Hasta los 25 minutos del segundo tiempo, Vélez no le encontraba la vuelta al partido y al esquema prolijo y cauteloso que Argentinos llevó a Liniers. Le costaba tanto llegar que, en verdad, no llegaba nunca. Pero un penal inesperado de Prósperi a Juan Manuel Martínez, que Leandro Somoza convirtió con maestría, abrió lo que estaba cada vez más cerrado. Entonces, los candados defensivos volaron por el aire. Y lo que parecía encaminado rumbo a un empate desalentador, en diez minutos terminó virando a un claro triunfo 2-0 por obra y gracia de otro gol del uruguayo Santiago Silva. Al final, fue una tarde perfecta para Vélez. Jugó bien sólo un rato y ese rato le alcanzó para construir su tercer triunfo consecutivo y mantenerse al tope del Apertura con puntaje ideal: nueve puntos ganados sobre nueve jugados.

De todos modos, el resultado expresa una holgura que no fue tal sobre la cancha. Quedó dicho: durante 70 minutos, Argentinos consiguió desactivar uno a uno los circuitos futbolísticos de Vélez. Y en el primer tiempo, hasta tuvo paño para compartir el manejo de la pelota y generar las dos situaciones más claras: Montoya justificó su premio sacándole a Blandi un cabezazo al primer palo y luego, un mano a mano. En el segundo, fue perdiendo la posesión de la pelota y en consecuencia, la posibilidad de generar llegadas. Pero nunca el orden y la determinación para contener. Con eso le bastó para hacerle el partido cuesta arriba a Vélez.

Mientras Argentinos pudo taparle a Moralez todos los receptores y alejarlo del arco de Navarro, mientras Silva chocó una y otra vez contra las marcas de Sabia y Gentiletti, y Martínez apenas si tiraba centros desde los costados, a Vélez le resultaron insuficientes sus buenas intenciones. Diez minutos antes del primer gol, Gareca hizo una movida clave: canjeó un delantero (Cristaldo) por un volante (Augusto Fernández). Y el intento resultó exitoso. Con tres atacantes de punta, Vélez ensanchó bien la cancha. Y con Moralez más retrasado como mediocampista por la derecha, apareció una claridad que nunca antes había aparecido.

Si la impotencia de Vélez y la cerrazón de Argentinos le daban forma a un cero seguro, luego del gol de penal de Somoza explotó un partido nuevo e inesperado. Vélez por fin pareció encontrar su fútbol y a Argentinos se lo devoraron los nervios. A los 30 minutos, Navarro mandó al corner un derechazo de Cristaldo. Moralez ejecutó este tiro de esquina, Cristaldo le peinó hacia un costado y Silva alojó su remate por entre las piernas del arquero de La Paternal. Y cuatro minutos más tarde, Gentiletti le empujó mal a Cristaldo y Furchi le mostró la tarjeta roja. En apenas nueve minutos quedaron sepultadas las chances de Argentinos. En ese mismo breve lapso, Vélez y su gente empezaron a celebrar otro fin de semana en lo más alto de la tabla.

No fue la tarde más brillante del equipo del Fortín. Argentinos no se lo posibilitó. Pero dentro de la medianía imperante, significa mucho que Vélez haya ganado los tres partidos que jugó. Es prematuro, todavía, pegarle la etiqueta de candidato y empezar a juzgarlo como tal. Habrá que esperar. En todo caso, dentro de una semana, cuando visite a Boca en La Bombonera, se podrá comenzar a saber para qué está Vélez en un campeonato en el que, por ahora, no se ha visto mejor fútbol que el suyo.