Tuvo una media hora inicial para el delirio, pero casi le empatan el partido en los últimos minutos. Por eso, al final, la diferencia lograda gracias al tempranero gol de cabeza de Leonel Galeano, fue apropiada, aunque los hinchas se quedaron con la imagen restablecida del equipo. Independiente respira después del flojo arranque en el Apertura gracias a esta victoria sobre Argentinos en la Copa Sudamericana.

El cabezazo solitario de Galeano dentro del área, luego de un centro de Hernán Fredes, le quitó los nervios al equipo de Daniel Garnero, y desde las tribunas se atenuaron los insultos contra el presidente Julio Comparada y el entrenador.

Manejando resultado y pelota, Independiente construyó confianza. Andrés Silvera tuvo el segundo para liquidar la historia, pero falló en el mano a mano con el arquero Nicolás Navarro, que le volvió a tapar una situación similar en el arranque del complemento.

A partir de la aparición en el juego de Néstor Ortigoza y los quites de Juan Mercier, Argentinos emparejó el partido, pero los dos volantes centrales no tuvieron socios para atacar y por eso los de La Paternal no generaron en toda la primera etapa una sola chance de gol.

Con los ingresos de Emilio Hernández y Romero en la segunda parte, fue un poco más profundo y en la cabeza de Torrén tuvo el empate, luego de que Escudero bajara una pelota en el segundo palo y tras una mala salida de Ga-bbarini, pero Galeano salvó sobre la línea.

Parecía que Argentinos le emparejaba el partido a Independiente, porque tuvo otra chance más con Romero, ante otra salida en falso de Gabbarini. El arquero, a minutos del final, se redimió de sus errores salvando la igualdad con una tapada a Fabio Escobar.

Con Silvera, dueño de una entereza excepcional como punta de lanza, acompañado por arrestos de Parra, Independiente dispuso del contraataque en el último cuarto de hora, pero no pudo rematar el resultado con un segundo gol. La ventaja, al cabo, fue justa y sirvió para descomprimir un tanto la situación en Avellaneda.