Nicolás Otamendi estuvo ayer en la cancha de Vélez. Pero sólo para despedirse. El joven zaguero central, de 22 años y sólo 41 partidos oficiales en Primera, saludó a sus compañeros en los camarines y a los hinchas en las tribunas luego de que el viernes por la noche se confirmara su venta al Porto de Portugal, que dejará muy buen dinero en la tesorería de Liniers: 10 millones de dólares limpios por la totalidad del pase. “Es un momento raro, estaba ansioso para que se concretara el pase porque quería jugar en Europa, pero me siento raro, porque dejo muchos amigos en este club”, dijo Otamendi. Por su parte, el técnico de Vélez, Ricardo Gareca, justificó la victoria de su equipo en la ambición que mostró en la segunda parte y reiteró que “es apresurado hablar de candidatos”. Gareca sostuvo: “Fue un partido cerrado y complicado, pero me queda la satisfacción de haber podido resolverlo. Vamos por el buen camino”, señaló el entrenador.