel equipo campeón dista mucho de la actual. Lejos del esquema ambicioso del técnico Claudio Borghi, la propuesta de Troglio fue mucho más cauta: dos líneas de cuatro compactas y equilibradas, dentro de un equipo amarrete que luego de golpear se replegó atrás.
Sobre el final del primer tiempo, el refuerzo Gonzalo Vargas picó al vacío y capturó un pase profundo de Darío Ocampo, que le sirvió para poner en ventaja a su equipo, ante la desesperada salida del arquero Gastón Monzón. Del otro lado, Huracán no había podido generarse chances y Rolando Zárate se mostraba perdido e intrascendente, pero luego sería importante en la concreción del empate. A los 67 minutos, el ex Vélez le bajó un pelotazo a Martínez, quien descargó hacia la izquierda y se fue abajo del arco rival. Zárate recibió en la medialuna de Morales, efectuó un disparo fuerte, que pegó en Sergio Escudero y el rebote le quedó servido a Martínez.
Dos minutos más tarde, Huracán capitalizó el argumento ganador que había tratado de esgrimir durante todo el partido: las subidas por los costados. Montiglio recibió en profundidad por la derecha y definió con un disparo cruzado que superó la elástica salida de Navarro.
La jornada había arrancado con una lluvia de papelitos para recibir al campeón, que le dio plaquetas a Luis Segura y exhibió la copa en manos de Néstor Ortigoza, quien no pudo jugar por acumulación de tarjetas.
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